Tamara Kolangui Nisanof | Mesa 1 - Sesión Educativa, CUMIPAZ 2017

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Quisiera, antes que nada, agradecer a la Embajada Mundial de Activistas por la Paz por la invitación que me hicieron para que podamos traerles la experiencia de lo que nosotros en la Universidad Anáhuac México hemos tenido a través de una cátedra que es la que ellos proponen para que se instituya en todas las universidades. Así mismo, también les hablaré de las innovaciones pedagógicas que consideramos a través de la Cátedra Shimon Peres, que son importantes para poder educar en función de una cultura de la paz.

Como ustedes saben, la Cátedra que llevo está a nombre de Shimon Peres (q. e. p. d.), y él siempre nos decía: «Los misiles no reconocen fronteras; sin embargo, la ciencia, la tecnología y la educación tampoco tienen referencia de territorio; no es cuestión de una visión, sino de abrir los ojos y saber qué es lo que debemos hacer como seres humanos».

Para poder hablarles un poquito de las innovaciones pedagógicas voy a describirles un poco a qué llamamos cultura de la paz y cómo se inserta Educación para la Paz dentro de todo este contexto de la cultura de la paz.

Una cultura de la paz se basa en la aceptación de la diversidad y el aprecio al otro, también es el completo rechazo a la discriminación y la explotación del prójimo; es aceptar y tolerar la diferencia.

Manejar la paz conflictual. Es necesario que los conflictos no produzcan violencia, y las diferencias deben abordarse con un espíritu de reciprocidad siempre. Los conflictos deben ser resueltos de un modo que concilien y fortalezcan a las comunidades.

La cultura de la paz debe transformar siempre las escuelas y las universidades en fuerzas de paz. Para nosotros es muy importante que una comunidad educativa universitaria tenga elementos dentro de ella que puedan motivar a otros estudiantes, traer la viva voz de la gente que cambió la historia, hacer eventos en donde la gente se inspire para poder, como dice el Dr. William Soto, poder educar e inspirar al corazón; crear un espacio donde se aprenda a vivir en paz, educar para promover una convivencia pacífica, y principalmente educar en valores éticos.

Se debe educar para una paz íntegra, en donde aprendamos a convivir y a tolerar, concientizarnos y preocuparnos por el prójimo, y procurar el bienestar colectivo. Entonces podemos decir que la cultura de la paz es consecuencia, aparece como resultado de un proceso educativo.

Educación para la paz

La educación para la paz la podemos dividir en grandes rubros, para no entrar directamente en el tema:

El primero es el holístico. ¿Qué quiere decir? Enseñar una visión integral sobre los verdaderos orígenes de los conflictos, como una de las reales condiciones para la paz.

Nosotros tenemos que entender que el conflicto es una fuente importante dentro de la educación y de la cultura de la paz; y por lo tanto, tenemos que enseñar a solucionarlos, a resolverlos sin violencia, a ser tolerantes, y aprender todas las habilidades necesarias para poder resolver un conflicto.

Nosotros no nacemos aprendiendo a vivir en paz, tenemos que enseñar a nuestros estudiantes a vivir en paz; y por eso es que hablamos de una educación para la paz.

Después del enfoque holístico pasamos a la formación en valores. Está relacionado con el respeto a los demás, con la empatía, con el reconocimiento de que la producción de los cambios positivos es importante, el respeto a la diversidad y el compromiso con la justicia, la equidad y la no violencia.

Pasamos al rubro del diálogo, el cual es sumamente importante. Las habilidades comunicativas en este sentido son de vital importancia. El diálogo es el encuentro de sus pares en un ambiente de confianza mutua y el permitirse convivir y afrontar los problemas con entusiasmo.

Cuando hablo de confianza ahí entra todo lo que tiene que ver con las relaciones sociales de unos con otros, con la competencia, con las envidias, con el proceso de empatizar con el prójimo a través de las diferencias, con la problematización que vivimos día a día para que aprendamos a saber manejarla.

Y el último rubro es el espíritu crítico, que permite el reconocimiento de las relaciones de política y de poder en los procesos económicos y sociales, con miras a transformar y equilibrar las relaciones.

