Carlos Viteri | La importancia de la educación, justicia social e igualdad para la promoción, el mantenimiento de la paz y seguridad internacional de las naciones.

Carlos Viteri | La importancia de la educación, justicia social e igualdad para la promoción, el mantenimiento de la paz y seguridad internacional de las naciones.

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[Saludo en dialecto indígena] Buenas tardes, muchas gracias. Quiero expresar un cordial agradecimiento a la Cumbre Mundial por la Integración y la Paz, por esta invitación realizada a la Asamblea del Ecuador.

Me encuentro aquí juntamente con un colega de la Asamblea Nacional, el colega Fernando Flores (un gusto estar aquí, Fernando, contigo). También quiero saludar a todo el cuerpo diplomático, y dentro del cuerpo diplomático a nuestro embajador del Ecuador, el embajador Galo Enríquez, y a todos ustedes que se han dado cita a esta mesa.

Creo que este espacio sin duda es importante, sumamente importante para reflexionar y también para renovar nuestras energías, para renovar nuestro compromiso, y con ganas empezar o iniciar, o retomar o continuar el trabajo por el bien común.

Quiero ir a algunas ideas, quiero compartir con ustedes algunas ideas que yo considero que son importantes y que en muchos casos muchos de los que están aquí, y quizás todos, ya lo están llevando adelante.

Quiero decir que voy a empezar por el último para terminar con la introducción; a diferencia de nuestro primer panelista, qué linda persona, qué lindo ser humano que lastimosamente le tocó abandonarnos, el senador de la hermana República del Paraguay.

En el primer día el científico colombiano Juan Carlos Borrero mencionó un tema, un tema muy sencillo: ¿Por qué no hacemos un Manual del Buen Habitante? Suena muy sencillo, suena muy a la mano. Y eso que parece muy sencillo, creo que no es mala idea; es más, considero que es una extraordinaria idea.

De todo lo que acá hemos hablado, estamos hablando: el planeta, las vidas del planeta, las inequidades, la necesidad de equidad, la necesidad de justicia, la necesidad de paz, ¿por qué no partimos esas ideas sumamente prácticas?, que salga de esta conferencia promover desde ese espacio en donde cada uno estamos trabajando —y quiero hacer mía esa propuesta, no sé si está por acá mi tocayo—, de iniciar por el Manual del Buen Habitante. Y seguramente muchas de nuestras normas de nuestros países tienen que ver y coinciden con aquello que tiene que ser el Manual del Buen Habitante.

Siempre en estas reuniones, y lo digo con mucho respeto y con mucho cariño también, siempre en estas reuniones hablamos de lo mal que están las cosas, hablamos de las cifras o indicadores dramáticos, tanto en lo social, cuánto en materia ambiental; exhibimos una serie de diagnósticos, información muy válida, por cierto, mucha información; y muchos hablar de experiencias, experiencias prácticas en cada uno de los lugares donde habitamos.

Y yo creo que, no quiero decir que todo se ha dicho, no quiero decir que ha llegado a un límite el conocimiento o la información sobre la realidad del mundo en que vivimos, pero sí quiero decir que nos hace falta acción, actuar. Mucho hablamos de cuánta minoría vive en una opulencia y de cuánta mayoría no tienen servicios básicos, mucho hablamos de eso.

Y creo que es sumamente importante, pues, que salga de acá de esta conferencia, de esta Cumbre, el compromiso para la acción: actuar. Tenemos información, tenemos indicadores, tenemos conocimiento, hay tecnología: actuemos.

Como ya hemos visto algunas valiosísimas propuestas y experiencias: se habló de la situación de los pueblos originarios, considero que es muy importante establecer, establecer una agenda de prioridades, prioridades que no pueden postergarse, que no podemos eludir, que no podemos hacer el quite, que no podemos hacernos de la vista gorda; prioridades a ser cumplidas.

