La CUMIPAZ 2015 abre espacios de diálogo sobre el desafío de la Educación Superior en el siglo XXI
Catedráticos conformaron la primera mesa de la Sesión Educativa
La primera mesa de trabajo de la Sesión Educativa de la CUMIPAZ Chile 2015, centró sus análisis y propuestas en el tema “La Educación Superior y el Desafío del aseguramiento de la calidad en el desarrollo de las competencias profesionales en el siglo XXI.”
El desarrollo del tema estuvo a cargo de catedráticos y docentes de diferentes universidades de Latinoamérica, quienes luego de exponer diversos ejes temáticos, concluyeron que “la Educación Superior necesita no sólo formar buenos profesionales; sino que también es necesario formar buenos ciudadanos, aptos para resolver sus conflictos de una manera no violenta; y aquello es parte del desafío que se tiene en las competencias de la Educación Superior.”
En este sentido, la mesa converge en la necesidad de un sustento ético en el proceso educativo y no sólo basado en lógicas pragmáticas; haciendo énfasis en que la educación además de ser técnica, también debe formar individuos en valores humanos.
Otro de los puntos principales de esta mesa fue la necesidad de promover en la Educación Superior el desarrollo de competencias profesionales a través de la formación integral, y fomentar las alianzas estratégicas interinstitucionales, que impulsen y fortalezcan una cultura de paz en la sociedad.
La Universidad Católica de Santa María UCSM (Perú), la Universidad del Tolima (Colombia), La Universidad Autónoma de México UNAM, la Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad del Aconcagua (Argentina), la Universidad Santa Clara De Asís USCA (Paraguay) fueron las instituciones representadas en esta mesa de trabajo, la cual fue moderada por el Dr. Tito Flores, Académico de la Universidad Tecnológica Metropolitana de Chile.
Educación de ciudadanos éticos
La primera intervención estuvo a cargo del Dr. Alberto Briceño Ortega, rector de la UCSM, quien disertó sobre los “Desafíos de la Educación Superior en el Desarrollo Humano y la Sociedad.”
Basado en la Declaración Mundial de la UNESCO (1998) sobre la Educación Superior, presentó un marco de referencia docente sobre la educación en valores y enfatizó que la concepción de la Educación Superior debe basarse en los Derechos Humanos, la democracia, el respeto a la diversidad en todo sus ámbitos y la paz; hacia la construcción de la ciudadanía y el desarrollo del país.
“La Educación Superior no sólo debe proveer de competencias al mundo presente y futuro, sino contribuir a la educación de ciudadanos éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los Derechos Humanos y los valores de la democracia”, expresó el Dr. Briceño.
Dicotomía en la educación
Por su parte, el Dr. Luis Carlos Salinas Traslaviña, Director del Observatorio de Paz y Derechos Humanos de la Universidad del Tolima, habló sobre un problema que afecta a la Educación Superior: la separación entre la teoría y la práctica. Indicó que existe una ruptura entre el conocimiento y la acción del sujeto, “dicotomía en que el ser humano es uno en lo que dice, en su discurso, incluso en lo que piensa, pero es otro en lo que hace”, señaló.
En este sentido, explicó que la educación tiene que empezar a propender por una formación donde ese sujeto es responsable de sí mismo; y la paz, los derechos humanos, la convivencia, la construye en su hacer cotidiano. Agregó: “La Educación superior hoy en el mundo no solamente en América Latina, lo que se está jugando es la posibilidad de que exista la humanidad.”
Evaluar y replantear el sistema educativo
El Dr. Salvador del Toro, Secretario de la Organización de la Asociación Autónoma del Personal Académico de la UNAM, en su intervención presentó el tema “Una política de Estado para la Educación Superior y la Investigación Científica”, tomando como referencia las políticas educativas del Estado mexicano.
Destacó la necesidad de realizar inicialmente una evaluación responsable del sistema educativo nacional, para precisar lo que ha logrado y determinar lo que hace falta. “Debemos evaluar la orientación de nuestra educación, su calidad, los recursos necesarios para su realización, y sobre todo el sentido ético, los valores que estamos transmitiendo a las nuevas generaciones”, precisó.
Añadió: “el principio a la calidad de la educación, no está en relación con el número de quienes se educan, sino en relación a los métodos y sistemas de enseñanzas, y en relación a los objetivos y fines de la educación.”
En la misma línea, el Dr. Gustavo Castiñeira de Dios, docente de la Universidad Nacional de Cuyo y de la Universidad del Aconcagua, habló de la necesidad de replantear la tarea educativa y de la renovación de los diseños curriculares de manera continua.
“No se puede confinar la educación a una sola etapa de la vida, sino que es necesario que se convierta en un elemento siempre presente; así mismo, es necesario replantear la tarea educativa, como mero instrumento de transmisión, de información, y priorizar un proceso de enseñanza, aprendizaje pleno de valores…”, manifestó el Dr. Castiñeira.
Además, comentó que no es viable pensar en planes de estudio y diseños curriculares, que tengan veinte años de antigüedad, “es importante por la propia dinámica, de esta sociedad, del conocimiento social de la información, que el esfuerzo de actualización de los diseños curriculares, sean permanente”, destacó.
El Estado garante de la educación como bien público
Para finalizar las ponencias, la Diputada Nacional de Paraguay, Dra. Esmérita Sánchez Da Silva, Rectora de la USCA, presentó un análisis del sistema educativo de su país y entre otros puntos, mencionó:
“Las experiencias internacionales en estas últimas tres décadas, demostraron que la educación ha contribuido de manera significativa en el desarrollo humano y económico de varios países que decidieron invertir el porcentaje mínimo de su producto interno bruto, recomendado por el UNESCO, que es el 7%.”
En este sentido, señaló que el tema de la Educación Superior representa un cimiento fundamental de toda nación que desea el crecimiento y desarrollo genuino, por ello enfatizó:
“El estado debe asumir imperativa, indelegablemente su rol de ente regulador y garante de la educación como bien público. En este sentido, es necesario que desarrolle una política pública, coherente en educación en general y en materia de Educación Superior en particular."