Cuando hablo de Educación para la Paz, hablo de estos rubros importantes:

  • Educar para el desarrollo.
  • Educar para el desarme.
  • Educar para la solución de conflictos.
  • Educar para la responsabilidad social.
  • Educar para los derechos humanos.
  • Educar en forma multicultural.
  • Educación para la comprensión internacional.
  • Educación para la reconciliación.

Cada uno de estos rubros trae aparejado un valor. Estos son los valores que nosotros tenemos que velar: justicia, equidad, libertad, tolerancia, respeto, igualdad, dignidad y solidaridad.

Entonces sí, ahora sí entramos al tema principal. Ya entendiendo cuáles son los valores por los que tenemos que velar y cuáles son los temas que tengo yo que afrontar, entonces entro a las innovaciones pedagógicas.

Para hablar de innovaciones pedagógicas hablamos de procesos pedagógicos, cuando son planificados para orientar y asistir sistemáticamente el desarrollo y la transformación de los seres humanos.

Existen procesos pedagógicos que tienen como eje principal la problematización y el diálogo. La problematización se ubica en que los aprendices aprendan de la realidad; el hoy por hoy tenemos que llevar a nuestros estudiantes a que aprendan de las experiencias que vivimos día con día, la forma de enseñar en las escuelas es muy diferente a la forma que teníamos antes; antes transmitíamos el conocimiento, hoy en día lo creamos en el salón de clase compartiendo experiencias mutuas entre el educador y el educando. La problematización nos da herramientas de ver qué es lo que está pasando en la vida diaria de cada uno de nosotros y cómo podemos enfrentarlo con las herramientas que nos brindan las instituciones educativas.

Y como último punto tenemos el diálogo. Es comunicación. Nace de una actitud crítica que se basa en valores humanos, es un encuentro donde se busca el conocimiento y nos debe transmitir. Cuando hablo de “actitud crítica” tenemos que fomentar que nuestros estudiantes y nuestros jóvenes, así como el ser humano en general, empiece a crear un pensamiento crítico. No sirve decir: “me lo dijeron”, “lo oí”; simplemente es tratar de escarbar esa curiosidad para que podamos tener un pensamiento crítico y no nos dejemos llevar por la ignorancia.

Al hablar de innovaciones pedagógicas también tenemos que enfatizar que la educación —por ende— debe ser un proceso problematizador; el educar debe educarnos y viceversa, de tal forma que siempre todos en el salón de clase debemos aprender.

Los procesos pedagógicos implican procesos de relación entre saberes y planificación, dirigidos a orientar transformaciones en el ser humano. Presentar proyectos donde la experiencia cotidiana de la gente sea el eje primordial, y sensibilizarlos en la problemática con empatía y solidaridad entre los participantes.

En una innovación pedagógica debemos siempre hablar de facilitar una creación de un clima adecuado para los participantes. Hoy en día con todos los problemas del bullying y con la falta de autoestima de las personas, no siempre el estudiante se siente en confianza para expresar sus experiencias particulares y ponerlas a juicio de todos los demás en el salón de clase; ya sea educación media, media superior o inclusive en los jóvenes en general, cursos, diplomados, maestrías o doctorados.

Tenemos que hacer que nuestro salón de clase sea un lugar de respeto, donde las personas puedan opinar y no sean juzgadas, para poder hacer que la confianza crezca y tener un diálogo procreativo; tenemos que prevenir la violencia, promover la convivencia, construyendo lazos de confianza entre participantes basados en respeto y empatía; y tenemos que realizar seminarios donde tengan las siguientes etapas: momento de contacto, momento de conexión y momento de experiencia extrema (siempre dirigidos por facilitadores).

Las evaluaciones son importantísimas en la planificación y en la contabilización de todos estos buenos y malos resultados, porque con base en estas planificaciones y evaluaciones podremos implementar nuevos procesos de enseñanza; se enfoca en el fortalecimiento de las personas, su capacidad de relacionarse consigo misma y con los conflictos.

Normalmente cuando enseñamos a resolver conflictos tenemos que enseñar habilidades y obviamente el educador tiene que contar con esas habilidades; tiene que contar con las habilidades de saber escuchar, tiene que contar con las habilidades de hacer pensar y transmitir la confianza de que está entendiendo el problema que le están comunicando, y después saber mediar o recurrir al arbitraje o saber negociar para que haya una relación de ganar-ganar entre las dos partes.

