En el Palacio Legislativo San Lázaro se presentó “Huellas para no olvidar” y la propuesta para conmemoración anual del Holocausto
Punto de acuerdo
En este ámbito también se presentó el “punto de acuerdo” de la Cámara de Diputados, que determina la conmemoración anual y de manera permanente, en el Palacio Legislativo, del Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto.
La diputada Cristina Ruiz Sandoval, Secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores y Presidenta de la Confederación Parlamentaria de las Américas de la delegación mexicana, inició el acto destacando la necesidad de recordar el Holocausto, ya que podría “no escapar al proceso de atrofia, una suerte de amnesia colectiva que ha llegado a ser común”. Por otra parte, al referirse al "punto de acuerdo" aprobado por esa instancia, resaltó que servirá para que la Cámara Baja, sin importar cambios de legislaturas o mesas directivas, se comprometa de manera permanente a cumplir el resolutivo 60/7 de la ONU.
“Esta soberanía, año con año tendrá un acto formal, que tenga como propósito impulsar los principios de paz y humanismo entre todos los habitantes del país”
Aseguró la legisladora federal por el Estado de México ante sus homólogos y diplomáticos.
Huellas para no olvidar
El gestor de “Huellas para no olvidar,” doctor William Soto, señaló que este proyecto ha sido llevado por parlamentos, cancillerías, universidades, sedes diplomáticas, colegios, bibliotecas; y en cada lugar, los resultados han sido sorprendentes. Resaltó la certeza de que en México se obtendrán los mismos efectos al respaldar este Acuerdo del honorable Congreso Mexicano, pues ayudará a desterrar las semillas del odio y la intolerancia.
Instó a todos los parlamentarios a tomar acciones: “Con el mayor respeto, quiero proponerles que mediante una ley del Congreso se incluya el Holocausto como tema de estudio y de debate en los últimos grados de estudio en los colegios, y materia o cátedra transversal en las universidades, como una forma de generar reflexión sobre el valor de la vida y la dignidad humana.” .
Por su parte, el diputado Agustín Barrios Gómez hizo un llamado a todos los presentes a no olvidar el Holocausto, para no repetirlo, y subrayó que
“siempre estamos a un paso de la barbarie cuando se promueve y fomenta el discurso del odio y la discriminación.”
Oscar Elizunda, representante de la Comisión de Derechos Humanos, exhortó a mantener viva la memoria histórica de las atrocidades ocurridas durante la Segunda Guerra Mundial: “Es una obligación para todos los que trabajamos en favor de los Derechos Humanos. No podemos olvidar las terribles lecciones que dejó para la humanidad el Holocausto. Acciones como las que aquí se están presentando permiten evitar que hechos tan lamentables, humillantes y degradantes vuelvan a repetirse en cualquier lugar del Globo.”
El Embajador de Alemania en México, Edmun Duckwitz, agradeció a la organización Activistas por la Paz, presidida por William Soto Santiago, traer al Palacio Legislativo de San Lázaro el proyecto “Huellas para no olvidar”, y recordó la responsabilidad común de mantener vivo el recuerdo del genocidio con el objetivo de que no vuelva a suceder.
A su vez, el Embajador de Ucrania, durante su participación afirmó que su nación aprendió las lecciones de la guerra y se pronunció con un “no a la guerra, optamos por la paz” al desechar todas las armas nucleares que aún tenían, concluida la Segunda Guerra Mundial.
Homenaje a Gilberto Bosques
La ceremonia también sirvió para recordar a un diplomático mexicano: Gilberto Bosques Saldívar, quien desde 1939 hasta 1944, como Cónsul General de México en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, ayudó a más de 30.000 personas a huir de los nazis y de la amenaza franquista. Entre ellos, miles de judíos, españoles, franceses y libaneses, quienes recibieron visas mexicanas y lograron cambiar el rumbo de sus vidas.
En el acto estuvo presente Laura Bosques, hija de don Gilberto Bosques, quien pronunció un discurso de agradecimiento por el homenaje rendido en honor a su padre.
El sobreviviente del Holocausto Hans Peter Katz, nació en Viena, Austria, el 19 de mayo de 1930, hijo único de Leo Katz y Margarita Bachruch; fue estudiante hasta el tercer año de primaria en una escuela del Gobierno, hasta la invasión alemana a Austria, el 13 de marzo de 1938.
Con 8 años se vio obligado a separarse de su madre y salir de Viena, ocupada por los alemanes, en un trasporte de niños “Kindertransport”, organizado por la Cruz Roja Internacional de Ginebra, que obtuvo la autorización de la Gestapo; y así logró llegar a Bélgica y salvar su vida.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, se trasladó a México para residir, donde se casó y conformó una familia.
El descubrimiento de la placa congregó personalidades que desde sus diferentes esferas de trabajo consiguieron reunirse en el “Congreso de la unión” para, en la persona de don Peter Katz, rendir un homenaje a todos los sobrevivientes del Holocausto.