Dr. William Soto | TRASPASO DE PLACA EMBAJADA DE POLONIA
Excelentísima Beata Wojna, Embajadora de la República de Polonia; señor Bedrich Steiner, sobreviviente del Holocausto; miembros del cuerpo diplomático acreditado en México, académicos, medios de comunicación, señoras y señores.
Para la Embajada Mundial de Activistas por la Paz es muy significativo estar en este recinto compartiendo el proyecto “Huellas para no olvidar”.
Este proyecto fue creado con cinco propósitos principales:
Primero: Mantener vivo el testimonio de los sobrevivientes del Holocausto; y de manera simbólica, en ellos representar a todas las víctimas de los genocidios, que ya no pueden ser escuchadas pero deben ser recordadas, y sus historias compartidas con las presentes y futuras generaciones, porque nos han dejado fuertes enseñanzas.
Segundo: Dar a conocer las lecciones universales que dejó esta etapa tan oscura que dividió la historia de la humanidad. Mostrarle al mundo hasta dónde puede llegar la intolerancia, la discriminación y el control absoluto de poder por parte de un determinado grupo político que se abroja la facultad de decidir qué vidas merecen ser vividas y quiénes debe ser exterminados.
Por todos los horrores cometidos durante el Holocausto, pudimos conocer que en el ser humano está la semilla del bien y del mal; dimensionamos hasta dónde somos capaces de llegar los seres humanos, y la barbarie que podemos cometer con otros grupos o personas por tener otra cultura, nacionalidad, religión, o simplemente por pensar diferentes a nosotros.
Tercero: Identificar las causas y circunstancias que propiciaron el Holocausto y otros genocidios, para de esta forma detectar las señales de alarma indicativas de la eventual comisión de un nuevo crimen internacional.
Vemos con preocupación que los jóvenes tienen poco conocimiento sobre sobre los factores políticos, económicos y sociales que desencadenaron los genocidios perpetrados hasta hoy. Este crimen no se produce de manera accidental, de la noche a la mañana; pasa por un proceso de premeditación, adoctrinamiento a la población, propagación de arengas raciales, leyes discriminatorias, prácticas de exclusión —entre otros factores—, hasta concluir con la perpetración de actos crueles e irracionales, de los que la humanidad ha sido testigo.
Cuarto: Educar para la paz. Una de las más notables enseñanzas del Holocausto como paradigma del genocidio, es que la Educación como simple transferencia de conocimiento es insuficiente, y que se precisa una formación en valores y en Derechos Humanos.
Hitler llevó a cabo este genocidio en una de las naciones más avanzadas para aquella época, y contó con la ayuda de científicos, médicos, académicos, entre otros profesionales, formados en los mejores centros de estudio. Por lo tanto, la Educación con valores es el principal instrumento para prevenir el genocidio, los crímenes de lesa humanidad, las masacres, y en general los actos violentos.
Y finalmente, este proyecto busca promover acciones en diferentes estamentos: en el campo gubernamental, diplomático, político, académico y cultural, con el fin de que este crimen internacional no se relativice, no se minimice ni se olvide. Y así como debemos generar actividades educativas, vemos de suma importancia el trabajar en la expedición de leyes antidiscriminación y leyes que tipifiquen el delito del negacionismo sobre los diferentes genocidios ocurridos en el mundo.
Al avance de las corrientes negacionistas y revisionistas, se suma la paulatina desaparición de los testigos y víctimas de la barbarie, así como la propagación de gobiernos con ideologías extremistas, la violencia contemporánea producto del odio, la intolerancia y la discriminación. Estos deberían ser motivos suficientes para despertar y poner atención a estas señales y premisas que llaman a la acción a los gobernantes, líderes políticos, académicos y legisladores, para favorecer proyectos y acciones que promuevan el respeto por la dignidad humana y la paz entre las personas y entre las naciones.