Esto que es un tema totalmente distinto pero es parte de la innovación pedagógica, es importantísimo que dentro de las escuelas y planteles educativos formemos grupos de apoyo para la resolución de conflictos.

Los procesos pedagógicos estimulan relaciones horizontales entre profesores y alumnos, y promueven el trabajo grupal del aprendizaje social. Fortalecer la toma de decisiones de un alumno es fortalecer su autoestima y deben ser siempre insertados con relaciones y con acciones responsables que puedan mejorar el entorno.

Tenemos entonces que hablar de una pedagogía reflexiva. ¿Qué quiere decir esto? Por ejemplo, cuando nos encontramos en un partido de fútbol existe un conflicto de intereses: cada parte de cada equipo está a favor de ganar, entonces hay una competencia reñida; pero eso no quiere decir que dentro del partido se van a pelear los equipos. Quiere decir que van a tratar de luchar por tener una competitividad sana, una competitividad constructiva. No se van a golpear. Sí, a veces se patean, definitivamente; pero se ayudan a levantarse mutuamente. Muchas veces se piden perdón y se piden una disculpa. Eso es llevar a una plataforma constructiva momentos de competencia, en donde cada parte se empodera para poder sacar el mejor provecho de la situación.

Tenemos que promover también el contacto y la confrontación con los pares para crear espacios de reflexión, siempre persiguiendo el bien común; y tenemos que concretar que las personas analicen sus emociones.

Una de las cosas más importantes cuando hablamos de conflictos y de relaciones personales es el perder el control junto con las emociones. Si las personas saben controlar sus emociones van a saber controlarse y van a saber dirigirse al prójimo de una forma esmera y empática para poder resolver sus conflictos.

Tenemos que crear vínculos de manera creativa y no violenta.

Tenemos que crear una pedagogía de cara a los problemas sociales, de violencia y convivencia, de inicios, de desarrollo y sus consecuencias.

Tenemos dos tipos de pedagogías importantes en este tema: Una pedagogía centrada en la persona y una pedagogía centrada en el conflicto; las dos son igual de importantes porque tenemos que analizar a la persona, su autoestima, sus emociones, su forma de relacionarse, sus habilidades; y después nos tenemos que trasladar a una pedagogía conflictual en donde ya se relaciona con el prójimo y pone en práctica todas aquellas habilidades que aprendió de forma personal.

En una pedagogía centrada en el conflicto tenemos que identificar el conflicto y el error. Y aquí es muy importante hablar de las necesidades, los intereses y las percepciones. ¿Por qué? Porque muchas veces disfrazamos estas necesidades con percepciones equivocadas de la realidad; y un buen facilitador tiene que saber encontrar dónde están estas percepciones erróneas para aclarar la situación entre ambas partes.

También tenemos que aprender a construir actitudes reflexivas y autorreflexivas, analizar si el educador o el educando toma una postura determinada.

La clasificación de la pedagogía de conflicto es la siguiente:

1.º Pedagogía entre y bajo el conflicto. Evade el conflicto totalmente y se abstiene de participar. Entonces en vez de ser protagonistas nos volvemos espectadores, no queremos involucrarnos en eso, entonces preferimos mantenernos a la distancia. El resultado será nulo.

2.º Pedagogía según y desde el conflicto. Se basa en el diálogo para resolver las diferencias. Todos son actores y se buscan consensos, se busca aprender del conflicto. Es muy importante remarcar que el conflicto es una oportunidad de crecimiento y el conflicto siempre va a ser inherente al hombre; pero nosotros como personas tenemos que buscar una forma creativa de resolver el conflicto, y eso es lo que nos va a hacer crecer dentro de una sociedad.

3.º Tenemos otro tipo de Pedagogía que se llama ante y contra el conflicto. Y esta es la que llamamos: Pedagogía de la paz. Fomenta procesos de aprendizaje analizando causas estructurales y sociales del conflicto. Esta pedagogía se divide en varios ejes: el político, el económico, el social y el ecológico; y construye estrategias en contra de las injusticias y la guerra.

