Dr. William Soto | Recepción de la Placa Conmemorativa del Holocausto “Huellas para no olvidar”
Embajada de Polonia
Jueves, 19 de enero de 2012
Bogotá D.C., Colombia
S.E. Jacek Perlin, Embajador de la República de Polonia; S.E. Yoed Magen, Embajador de Israel en Colombia; Sr. Sigmund Halstuch, sobreviviente del Holocausto y familia; S.E. Reverendísima, Monseñor Aldo Cavalli, Nuncio Apostólico en Colombia; Gran Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá; señores embajadores, señoras y señores. Buenos días.
Al descubrir esta placa queremos contribuir a preservar para memoria de las futuras generaciones los hechos que ocurrieron durante la Segunda Guerra Mundial, principalmente contra el pueblo judío, y que ahora se conocen bajo el término de Holocausto o Shoá. Esta placa es solo un mecanismo que debería ayudarnos a aprender a recordar las lecciones de la historia y ser eficaz e impedir que hechos tan atroces puedan ocurrir de nuevo.
Tristemente el Holocausto es el hecho que regirá al siglo XX en sus anales de la historia por encima de los descubrimientos científicos de la conquista del espacio, de la invención de los computadores, por la sencilla razón de que reveló que en cuanto al respeto por la vida, la humanidad seguía en estado de barbarie o de salvajismo; había avanzado en conocimiento pero no en civilización. Era una época en que la Europa después de siglos de dominación del mundo parecía haber alcanzado la cúspide del desarrollo en todos sus sistemas y se imponía como modelo a seguir; lo que llevó también a que se hablara incluso de la superioridad de su raza. Cuando se conoció la magnitud de los hechos era tan difícil creer que algo tan cruel como el Holocausto hubiera ocurrido, que aun el general Eisenhower mostró un profundo interés en que se documentara a fondo la situación, pues advirtió que vendrían quienes pretendieran negar que sucedió.
Fue decisión reciente que la comunidad de las naciones, mediante la resolución de la Asamblea General de la ONU dedicara un día del año para conmemorar a las víctimas del Holocausto. Es un día específico para condenar toda conducta que atente contra los derechos fundamentales de personas o comunidades, un día para llamar a la reflexión. Pero no debemos conformarnos y creer que algo así sea suficiente, sino que debemos estar alertas a las señales de resurgimiento de ese tipo de conductas y prestar atención a las amenazas sin menospreciar o ignorar al que los pronuncia. Esa es, a mi parecer, la lección básica del Holocausto.
Para finalizar quiero expresar mi agradecimiento a S.E. Jacek Perlin, Embajador de la República de Polonia, por haber recibido esta placa, honrando así la memoria de las víctimas y las vidas de los sobrevivientes.
Esperamos que actos como este, que hoy nos convocan, sirvan para refrenar las manifestaciones de intolerancia y las incitaciones a la violencia; y nos declaramos defensores de las víctimas y amigos de quienes aman la paz y la justicia.
Muchas gracias