Okey, hagamos juntos que, por ejemplo, en la agenda de prioridades (sea en el ámbito legislativo, sea en el ámbito de la organización social) incorporemos como una agenda de prioridades el cumplimiento efectivo de los derechos de los pueblos originarios. Hagamos ese compromiso. Que aparezca encabezando la agenda legislativa de los países, que aparezca encabezando la agenda de prioridades de todo proceso de planificación, de todo proceso de normativas subnacionales, como aquellas de las ordenanzas municipales, por ejemplo; hagamos eso, que es la única forma de empezar a aterrizar las ideas.

Pero poner en la agenda de prioridades para cumplirlas; porque de nada sirve que nos llenemos de una hermosa poesía normativa, o en algunos casos constitucional, pero que no se cumpla. Pongamos dentro del orden de prioridades que en todas partes empecemos a hablar y a normar el respeto a los derechos de la naturaleza. Y lo digo desde la experiencia de un país como el Ecuador, que tiene en su Constitución el reconocimiento de los derechos de la Madre naturaleza.

Hagamos el compromiso para la acción; de que entre los primeros temas de la agenda de prioridades está no reducir, no atenuar, sino erradicar la pobreza; aquella que conocemos convencionalmente, econométricamente, pobreza monetaria; y evidentemente ahora se incorporan otros elementos que se denomina actualmente pobreza multidimensional.

Hagamos que esa sea una agenda, y hagamos el compromiso de que esa agenda la cumplamos en tiempo corto, en un tiempo verdaderamente corto. Que esa debe ser la mayor ambición de la civilización, de la sociedad humana, de los países. La mayor ambición: construir equidad, que es el mayor sueño.

Cambiemos toda la teoría del crecimiento, dejemos de hablar de crecimiento; hablemos de justicia, que ese sea el imperativo para invertir los valores, para empezar a caminar en pos de esos objetivos que toda vida requiere.

Hablamos mucho del cambio climático y ya vemos todo el debate, todo el debate que hubo para el tema del Acuerdo de París; inclusive hoy, con mucho respeto, pero el respeto tampoco nos hace ciegos, uno de los países que mayor contribuía en las emisiones de CO2 se retiró del Acuerdo de París, luego se retiró de la Unicef - Unesco.

En fin, compañeros y compañeras, pongámonos el propósito de que cada uno de nosotros en cada uno de nuestras sociedades, a partir de ese ejercicio del ser ciudadano, a partir de la sociedad, y seguir para que empecemos a cambiar la matriz energética, empecemos a liberarnos de esa adicción a los combustibles fósiles; pero es en los hechos, en los hechos. Pongamos que ese sea uno de nuestros sueños, uno de nuestros ideales movilizadores. Yo creo que nos hace falta acción, ir más allá de los diagnósticos; y, sin duda, muchos de los que estamos acá ya estamos en ese camino.

Evidentemente esto implica pensar en coherencia con aquello que estamos hablando; no solamente con la vida del ser humano, sino con todas las vidas del planeta. Es decir, que la vida en su esencia esté sobre el capital; porque aquí, para tomar las medidas respecto a todo lo que hemos hablado aquí no es un tema de falta de recursos, no es un tema de falta de alimentación; ya se mencionó acá mismo cuánta alimentación se desperdicia, cuánto recurso está mal distribuido. Es falta de voluntad.

El problema, cuando el problema se vuelve falta de voluntad, el problema se vuelve político, es político. Es político el no tomar el bien común, la responsabilidad que cada uno de nosotros, que cada país tiene, que cada gobierno tiene, que cada corporación mundial tiene, con la vida, con la vida del planeta, con los seres humanos.

Y a partir de eso, yo quiero comentarles algo sobre lo que yo considero es y debe ser la meta que los seres humanos y la sociedad en su conjunto debemos dar como un salto civilizatorio; y que es Sumak Kawsai, que la traducción más sencilla es “una vida en felicidad”, vivir en felicidad, Sumak Kawsai, se expresa en el runa shimi, es decir, en mi idioma (genéricamente conocido como quichua, yo soy quichua de la provincia de Pastaza en Ecuador, que está en la Amazonía del Ecuador), y desde allí teorizamos este concepto.

