Dr. William Soto | Acto de Instalación en Sesión RSE, CUMIPAZ 2018
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Reciban un cordial saludo todos los integrantes de la mesa de honor, apreciados empresarios y público en general. Tengan todos muy buenos días, y gracias por acompañarnos en la Cumbre de Integración por la Paz – CUMIPAZ.
Los avances científicos y tecnológicos han provisto una diversidad de recursos para generar nuevos modelos de empresas y nuevas visiones que buscan el crecimiento constante. Muchos de ellos representan un desafío, porque si bien permiten un mayor desarrollo económico, también pueden alterar la vida de la familia humana de la forma como la conocemos.
Todos estamos conscientes de que el desarrollo económico, el crecimiento de las empresas y las tecnologías emergentes no representan necesariamente un crecimiento en el bienestar de los seres humanos y del planeta o Madre Tierra. Ya no existen limitaciones en la producción y la transformación que produzcan estos avances o nuevos productos, todo va a depender del objetivo que se les dé; y eso lo determinan las personas que tienen ese poder de decisión.
Por eso es importante en la actualidad, más que nunca, los principios y valores que los líderes en el campo empresarial tienen en su corazón: su ética y su amor por los seres humanos, porque estos constituyen el fundamento que sustentan ese proceso de deliberación.
En ese sentido hemos venido planteando desde la teoría educativa para la paz y felicidad del ser humano integral, la importancia de formar al ser humano en su corazón con principios y valores; y esta formación para el empresario debe darse desde las universidades como un tema transversal a lo largo de todo su proceso de formación.
Existe hoy un gran reto, y en especial para los empresarios, cuyas acciones pueden producir un mayor impacto en la sociedad y en todos los seres vivos que habitan en el planeta. Es importante reflexionar en el enfoque y el objetivo de las empresas y de hacer empresa.
Es urgente y necesario que el sector económico, los empresarios, puedan repensar la economía, repensar la relación de las empresas con nuestra Madre Tierra, pero sobre todo, reconstruir la cosmovisión que tiene el empresario del ser humano.
Muchas veces, erradamente se pensó que los valores como la ética, la solidaridad, el respeto, la honestidad, no tenían relación con el proceso de generar utilidades, pero es momento de tomar conciencia de que estos valores —y en especial el amor por el semejante— son activos intangibles e indispensables en la empresa.
Es importante promover un liderazgo ajustado a la realidad del siglo XXI, donde se observa la necesidad imperiosa de un cambio de paradigmas y de potencialización de los valores del ser humano, a través de líderes positivos que proporcionen seguridad y mantenimiento del planeta Tierra, es decir, un liderazgo integral transformacional positivo.
Las empresas están constituidas por seres humanos y administradas por seres humanos, es por esto que la maximización de beneficios y la competitividad no deben ser el punto de partida ni del empresario ni de la empresa. El sector empresarial tiene la capacidad de cambiar las vidas de las personas y al mundo; esto lo logra cuando su principal objetivo está puesto en servir a los demás, en buscar constantemente la forma de contribuir al bienestar y superación de todos los seres humanos, a tener un continuo crecimiento personal en el ser, en el hacer, en el pertenecer y en el tener. Cuando esto se convierte en el principal objetivo, las utilidades económicas vendrán como parte del resultado.
Los empresarios deben vigilar continuamente sus acciones y la manera en que como toman decisiones, siendo conscientes de que estas afectan a su entorno y, con el entorno por ende, la vida, haciéndose responsables del futuro de nuestras sociedades y de nuestra Madre Tierra. La responsabilidad social empresarial debe ser un compromiso real y una herramienta para hacer negocios con principios éticos y transparentes.
El mundo necesita que para los líderes empresariales el crecimiento por sí solo no sea suficiente; se necesitan líderes que día a día estén enfocados en encontrar el bienestar, la superación, la paz y felicidad de las personas, en encontrar un sentido de servicio; que piensen con el corazón y estén dispuestos a contribuir en la generación de más líderes que impacten de forma positiva la vida de la familia humana, pues servir a los demás es el fundamento de la felicidad.
Todos tenemos la capacidad para ser un líder integral transformacional positivo, que contribuya para que las personas de nuestro entorno sean cada vez más felices. Esta invitación es un reto que les traerá oportunidades y los ayudará a materializar sus sueños como empresarios y como seres humanos.
Muchas gracias.