Dr. William Soto | " Presentación de Huellas para no olvidar" en Asamblea Legislativa de Costa Rica
Presidente de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, diputado Luis Fernando Mendoza Jiménez; Viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Roverssi; Primer Prosecretario del Directorio Ejecutivo de la Asamblea Legislativa, diputado Justo Orozco Álvarez; sobreviviente del Holocausto, señor Salomón Fachler; sobreviviente del Holocausto, señora Frida Goldberg de Gutreiman; sobreviviente del Holocausto, señora Gueña Wajntraub de Majchel; representante de la UNESCO para Costa Rica, Monserrat Martell; cuerpo diplomático acreditado en Costa Rica, autoridades municipales presentes, representantes de la comunidad judía, señoras y señores, muy buenos días.
Agradecemos la oportunidad que nos ha dado la Asamblea Legislativa para presentar nuestro proyecto “Huellas para no olvidar”, el cual ha sido diseñado como una herramienta para enseñar, prevenir y salvaguardar en materia de Derechos Humanos; y se está llevando a cabo con pleno éxito en diferentes países de Latinoamérica, entre ellos: Colombia, Chile, Panamá, Paraguay, Argentina y México.
El proyecto consiste en la exhibición de una placa con las huellas palmares de un sobreviviente del Holocausto y sus descendientes; y en forma paralela se generan espacios de reflexión en universidades, institutos, escuelas, embajadas, lugares públicos, museos y medios de comunicación, con el propósito de enseñar sobre los genocidios, en especial, acerca del Holocausto y sus consecuencias; pero ante todo, con el objetivo de crear espacios de análisis para educar a las nuevas generaciones, y así evitar que estos hechos se repitan; pues como lo expresó el Secretario General de las Naciones Unidas, tras la aprobación de la Resolución 60/7, que designó el 27 de enero como el "Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto": Este día es “un importante recordatorio de las enseñanzas universales del Holocausto; atrocidad sin igual que no podemos simplemente relegar al pasado y olvidar.”
Los genocidios han ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad; sin embargo, la palabra “genocidio” no existía antes de 1944; fue creada por un abogado polaco judío, llamado Rafael Lemkin, quien concibió este término en su intento por describir la política nazi de exterminio o eliminación sistemática en contra de los judíos. A pesar de que en la actualidad el genocidio es reconocido como el crimen más grave del Derecho Internacional Humanitario, y aun contando con diferentes organismos, tribunales y cortes internacionales que trabajan en la defensa de los Derechos Humanos, no estamos exentos de que hechos tan atroces vuelvan a ocurrir.
En pleno siglo XX se dieron los peores crímenes de lesa humanidad; y después de que las Naciones Unidas emitieran la Carta Universal de los Derechos Humanos, vimos casos como la matanza en Ruanda en 1994, que dejó un saldo de 800.000 muertos; y sin ir muy lejos, en Guatemala y toda Centroamérica se han producido crímenes horribles contra diferentes grupos étnicos. Lo que nos hace tomar conciencia de que no debemos olvidar el pasado: tenemos que recordar la historia, pues es el mejor legado que le podemos dejar a las generaciones venideras. No debemos permitirnos repetir el oscuro siglo XX.
Muchos se preguntarán: ¿Por qué profundizar específicamente en el tema del Holocausto? ¿Por qué recordar el Holocausto o Shoá? Si bien han existido otros genocidios, el Holocausto dividió la historia de la sociedad civilizada en un antes y un después; fue un intento, sin precedentes, de aniquilar a un pueblo; para Hitler era más importante matar a todos los judíos que ganar la guerra. Con este propósito, de manera sistemática, organizada y planificada, el régimen nazi utilizó la tecnología para aniquilar en forma masiva a los judíos, aun aquellos que se encontraban fuera del territorio alemán; todo por la simple razón de ser “judíos” y ser considerados inferiores a la "raza aria”.
Nosotros somos parte de la historia y por lo tanto debemos hacer reivindicación para que no se repita. Creemos que olvidar el Holocausto sería también un delito, y no darlo a conocer a las nuevas generaciones nos convertiría en cómplices de aquellos que lo perpetraron y de los que actualmente lo niegan.
El Holocausto es el más triste fracaso de la civilización libre.
Nuestra meta como Embajada de Activistas por la Paz, es educar a las presentes y futuras generaciones, para que tomen conciencia sobre las consecuencias de la discriminación e intolerancia; y que nunca más acontezcan crímenes contra un grupo de personas por discriminación racial, étnica, lingüística, cultural, idiomática o religiosa.
Para lograr esa meta quiero proponerles, con el mayor respeto, que mediante una ley del Congreso se incluya el Holocausto como tema de estudio y de debate en los últimos grados de estudio en las escuelas y colegios, y como una materia o cátedra transversal en las universidades, como una forma de generar reflexión sobre el valor de la vida y la dignidad humana.
¿Por qué enseñar el Holocausto en las escuelas?
En conmemoración del "Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto" (27 de enero de 2013), la UNESCO publicó un folleto titulado: “¿Por qué educar sobre el Holocausto?”, donde el profesor Yehuda Bauer, una autoridad mundial en la historia del Holocausto, afirma: “Aunque uno viva en el África central, en la República Popular China, en el Pacífico Sur o en Suiza, hay que ser consciente del peligro que representa el genocidio. La educación relativa al Holocausto tiene como objetivo último, poner a la humanidad lo más a salvo posible de semejante tipo de exterminio masivo.”
Vemos con preocupación que los jóvenes tienen poco conocimiento sobre el Holocausto, y como decía el filósofo George Santayana: “Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo.” Por eso es tan importante crear espacios para reflexionar y debatir sobre este tema con los estudiantes.
Es necesario que las autoridades puedan crear leyes que sancionen el antisemitismo como forma de discriminación; que condenen la negación del Holocausto y la propagación de grupos neonazis y sus acciones que atentan contra la paz y la dignidad humana; pero al mismo tiempo, es fundamental ir más allá de los artículos y conceptos: Es necesario contar con una población consciente y capaz de aplicar las leyes con discernimiento; y esto sólo se logra a través de la educación.
Lo que movió a los nazis fue una ideología racista: creían en una jerarquía de razas. Para esta teoría, algunas razas eran superiores mientras que otras eran consideradas “parásitas”, y así justificaban el exterminio; una ideología que Hitler implantó desde las escuelas.
Por esa razón, para prevenir la reiteración de estos hechos, debemos, desde los diferentes centros de estudio, fomentar una EDUCACIÓN CON VALORES centrados en el ser humano, donde los niños y jóvenes aprendan el valor de la defensa de los Derechos Humanos, tomen conciencia de la importancia de construir caminos para la paz de la familia humana, y dimensionen las consecuencias de las guerras. Somos conscientes de la importancia de la educación en la formación de una sociedad pacífica, y felicitamos al gobierno de Costa Rica por tener entre sus prioridades el promover el acceso a la educación por igual para todos sus habitantes.
Honorables senadores, diputados, embajadores, educadores y líderes: Ustedes cumplen un papel muy importante en la defensa de los Derechos Humanos en Costa Rica. Hoy son protagonistas de la historia de su país. En sus manos está la responsabilidad y el desafío de trabajar para que estos crímenes nunca más se repitan. Si esta idea es bienvenida entre ustedes, ofrezco toda la ayuda que la Embajada de Activistas por la Paz pueda brindar.
Muchas gracias.