En la realización de trabajos proactivos en la Embajada Mundial de Activistas por la Paz nos hemos encontrado con personas que piensan que con el grado de conocimiento actual y los organismos internacionales existentes en materia de Derechos Humanos, sería casi imposible que estos hechos se repitieran bajo la mirada indiferente de la comunidad internacional.
Pero cuando pensamos que estamos a salvo de estas mentes violentas, intolerantes y racistas, que se esconden bajo el telón de una sociedad culta y civilizada, se difunde la noticia en Estados Unidos, de un informe de la Fundación Heritage, donde se calcula en millones de dólares los gastos que provocará la reforma migratoria del Gobierno americano, basado en una tesis doctoral escrita en el 2009, en la que se asevera que algunos grupos como los negros y los hispanos tienen un cociente intelectual más bajo que los asiáticos y los blancos.
El autor, Jason Richwine, también escribió sobre la relación entre el coeficiente intelectual y las políticas de inmigración; al respecto señaló: “La selección de los inmigrantes de alto coeficiente intelectual (CI) podría mejorar los problemas de falta de asimilación socioeconómica de los inmigrantes de menor coeficiente intelectual (CI), y beneficiaría a los potenciales inmigrantes más inteligentes”.
Más impactante aún, es que esa tesis doctoral que propaga la discriminación contra los inmigrantes de bajo coeficiente intelectual, fue supervisada y aprobada por tres prestigiosos catedráticos de prestigio de la Universidad de Harvard.
De igual forma nos sorprende la noticia de las protestas en la localidad de Murrieta, California, donde se escucharon fuertes expresiones discriminatorias y raciales contra la llegada de niños indocumentados de México, Guatemala, El Salvador y Honduras, aludiendo —entre otras razones— las posibles enfermedades que podrían traer consigo, y el supuesto peligro de contagio para la población local.
Por otra parte, el mundo se conmovió con la noticia del secuestro de más de 200 niñas y jóvenes en una escuela cristiana en Nigeria, que fueron capturadas por un grupo islamista y convertidas al Islam. Nigeria atraviesa por la persecución religiosa más aterradora de la historia moderna de África.
También podemos mencionar la persecución de decenas de miles de cristianos en Irak por parte de los yihadistas del Estado Islámico; extremistas acusados de ejecutar a los niños y esclavizar a las mujeres.
La violencia actual nos permite inferir que todas las acciones en contra de la discriminación son pocas cuando el objetivo es promover y sembrar en los seres humanos el respeto por la vida, la dignidad, y la promoción y práctica de los derechos universales. Los Estados tienen una responsabilidad política; y nosotros como personas, una responsabilidad individual, que consiste en preservar la memoria y educar en todos los campos para prevenir la comisión de un nuevo genocidio.
Exponer la Placa con las huellas del sobreviviente del Holocausto en este recinto, es muy simbólico. Como ustedes saben, más de la mitad de las víctimas del Holocausto fueron ciudadanos polacos, miembros de la comunidad judía de Polonia, que en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial contaba con casi tres millones, quinientas mil personas.
Quiero agradecer a la Embajada de Polonia por recibirla y al sobreviviente Bedrich Steiner por compartir su testimonio. Sabemos que la crueldad de los hechos provoca dificultades a la hora de recordar para compartir el relato de lo vivido en carne propia; pero como dice el poeta polaco Zbigniew Herbert: “Tienes poco tiempo, hay que dar el testimonio”.
Según las palabras del escritor judío-polaco Grimberg: “Guardar la memoria de los muertos. Nunca olvidar.”
Uno de los incentivos para Hitler cometer el Holocausto fue que la humanidad no recordaba el genocidio armenio.
Y a quienes pretenden minimizar y relativizar el Holocausto y cualquier otro genocidio, con el argumento de que ya es hora de “pasar la página”, les decimos: “¡La página se pasará cuando se haya aprendido la lección!”
Y así se haya aprendido la lección y se pase la página, volveremos a ella para repasar la historia, para enseñarla, para estudiarla, para meditar en ella y honrar a las víctimas; porque comprendiendo las manifestaciones de la irracionalidad, se evita la barbarie.
Muchas gracias.