Sumak, que es lo ideal, lo armónico, lo justo, lo hermoso; Kawsai, que es vida; vida en felicidad o vivir en felicidad. Y estoy mencionando esto no como algo romántico, sino porque en casi un cuarto de siglo de haber teorizado y haber debatido en mi país, hoy este concepto forma parte de nuestra Constitución, como un objetivo del Estado el alcanzar el Sumak Kawsai, que es la vida en plenitud, en felicidad, en equidad.

Y quiero muy brevemente mencionarles que Sumak Kawsai tiene una condición fundamental, y es aquello que aquí se ha hablado, y es aquello que tiene que ver con este tema de conferencia, que es “La importancia de la educación, justicia social e igualdad para la promoción, el mantenimiento de la paz y seguridad internacional de las naciones”.

El eje fundamental de Sumak Kawsai es el conocimiento. Nosotros decimos yachay, el conocimiento; un conocimiento que culturalmente se compone de varios aspectos, entre ellos aquel conocimiento que simbólicamente viene transmitido desde que nacen los niños, en términos simbólicos; y el conocimiento que se va adquiriendo de padres a hijos y en la cotidianidad. Un conocimiento que deben - al cual deben tener acceso absolutamente todos.

El que alguien —y estoy hablando de mi pueblo— no conozca sobre tal materia, eso no es normal, eso no es normal, eso es algo indigno; el conocimiento para todos. Y claro que podemos nosotros impulsar a nivel… en contexto mayores, a nivel de los países; y debemos asegurar la mejor educación gratuita para todos y para todas. Es el principio de Sumak Kawsai: el conocimiento. El conocimiento, a eso se suman los valores; valores que tienen que ver… valores para la solidaridad, la reciprocidad, el respeto, el respeto entre personas diferentes, de diferente edad, de diferente identidad sexual, el respeto a los ancianos.

Conocimiento y valores que se juntan a la hora de relacionarnos con el entorno, para interactuar con el entorno; conocimientos para aprovechar adecuadamente toda aquella prodigiosa existencia de la naturaleza para nuestra economía, para nuestro sustento diario.

¿Cómo no vamos a poder construir una economía realmente solidaria, respetuosa de la Madre Tierra? Una economía. Si tenemos equitativamente el conocimiento, evidentemente equitativamente vamos a poder distribuir lo que existe en la naturaleza, vamos a acceder a ella; pero al mismo tiempo creo que eso nos demuestra que podemos superar aquella idea tan negativa para el mundo entero de la acumulación ilimitada de recursos materiales, la acumulación ilimitada individual de recursos, para pasar a compartir solidariamente, para generar procesos económicos recíprocos, para generar procesos económicos respetuosos de la Madre Tierra.

Y allí un tema que vale recalcar: sin duda la humanidad tiene que recuperar esa noción de sacralidad, esa noción de respeto más allá. Respeto porque si no, esto se vuelve en contra mía; respeto porque hay que respetar, porque allí hay algo superior, algo trascendental; reconocer en la naturaleza una dimensión trascendental.

Es por eso que en la cosmovisión de mi pueblo, por ejemplo… y no estoy hablando de tiempos pretéritos que no volverán, estoy hablando del presente. Una laguna, es el escenario de vida, protegido por el gran espíritu; una montaña, un cerro, un gran árbol.

Dentro de las profundidades del agua se concibe que existen comunidades míticas, comunidades como el de la superficie; eso nos enseñan desde nacimos, desde pequeños. Y desde ahí nace la explicación del por qué no debemos destruir las aguas, por qué debemos protegerla.

Seguramente el resto del mundo, la sociedad occidental debe recuperar esta noción de que hay algo trascendental en la naturaleza, y vamos a cambiar nuestro comportamiento.

