LECCIONES DEL PASADO DEJAN ENSEÑANZAS VIVAS A MÁS DE 1.200 ESTUDIANTES DEL COBAEZ Embajada Mundial de Activistas por la Paz

LECCIONES DEL PASADO DEJAN ENSEÑANZAS VIVAS A MÁS DE 1.200 ESTUDIANTES DEL COBAEZ

México

La historia del Holocausto y otros genocidios, como un referente necesario para la prevención de futuros actos de violación a los Derechos Humanos.

Con honores a la bandera nacional se dió inicio al Foro “Educar para Recordar – El Holocausto, Paradigma del Genocidio”, en el Colegio de Bachilleres del Estado de Zacatecas (COBAEZ) No. 1.
 
El evento contó con la participación de la sobreviviente del Holocausto, señora Dolly Hirsch; el presidente ejecutivo de la EMAP, William Soto; Francisco González de la Cruz, presidente interestatal Unión Wirrarika, de los pueblos originarios; un representante del gobernador de Zacatecas, Julio César Chávez; y el director general de los 40 planteles del COBAEZ existentes en el estado de Zacatecas de la escuela sede, Rafael Sánchez Andrade.
 
En su participación, Rafael Sánchez ofreció el saludo de bienvenida y aseguró que el Foro es de aprendizaje, reflexión crítica y razonamiento acerca de los hechos que se desencadenaron durante la Segunda Guerra Mundial.
 
Y agregó: «Nos toca a nosotros como institución educativa, fortalecerla a través del conocimiento, a través de inculcar los valores y principios que emanan de ustedes, jóvenes; y que se traduzcan en la promoción permanente del respeto a los derechos humanos».
William Soto, al presentar “El Holocausto como paradigma de genocidio”, hizo referencia a lo que en el campo educativo se ha impulsado: su fundamentación, y el reconocer que el Holocausto fue un atentado contra la humanidad. Luego de disertar sobre los Derechos Humanos que se violentaron, refiere la importancia de ser educados ya no solo en la razón, en lo intelectual, sino también en el corazón, en las emociones de cada individuo; es decir, introyectar los conocimientos para luego ser exteriorizados en las acciones diarias. Al proponer un modelo holístico en el desarrollo integral del ser humano, y lograr una interrelación armónica con la familia humana, manifiesta: 
 
«Recordar el pasado, aprender sus lecciones, aplicarlas al presente a fin de asegurar el futuro de nuestros pueblos con base en la justicia, la verdad, la armonía y la equidad, recordar nuestra historia y respetar la dignidad humana, nos permitirá construir una cultura de paz».
 
 
 
 
William Soto Santiago
Embajador Mundial de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz
 
Al finalizar, insistió en la necesidad de reorientar los valores en el ser humano, especialmente el amor al prójimo, la solidaridad y el respeto a las diferencias. Recalcó que lo más importante del Programa Educativo Educar para Recordar, es contribuir a la formación y desarrollo de un ser íntegro y crítico, que base sus decisiones e ideales éticos en necesidades e intereses humanos, construyendo su propio aprendizaje, promoviendo la paz.
 
Dolly Hirsh, sobreviviente del genocidio que ocurrió en los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, narró su testimonio de vida y cómo logró sobreponerse ante las adversidades.
 
Como parte de su historia manifestó:
 
«El 15 de abril del 1945, Bergen-Belsen, fuimos liberados por los ingleses, El rey de Suecia ofrece a los sobrevivientes refugio y estuve en un hospital (donde me pusieron una lengua postiza), en el cual estuve siete meses hospitalizada. El vestido que usaba a los siete años de edad, era talla cero, ese vestido se encuentra ahora en el Museo de Memoria y Tolerancia en México. En Suecia, un cartero nos ayudó a buscar a un familiar, primo materno de mi mamá, en Managua, Nicaragua, y nos dijeron que se vino a vivir a la Ciudad de México».
 
Por su parte, Julio Chávez invitó a la reflexión y exhortó al público:
 
«Tenemos un nombre: Adolfo Hitler. ¿Qué, acaso, nadie en la historia de ese tiempo pudo detenerlo? Un hombre no puede tener mayor fuerza que la sociedad unida, y no puede ser más fuerte que la Humanidad (…) la sociedad fue corresponsable de los hechos sucedidos. Hay un sentimiento todavía peor que la discriminación y el odio, se llama indiferencia».