"El fortalecimiento de la autonomía y de la eficacia de la Justicia y de la Democracia como fundamento de la paz mundial", Dr. William Soto Santiago
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Esta Sesión de la Cumbre de Integración por la Paz (CUMIPAZ) se denomina JUSTICIA Y DEMOCRACIA. Dos conceptos, dos valores íntimamente relacionados y que se retroalimentan como fundamento de la Paz Mundial. Una democracia no puede pervivir sin una justicia transparente, pronta y eficaz; y la justicia con equidad no puede desconocer los valores fundamentales de la democracia.
¿Cómo fortalecer la democracia?
Las ideas de igualdad y de libertad juegan un papel muy importante en el ejercicio de la democracia. La igualdad es condición indispensable en un sistema democrático, pues promueve la garantía de los derechos fundamentales, el respeto por el diferente, y excluye toda discriminación contra los grupos minoritarios; pero es necesaria no solo la llamada igualdad liberal ante la ley, sino también la política, entendida como la facilidad de oportunidades de acceder a los servicios del Estado y de participar en los asuntos de interés general.
La responsabilidad de quienes ejercen cargos públicos no se debe desfigurar por intereses mezquinos, pues constituye una de las mejores garantías para la democracia, y se garantiza y concreta según la medida en que el ciudadano pueda denunciar y acceder a una justicia transparente, pronta y eficaz.
¿Cómo fortalecer la autonomía y la eficacia de la justicia internacional y en los diferentes Estados?
A pesar de la barbarie, la atrocidad e inhumanidad de las guerras, estas dejan dolorosas enseñanzas; la principal de ellas es que el ser humano se puede autoaniquilar, como lo demostró la Segunda Guerra Mundial. Ante esa amenaza, la comunidad de naciones se vio en la necesidad de garantizar el respeto de los derechos humanos, evitar y humanizar las guerras, afianzar la paz y la seguridad entre los pueblos y promover la solución negociada de los conflictos.
El siglo XXI está llamado a ser el Siglo de la Paz; sin embargo, hasta la fecha exhibe más una violencia alimentada por los discursos de odio, y una educación que solo transmite conocimientos pero está vacía en valores y principios fundamentales para la convivencia armónica. Esa violencia contagiosa como un virus, hoy tal vez escribe las páginas más negras de la historia después de la atrocidad genocida del Holocausto. Es la violencia de género y contra los cristianos, contra etnias o grupos humanos que son desplazados y exterminados; es también la esclavitud sexual, la trata de personas, y la violencia terrorista producto de ideologías extremistas que exigen la muerte de quienes profesan una fe distinta.
Para detener esa violencia debemos superar la indiferencia y la falta de solidaridad con quienes son discriminados, detectar y denunciar ante la comunidad internacional las señales de alarma, pues el silencio nos hace cómplices de la atrocidad genocida.
Por esa razón, hoy me complace informarles que la EMAP tendrá a partir de la fecha la OFICINA DE DERECHOS HUMANOS para recibir y asistir a las víctimas, para cooperar y denunciar ante las autoridades competentes todo acto de discriminación y de intolerancia y, en especial, para ejercer una labor preventiva contra la discriminación o cualquier grave atentado contra algún integrante de la familia humana.
Además, la Oficina de Derechos Humanos de la Embajada aunará esfuerzos para fortalecer la legitimidad, independencia y eficacia de la Corte Penal Internacional como baluarte de una justicia universal, sobre la base de la necesidad de establecer la verdad como derecho fundamental de las víctimas.
Esta Oficina potenciará el trabajo que la Embajada Mundial de Activistas por la Paz ha venido haciendo, al monitorear la discriminación, promover y proteger los derechos humanos, denunciar las señales de alarma de eventuales genocidios, empoderar a la Corte Penal Internacional y a su Fiscalía General, y tipificar el genocidio en aquellos países donde aún no se ha tipificado.
Entre tanto se fortalece una justicia universal, también es necesario prevenir la discriminación y neutralizar los discursos de odio formando en valores al ser humano, como una eficaz forma de prevenir la atrocidad genocida, pues siempre será mejor EDUCAR PARA PREVENIR, QUE JUZGAR PARA CASTIGAR.
Muchas gracias.