Pero y por otro lado yo mencioné el respeto entre diferentes. Jamás hubo guerras y no existen guerras, y no existen conflictos; y no digo que no haya conflictos, no hay mortal que no tenga conflictos; jamás existió guerras por territorio o por someter uno a otro; han existido en la Amazonía pueblos guerreros por siempre, pero por otras razones; razones de chamanismo, venganzas seculares, en fin; pero no por someter a otro, no por dominar al otro, no por doblegar al otro, no por subyugar a otro; hubo ese conflicto, pero sobre todo existe el respeto a la autodeterminación e identidad de cada pueblo.

Es decir, Sumak Kawsai tiene los elementos que aplicados en un contexto mayor, según mi punto de vista, inclusive nos puede permitir ir más allá de aquel concepto que nos heredaron desde la antigua Grecia: la democracia. Desde mi punto de vista, Sumak Kawsai es el orden social ideal para la felicidad y para la convivencia armónica entre el ser humano y la Madre naturaleza.

Yo les invito a ustedes a hacer ese pacto social por el Sumak Kawsai. ¿Desarrollo? Siempre habrá desarrollo, y todos consideran conmigo a qué condiciones le hemos reducido al planeta a nombre del desarrollo. En el idioma de mi pueblo no existe ese término, no existe la idea de que un grupo humano o una persona tiene que ir de la más crítica condición de vida, de lo más precario hacia una condición de abundancia, no. No existe tampoco la palabra pobreza en mi idioma, ni en muchos idiomas ancestrales.

El sentido del esfuerzo humano, el sentido del conocimiento, el sentido de los valores es para crear y recrear permanentemente esas condiciones de felicidad, de armonía, donde la inequidad es una aberración, donde la pobreza es algo anormal, es algo que no tiene que existir. Esa es la gran diferencia.

Es por eso que los invito a que desde esta conferencia vayamos pensando en ese nuevo pacto social por el Sumak Kawsai, para ir más allá de las limitaciones de la democracia, que se supone es la estructura, la organización social para una vida ideal; tiene limitaciones, enormes limitaciones, ¡enormes limitaciones!; Sumak Kawsai es la vía alternativa, desde mi punto de vista, a ese concepto.

Creo que si hacemos un balance del último medio siglo de la humanidad, tiene sinónimos, cambio climático, inequidad, todo lo que implica el cambio climático, todo lo que implica las inequidades, los conflictos, los conflictos y las guerras; que promueven —dicho sea de paso— países que se pretenden ejemplo de democracia en el mundo.

Les invito a hacer el nuevo pacto social por el Sumak Kawsai, que es posible; y eso parte de la cosmovisión de mi pueblo y de la cosmovisión de muchos pueblos. Para ver al mundo desde la visión justa que hay que verlo, es decir, en su real integralidad.

En ese marco, querido compañeros y compañeras, creo también que hay que avanzar en aspectos tales como por ejemplo (una idea concreta que ya se planteó y uno de los que lidera actualmente es el presidente Evo Morales) la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Naturaleza; avancemos con eso, promovamos eso, me parece que sería igualmente un salto sumamente importante.

Compañeros y compañeras, espero haber dado algunas ideas, sumar algunas ideas a aquello que en mi país, en un marco Constitucional que recoge este paradigma, que es el Sumak Kawsai, y que se declara Estado Plurinacional al igual que la hermana República de Bolivia, podamos avanzar con hechos reales, pisando en la tierra, sin buscar al buen salvaje en el caso de los pueblos y nacionalidades, sin buscar a los pueblos de museo, sino a los pueblos que sin perder nuestra cosmovisión y nuestra identidad queremos y estamos contribuyendo a que este planeta no colapse; todo lo contrario, a que todos podamos salvarnos. Muchas gracias.

 

MODERADOR

Muchas gracias al asambleísta de la República de Ecuador.