Transcripción
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, la educación es el punto de partida para la construcción de la paz y el fomento de los principios de dignidad, igualdad, libertad y respeto mutuo entre todos los miembros de la familia humana. Así lo establece el Artículo 26.2, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
“La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.”
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“México requiere una nueva generación con valores, donde nuestros niños y jóvenes aprendan las lecciones que la historia nos ofrece.” – Lic. Francisco Guerra, Coordinador para México.
La Embajada de Activistas por la Paz, a través de Foros Universitarios y demás actividades conexas en el campo educativo, quiere poner por obra los propósitos establecidos por las Naciones Unidas.
Durante el régimen nazi se utilizó la educación como medio de adoctrinamiento, se propagó en las escuelas y universidades un mensaje antisemita de odio étnico, discriminación e intolerancia; por lo tanto, es en las universidades y las escuelas donde se puede propagar un mensaje de amor y fraternidad al prójimo, fundamentado en el respeto a la dignidad humana, la tolerancia y el reconocimiento de los derechos fundamentales.
En este contexto, la Embajada de Activistas por la Paz en México realizó durante el mes de septiembre el ciclo de Foros Universitarios “Educando para no olvidar”, llevado a cabo en más de cuarenta ciudades, con la participación de representantes de las Comisiones de Derechos Humanos de cada una de las entidades federativas, así como autoridades políticas, académicos y líderes universitarios.
El cierre oficial de estos eventos se desarrolló el 20 de septiembre en el Senado de la República.
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Se dieron cita en este acto, la Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Miriam Cantú; el sobreviviente del Holocausto, señor Bedrich Steiner; Salih Hardaga, Justo entre las Naciones; la Embajadora de Polonia en México, Agna Niviadoska; los historiadores Jaime Murrow y Jaime Romanowsky, Maestro de Maestros de Morei Morim Yad Vashem, México; Dan Tartakovsky, embajador especial de B-nai Brith Internacional.
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En este escenario, el Dr. William Soto habló sobre la importancia de promover una educación fundamentada en valores para alcanzar la paz, y una vez más convocó a las autoridades respaldar la inclusión del Holocausto, paradigma del genocidio, como una materia de estudio en el sistema educativo.
—Dr. William Soto. Embajador Mundial de Embajada de Activistas por la Paz—
En el proceso educativo siempre tiene que existir una educación fundamentada en principios, valores y respeto por la dignidad humana, como pilares fundamentales en la construcción de la paz.
Como bien decía el prócer Benito Juárez: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.”
Y tomo estas palabras para dirigirme a todos los senadores, diputados, diplomáticos, académicos, profesores e investigadores aquí presentes, y les invito a que juntos hagamos de esta nación el adalid de la paz en América Latina.
Así como Benito Juárez fue considerado Benemérito de las Américas por su defensa de las libertades, una vez más destaquemos a México como nación de respeto por las libertades fundamentales del ser humano.
Por esta razón, quiero proponerles, con todo respeto, que juntos emprendamos acciones y promovamos que mediante una ley del Congreso se apruebe la enseñanza de El Holocausto en las escuelas, colegios, y como una materia transversal en las universidades.
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Durante las presentaciones los participantes destacaron las características que hacen del Holocausto el paradigma del genocidio y resaltaron las transformaciones en materia de Derechos Humanos, que se vivieron después de este genocidio.
—Jaime Murrow. Maestro de Maestros, Morei Morim. Yad Vashem México—
En conclusión de este programa de Holocausto “Educando para no olvidar”, pedimos al poder legislativo y ejecutivo federal, firme los protocolos de Oslo como otros miembros de la ONU lo han hecho. La Resolución de la ONU 60/7, de noviembre de 2005, establece: “El mundo reconoce que las fuerzas que operaron en la Segunda Guerra Mundial aún están presentes y pueden traer consecuencias nefastas para toda la sociedad. El Holocausto no es un evento judío, es una preocupación universal.”
—Bedrich Steiner. Sobreviviente del campo de exterminio Auschwitz-Birkenau—
El humo y el olor a la carne quemada se extendía por todo el campo. Este era el Auschwitz, llamado también “la fabrica de la muerte”. También yo llegue ahí, en un furgón de ganado con cincuenta o ¡quién sabe cuántas personas!, sin ventanas y con una cubeta para el agua y una cubeta para los excrementos. Llegando fuimos separados, se seleccionaron los hombres aptos para el trabajo y mujeres aptos para el trabajo; finalmente fueron seleccionados noventa y tantos muchachos jóvenes (tuve la suerte de estar entre ellos); el resto, las mujeres, viejos y niños terminaron en las cámaras de gas.
—Dan Tartakovsky. Embajador especial de B-nai Brith Internacional—
El mundo no ha aprendido. Como lo dijeran los que me antecedieron, las cosas en el papel son muy lindas, están muy bien escritas, las leyes ahí están; nosotros somos los que no las estamos cumpliendo y somos indiferentes; y eso tenemos que empezar a acabar.
En Ruanda, en menos de cien días murieron ocho cientas mil personas, y la gran mayoría del mundo no dijo nada. En Siria, como lo dijeron, van más de ciento veinte mil personas; y nadie volteó a ver hasta que alguien tiró gas sarín. Tenemos que empezar a educar a este respecto, tenemos que empezar a enseñar que el hombre no puede ser indiferente ante estas situaciones.
—Jaime Romanowsky. Maestro de Maestros, Morei Morim. Yad Vashem México—
Yo nada mas quisiera decir algunas palabras de gente como el señor Elie Wiesel, sobreviviente y Premio Nobel de la Paz 1986, cuando le dijeron: “¿Por qué hacen tanto escándalo los judíos con sus seis millones de víctimas, si se sabe que durante la Segunda Guerra Mundial murieron más de cincuenta millones de personas?” Y su respuesta fue la siguiente: “Es cierto, no todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial fueron judíos, pero todos los judíos eran víctimas, por definición…”
—Salih Hardaga. “Justo entre las Naciones.” México—
Creo que la idea de ampliar programas de educación con una materia que va a explicar y aclarar a nuestros jóvenes las palabras holocausto, genocidio, exterminio, fascismo y todos estos ismos, podría ser fructífero; y con esto, o mejor en un futuro, por lo menos entre nuestros jóvenes vamos a tener muchos más “Justos entre Naciones.”
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“Educando para no olvidar.” Ciclo de Foros Universitarios, se extenderá a todos los países de la América Latina.