Cuando hablamos de pedagogía tenemos que ver cuál es el rol del conflicto en la pedagogía. Entonces hablamos de:

Pedagogía en y con el conflicto. Se reconoce el conflicto como motor de cambio y una expresión en contra de las contradicciones.

A esto tenemos variaciones, por ejemplo:

La pedagogía que desafía y propone alternativas de fuerza dominante, donde obviamente encontramos a la violencia.

La pedagogía comunicativa. Es una pedagogía de autorreflexión, diálogo, con el afán de liberarse de todas las percepciones que heredamos muchas veces de la cultura, de la religión y de la familia. Muchas veces estamos algo contaminados sobre percepciones equivocadas que heredamos de la cultura que nos rodea, y lo mejor es educarnos en este sentido para tener la mejor disponibilidad de interrelacionarnos con el prójimo. Cuando en este mundo tan diverso y tan multicultural, con una gran diversidad de opiniones, religiones, etc., tenemos que encontrar la manera de podernos relacionar sin que nuestras percepciones culturales minen la relación con el prójimo y podamos ser empáticos al respecto.

Tenemos las pedagogías estructuralistas, que desarrollan procesos que permiten mapear las estructuras sociales, basadas en el conflicto.

Tenemos varios ejes conceptuales de pedagogía: Principios sociológicos y sociopolíticos, construir un nuevo orden basado en una paz positiva.

Tenemos ejes importantes, como el velar por los derechos humanos, el reconocimiento de la integridad, la solidaridad humana, la responsabilidad social y la perspectiva de género.

Los principios pedagógicos importantes sobre los que no debemos olvidar:

  • Atender estilos de aprendizaje y diferentes talentos.
  • Reconocimiento de carácter conflictivo con la realidad, que es la pedagogía problematizadora.
  • Conexión entre formas de enseñar y manifestaciones de los participantes.
  • Estimular el trabajo grupal y siempre con la acción humanitaria.

Nunca se olviden que para poder educar al alma y al corazón tenemos que sensibilizar al corazón; y la única manera de sensibilizarlo es llevar al ser humano a la experiencia propia; es la única manera en la que ellos van a sentir para poder actuar.

  • Tenemos que experimentar nuevas alternativas de intervención en el desarrollo social.
  • Establecer vínculos de solidaridad participativa y estimular el aprendizaje reflexivo.
  • Autocuestionarnos y autoevaluarnos.

El docente, por lo tanto, debe seguir los siguientes pasos: Educar con amor, proyectar y reflejarse con paz, hacer partícipe a los padres de la comunidad, fomentar la participación, crear un sentido moral de justicia y un sentido de democracia y de libertad, fomentar el diálogo y la comprensión, enseñar a compartir, desarrollar una opinión crítica, ser ejemplo (ser ejemplo en la comunidad: no podemos esperar que un profesor se pare en frente de estudiantes y trate de educarlos si él no imparte con el ejemplo). Demostrar la paz —lo mejor que se pueda—, fomentar la tolerancia y saber escuchar.

Por lo que tenemos que paz es contraposición de pasividad. ¿A qué me refiero? Se debe crear una actitud activa; enseñar paz se requiere de maestros que actúen; hay que ser congruente con lo que pensamos, con lo que sentimos y con lo que actuamos; y el maestro siempre debe sensibilizar y concientizar.

Estos son los siguientes retos del educador:

  • Aprender a ser,
  • aprender a pensar,
  • aprender a aprender,
  • aprender a convivir
  • y aprender a emprender.

Estos son nuestros retos:

  • Aprender a comunicarnos,
  • aprender a colaborar,
  • aprender a discernir,
  • aprender a participar,
  • aprender a ser responsable,
  • a aceptar,
  • a resolver situaciones de manera constructiva,
  • a cambiar,
  • a reflexionar y
  • aprender a adoptar resoluciones éticas.

Con todas estas consideraciones me gustaría acabar diciéndoles que todo lo que les acabo de mencionar nos llevará a aprender a vivir en la diversidad con tolerancia, a valorar la solidaridad humana, la reciprocidad y la justicia, a resolver conflictos de manera constructiva y a ejercer la responsabilidad social; y para todo esto necesitamos un desarrollo armónico y pacífico de la sociedad.

Muchas gracias.