Feliciano Jiménez | Acto de Instalación en Sesión Ciencia, CUMIPAZ 2017
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Buenos días, S.E. Emilio Sempris, ministro de Ambiente de Panamá; Lcda. Gabriela Lara, directora general del movimiento Activistas por la Paz; Mariam Wallet, presidenta del 16.° Foro Permanente de la ONU de los Pueblos Indígenas; Leo Heileman, director para América Latina y el Caribe de la ONU en el Medio Ambiente.
Para mí es un honor participar en esta Cumbre de Paz 2017; le agradezco a todo ese personal que ha hecho posible este magno evento.
Para iniciar nuestra exposición, en nombre de los pueblos indígenas de mi país, de Panamá, y a todos aquellos hermanos que no es posible escucharlos desde esta tribuna, a los pueblos indígenas de América y del mundo: el compromiso que hoy le toca a la sociedad parece ser cristalizado en esta primera sesión denominada Sesión de la Ciencia para la Preservación de la Vida de la Madre Tierra y del Ser Humano.
De verdad que el tema es conocido por todos, pero ¿por qué no se acata lo que nosotros ya sabemos? Voy a compartir algunas palabras que las escuchamos cuando estábamos en la escuela: que de la Madre Tierra recibimos todos los productos, todo (eso lo aprendimos en cuarto, quinto, sexto grado): recibimos la medicina, recibimos el vestido, recibimos la hoja para escribir, recibimos la tinta para poder redactar un escrito; eso lo aprendemos desde muy pequeños. Pero a cambio de eso, ¿qué le damos a la naturaleza cuando le extraemos ese aporte para el desarrollo de la humanidad? Hemos quedado a medias.
Definitivamente la educación debe ser uno de los pasos más importantes que los Gobiernos del mundo deben dar para que la juventud vaya concienciándose ante la realidad que se acerca si no tomamos responsablemente el cuidado de nuestra Madre Tierra.
E igualmente en materias legales: los parlamentos del mundo, los parlamentos de la sociedad desarrollada, tristemente (y no podemos negar esto) a veces legislan para buscar más fondos para crear armas sofisticadas para matar al mismo ser humano; a veces destinan recursos millonarios para investigaciones, para tener armas sofisticadas para destruir la naturaleza; porque nadie puede decir que al momento de impactar una bomba en equis lugar no se está destruyendo la naturaleza; se está destruyendo el medio ambiente.
Con la educación podemos comenzar a dar unos pasos importantes para la protección, para la conservación y el cuidado de nuestra Madre Tierra, y con ello el ser humano.
Las leyes, en nuestro país en particular, han dado algunos avances muy importantes, y voy a mencionar algunos, entre tantos, algunos muy importantes que se han dado:
1) La Ley 23 del 26 de marzo del año 2012: la protección de los recursos naturales hídricos y mineros de la comarca Ngäbe-Buglé. No les hago más historia, porque los que viven en Panamá (y tal vez el mundo) se enteraron de por qué sale esta ley. Después de ocho días de lucha en la calle se logró que el Gobierno nacional, a través de la Asamblea, pudiera dictar esta norma y protección de nuestros recursos naturales.
2) Otra ley sumamente importante que le da valor a nuestra Madre Tierra, es la Ley 17 del 2 de junio del año 2016, relacionada a la protección del conocimiento de la medicina tradicional de los pueblos indígenas. Estamos en fase de reglamentación de dicha ley.
3) Finalmente, también cito una norma que sabemos que va a ser de mucha beligerancia en materia de consulta: es la Ley 37 del 2 de agosto del año 2016, que es la Ley de la Consulta Previa, Libre e Informada, donde obliga a la sociedad, al Gobierno, a hacer toda la consulta necesaria para que se pueda desarrollar un proyecto dentro de los territorios y los pueblos indígenas.
Honorables señores que nos acompañan en este magno evento: es hora de que nosotros tomemos conciencia de nuestra acción, aunque de momento pareciera insignificante. Vemos en la calle en ocasiones, cuando llueve dos o tres horas, se inunda la calle; pero nosotros somos el principal responsable de eso, porque nosotros no tenemos la cultura de limpieza. Es fácil sacar la mano y tirar por la ventana botellas, plásticos, cualquier desperdicio; y nosotros nos consideramos de la ciudad civilizada.
Señores, es hora de que nosotros… Esa acción que de repente es insignificante repercute en la educación de un niño que va detrás de mí tal vez; esa educación o esa acción que hago de manera… sin pensarlo, le va a servir a aquel señor o aquella señora que no tiene mayor formación académica. Entonces, señores, comencemos con una cultura de mi parte, aportando a la protección de la Madre Tierra.
Para ir terminando, nuestro país en este momento, el Gobierno nacional, está haciendo grandes esfuerzos para implementar un plan: el Plan de Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas, donde participaron los siete pueblos: Bribri, Naso, Emberá-wounaan, Ngäbe, Gunas… donde se recogió o donde se plasman los principales deseos de los pueblos indígenas y qué tipo de proyectos quieren que se desarrollen.
En estos primeros cinco años se desarrollarán cuatro temas bien consultados. Uno es la gobernanza: No se puede caminar si no se tiene una estructura seria y responsable dentro de los pueblos indígenas. Se está trabajando en la organización y, sobre todo, protegiendo la autoridad tradicional de los pueblos indígenas. Hay que escucharlos. Ellos tienen los conocimientos, la idiosincrasia, su cosmovisión de su mundo; por eso hay que escucharlos y con ellos trabajar.
El medio ambiente es uno de los aspectos que se va a trabajar.
Agua y saneamiento. Señores, las comarcas indígenas y los territorios de los pueblos indígenas conservan uno de los recursos vitales para la vida del ser humano y de la naturaleza en general: el agua.
Usted, desde que comienza a trasladarse para el área de la provincia central de Chiriquí, casi todos los ríos que cruzan los potreros de los grandes ganaderos vienen de la cordillera de los pueblos indígenas. Y aquí en este país todavía no se ha legislado.
Este año, creo que así es (si no me deja mentir el ministro Sempris), hay un organismo de agua que va a luchar para el uso racional y conservación de ese vital líquido.
Honorables señores, no quiero cansarlos con mi discurso, pero el pueblo indígena conoce su mundo, conoce esa cosmovisión. Nosotros no teníamos necesidad antes de ver de qué manera íbamos a producir con alguna tecnología; solamente viendo algunos astros, viendo la Luna nosotros sabíamos cuándo podíamos cortar un palo, cuándo podíamos tumbar un pedazo de monte para sembrar, porque nosotros teníamos contacto directo con la naturaleza. Eso hoy se está acabando, eso hoy como que ya no se enseña en nuestras escuelas.
Entonces, honorables, de verdad para mí es un honor que podamos tomar esta enseñanza de los pueblos originarios del mundo, y en particular de nuestro país, como un compromiso; que los temas que se desarrollen dentro de la comarca (ya sea educación, inversión, en materia legales), consúltenos, porque así nosotros vamos a ser dueños del desarrollo de nuestro propio destino.
Muchas gracias.