Dr. William Soto Santiago | Instalación de Placa, Embajada de Alemania en México
Embajador de la República Federal de Alemania en México, excelentísimo Dr. Edmund Duckwitz, señor Peter Katz, sobreviviente del Holocausto; miembros del cuerpo diplomático; miembros de la Comunidad Judía; medios de comunicación; señoras y señores muy buenas tardes.
Para la Embajada Mundial de Activistas por la Paz es muy significativo estar en este recinto compartiendo el proyecto “Huellas para no olvidar”. El proyecto “Huellas para no olvidar” fue creador con tres propósitos principales:
- Mantener vivo el testimonio de los sobrevivientes del Holocausto.
- Dar a conocer las lecciones universales que dejó esta etapa tan oscura, que dividió la historia de la humanidad en un antes y en un después.
- Además de reflexionar sobre los hechos y el odio étnico que motivó a los perpetradores de la barbarie, identificar las causas y circunstancias que propiciaron la Shoah. Para de esta forma detectar las señales de alarma que nos permitirán prevenir un nuevo genocidio.
El proyecto consiste en la realización de una placa con las huellas palmares de un sobreviviente del Holocausto y de sus descendientes. Y paralelamente, a la vez que se recoge su testimonio como evidencia documental, para la posteridad, generan espacios de estudio y reflexión a través de foros en universidades, congresos, institutos, escuelas y colegios profesionales. Las placas son exhibidas en congresos, cancillerías, embajadas, centros educativos, lugares públicos, museos y medios de comunicación; con el fin de enseñar sobre los genocidios, y en especial acerca del Holocausto y sus consecuencias. Pero, ante todo, con el propósito de generar espacios para educar a las presentes y futuras generaciones y así evitar que estos hechos se repitan.
Hoy vemos con preocupación la necesidad de realizar actividades académicas y culturales con el propósito de concienciar a las presentes generaciones, sobre los factores que desencadenaron el Holocausto y las circunstancias que propiciaron su ocurrencia. Así como las consecuencias y repercusiones que dejó en la humanidad, con el fin de que este crimen internacional no se relativice, no se minimice ni se olvide y así como debemos generar actividades educativas, vemos también su importancia en trabajar en la expedición de leyes ante discriminación.
Los sobrevivientes del Holocausto se están yendo poco a poco. La generación que vivió de cerca los estragos de la guerra está muriendo. La paulatina desaparición de los testigos y víctimas de la barbarie, así como la violencia contemporánea producto del odio, la intolerancia y la discriminación, son premisas que llaman a la acción a los académicos, líderes políticos, gobernantes, legisladores, para favorecer una educación con enfoque humanístico, donde se estudie el Holocausto como paradigma del genocidio y se generen actividades y proyectos donde el alumno pueda aprender y proyectar todas las lecciones que dejó esta parte vergonzosa de la historia de la humanidad.
Hacemos un especial énfasis en la importancia de la educación porque es en los centros educativos donde se gesta la formación de una sociedad discriminadora, excluyente, intolerante e insensible en una sociedad inclusiva, respetuosa de las diferencias, que aplique los principios de la igualdad y justicia social y promueva, enseñe y practique la defensa de los derechos fundamentales del ser humano.
Todos poseemos una herramienta fundamental para la prevención del genocidio como crimen internacional: La educación. La educación fundada en valores humanos y en principios constitucionales; la educación basada en el respeto a las diferencias y a la autonomía de los pueblos, donde la diversidad cultural y religiosa, así como la confrontación de intereses disímiles nos permita abrigar la esperanza de una convivencia armónica y pacífica.
Por eso en la Embajada Mundial de Activistas por la Paz creemos que los actos oficiales deben estar acompañados de actividades educativas y decisiones políticas en pro del respeto de la dignidad humana. Los eventos conmemorativos son importantes cuando los que en ellos participan lo hacen siendo conscientes de que estas actividades cumplen el propósito de transmitir ciertos principios y valores necesarios para construcción de un mundo en paz, con justicia, libertad e igualdad.
Los actos conmemorativos de la Shoah y todo encuentro académico para reflexionar sobre las expresiones de la irracionalidad de la violencia y las repercusiones de la barbarie, deben ser más que simples actos protocolarios de una nación. Deben generar decisiones políticas que se traduzcan en leyes que reprueben toda forma de discriminación y rechacen el negacionismo y deben proporcionar la realización de actividades educativas promovidas por los gobiernos y ejecutadas por los centros educativos de cada país. Porque a través de la educación es que se cambian mentalidades y se siembran los principios éticos y valores que enseñen al individuo sobre la importancia de respetar los derechos humanos y ante todo la dignidad humana.
El respeto por la dignidad del hombre y la defensa de los derechos humanos en la sociedad contemporánea, son pilares fundamentales para alcanzar la paz. Y estos principios los vemos plasmados, entre otros, en el Artículo 1° de la Constitución Política de Alemania, donde menciona: La dignidad del hombre es sagrada. Y constituye deber de todas las autoridades del Estado su respeto y protección.
El pueblo alemán reconoce en consecuencia los derechos inviolables e inalienables del hombre como fundamento de toda comunidad humana, de la paz y de la justicia en el mundo.
Hoy, se destaca Alemania como uno de los pocos países donde sus programas educativos incluyen la realización de actividades preventivas para evitar que un genocidio se repita. Acciones que no solo son llevadas a cabo entre jóvenes, sino que involucran personas de diferentes edades y a todos los sectores de la sociedad. La enseñanza del Holocausto como paradigma del genocidio no debe ser dirigida exclusivamente a la razón, debe también apelar al corazón de cada individuo. Donde se fortalecen los valores, principios éticos y morales que una vez introyectados son exteriorizados por cada persona en su entorno al relacionarse con sus semejantes.
Los crímenes del régimen nazi trajeron consigo vergüenza para Alemania, esa época de la humanidad, de la historia de Alemania, estuvo marcada por la intolerancia, los prejuicios, la discriminación y el abuso del poder. Sin embargo, debemos reconocer que los propios alemanes fueron víctimas de Hitler y, en la Alemania de hoy, encontramos una población reflexiva y tolerante y un gobierno vigilante ante posibles actos discriminatorios y atentatorios contra la dignidad humana.
Para generar un entorno propicio en cada país, con el fin de construir caminos para la paz y tener un escenario en materia de derechos humanos que proteja sus ciudadanos de un crimen como el genocidio, es necesario que cada gobierno trabaje de manera integral. Que primeramente propicie las garantías legales de protección de los derechos fundamentales del individuo, el fortalecimiento de la democracia y la libertad de culto y de expresión. Un gobierno que a la vez realice la justicia para todos los habitantes y una educación fundamentada en valores éticos y morales y en principios constitucionales.
Por esa razón, una vez más exhortamos a las autoridades y a los líderes políticos y académicos a recordar el Holocausto teniendo presente siempre las lecciones universales que nos dejó. Hoy más que nunca tenemos la obligación de recordar el pasado, aprender sus elecciones, aplicarlas al presente a fin de asegurar el futuro de nuestros pueblos con base en la justicia, la armonía y la equidad.
Muchas gracias por recibir el proyecto “Huellas para no olvidar”.