Dr. William Soto | Acto de Instalación en Sesión Ciencia, CUMIPAZ 2018
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Saludo a todas las honorables autoridades, personalidades, representantes de Gobierno, académicos, investigadores, empresarios y los ciudadanos presentes en este maravilloso recinto histórico de Guatemala. Gracias por aceptar nuestra invitación.
Hoy lunes, primero de octubre, estamos iniciando la Cumbre de Integración por la Paz con la Sesión Ciencia para la Preservación de la Vida de la Madre Tierra y del Ser Humano.
En este momento les invito al análisis y reflexión sobre tantas noticias que nos informan todos los días de la cantidad de problemas ambientales y en la salud humana. Se han incrementado las explosiones volcánicas, terremotos, incendios y otros fenómenos atmosféricos, como el cambio climático, a consecuencia de los daños causados por el ser humano. La desaparición de las especies animales y la deforestación causan desequilibrios en nuestros ecosistemas, y, por supuesto, esto causa un impacto negativo en la salud física y mental del ser humano y los demás seres vivos.
Ya hemos escuchado también, de muchos expertos en el tema, que si no frenamos y cambiamos nuestro estilo de vida nos enfrentamos a una extinción masiva de la especie humana, porque el planeta —nuestra Madre Tierra— está reaccionando a tanta destrucción causada por nuestras manos.
Sin embargo, ya la historia geológica y diversas pruebas científicas han mostrado que, si el planeta quedara parcialmente destruido, la Madre Tierra se renovaría con el transcurrir de los años. Pero la pregunta es: ¿Y qué pasará con nosotros, la especie humana?
La vida en la Madre Tierra se encuentra acogida y resguardada a través de los diferentes sistemas vitales y procesos ecológicos. Ella, la Madre Tierra, al igual que una madre que acoge en su vientre la vida, tiene sus propios ciclos y leyes naturales que influyen en los seres humanos y en todo ser vivo.
Los seres humanos formamos parte de este complejo y a la vez sutil sistema de vida, pero con los problemas ambientales que hemos causado lamentablemente también hemos afectado ese equilibrio ecológico, siendo esto la principal causa en la proliferación de enfermedades ambientales.
Por otra parte, en mayo de 2018, la Organización Mundial de la Salud expuso los principales problemas de salud a los que se enfrenta la humanidad; entre ellos están las enfermedades no transmisibles (como las cardiovasculares, cánceres, diabetes y dolencias respiratorias crónicas), las enfermedades infectocontagiosas, así como el desequilibrio en la salud mental y el bienestar general. A esto se unen los altos costos de la producción de medicinas, el difícil acceso a ellas y a las vacunas. Según estos reportes mundiales, la mayoría de estos problemas derivan de la mala alimentación, los problemas ambientales y la genética heredada.
Tenemos una profunda conexión de vida e interrelación con todas las especies que habitan la Tierra, aunque muchas veces como seres humanos no lo queremos entender. Está comprobado que la salud del ser humano está ligada estrechamente a la salud de la Madre Tierra; por tanto, si trabajamos juntos en ambos campos, tenemos la esperanza de que logremos reconectar y equilibrar la vida con armonía entre todos los seres vivos y los recursos que nos proporciona el planeta.
Los pueblos y naciones indígenas, nativas y originarias tienen este conocimiento desde hace cientos de años, y ellos luchan para mantener sus costumbres y sabiduría ancestral, a pesar de las oposiciones de la sociedad actualmente. Ellos han demostrado que se puede continuar viviendo en armonía con la Madre Tierra y hacer buen uso de sus recursos para la preservación de la vida. Por eso es determinante que nos demos la oportunidad de escucharlos y que sean base de las soluciones que se implementen para reconectarnos en armonía con el planeta.
Por otra parte, la comunidad científica ha comenzado a comprender y apreciar, en un nivel más profundo, cómo todos estamos interconectados y afectados por los campos magnéticos generados por el sol y la Tierra.
Los ritmos y comportamientos fisiológicos humanos se sincronizan con la actividad solar y geomagnética de la Madre Tierra, por lo que las fluctuaciones en la Tierra y los campos magnéticos del sol pueden afectar prácticamente a todos los circuitos, tanto humanos como biológicos. Lógicamente, las interrupciones y desequilibrios en estos campos afectan negativamente la salud y el comportamiento humano.
Según las publicaciones de la revista digital Genoma Biology, los investigadores de la Universidad de Cambridge descubrieron que muchos de nuestros genes provienen de otros organismos. Usted y yo, y todos los demás seres humanos tenemos partes en nuestro ADN que no son humanos, ya se han detectado hasta 145 genes que se lograron transferir a nuestro código genético de otras especies, entre ellas los primates, plantas, bacterias y microorganismos.
Otras investigaciones han descubierto que existen animales con los que compartimos hasta el 96 % de similitud genética y plantas que tienen un 60 % del mismo ADN que los seres humanos. Con estas pruebas científicas sobre las similitudes en la genética entre los humanos y otras especies, quizás muchos se preguntarán: ¿Entonces qué es lo que nos hace humanos?
El ser humano es parte trascendental en la naturaleza, es el único ser vivo que puede crecer en conocimiento día a día y desarrollar su inteligencia y adquirir sabiduría. Sobre esta base, tiene la capacidad de razonar, reflexionar, adquirir conocimiento y asumir su responsabilidad de forma consciente, del cuidado, equilibrio, armonía y preservación de la Madre Tierra, así como de promover acciones en favor de la defensa de sus derechos.
Pero lo más importante es que el ser humano tiene libre albedrío en su corazón, el poder para tomar decisiones, lo que nos diferencia de los otros seres vivos. Y si estas decisiones se fundamentan en principios y valores, responsablemente podemos tomar acciones tanto individuales como colectivas. Por eso está en nuestras manos también la oportunidad de frenar las acciones que deterioren la salud de la Madre Tierra, de los demás seres vivos y de nosotros mismos, y conocer de alternativas importantes para ayudar a la preservación de la vida del planeta y del ser humano.
Desde la Embajada Mundial de Activistas por la Paz creemos que es tiempo, desde las bases de la sociedad civil, de tomar decisiones correctas y accionar positivamente. Para esto, es determinante que el conocimiento científico e indígena esté al alcance de todos, de manera que podamos ser más partícipes de las acciones individuales necesarias para establecer pactos activos y compromisos sociales, los cuales causarán los cambios necesarios en las políticas públicas que le ofrezcan a la Madre Tierra la sanidad ambiental que necesita, y al ser humano la sanidad física y espiritual que desea.
Esto tiene que ser ahora mismo. Los cambios son urgentes. Tenemos que recuperar el tiempo y aprovecharlo al máximo.
En tus manos, en mis manos… En tu mente y en mi mente… En tu corazón y en mi corazón está el poder de tomar las decisiones correctas, de escuchar nuevas visiones, y luchar juntos por la Vida.
Bienvenidos nuevamente, amigos, a la Cumbre de Integración por la Paz 2018, y a la Sesión Ciencia para la Preservación de la Vida de la Madre Tierra y del Ser Humano.
Muchas gracias.