Dolly Hirsch | Foro "Educar para Recordar" en el COBAEZ, México
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Los ataques hacia los judíos y las expulsiones contra ellos, eran un elemento esencial de la Edad Media, tanto que había dejado de manera forzosa, la mayor parte de Europa Occidental sin judíos. Es un placer para nosotros tener a la señora Dolly Hirsch, ella es una sobreviviente del Holocausto. Démosle un aplauso.
Dolly Hirsch
Sobreviviente del Holocausto
Muchas gracias a todos los del presídium por haber hablado tan bien, no solo de mí, sino para que no vuelva nunca jamás a suceder estas terribles cosas. Yo nací un 24 de julio de 1939 en la capital de Lituania que es Vilna; ahí vivíamos todavía mi padre, mi madre, mi abuela materna y yo; y yo nací ahí; nací en un lugar encerrado donde no había hospitales, donde no había enfermeras, donde no había nada para protegernos, ahí vivimos desde el 39 al 44.
En el 44 los alemanes toman Lituania, y nosotros tenemos que huir hacia los campos de concentración. El primer campo de concentración que estuve se encontraba en Polonia que hoy en día es un museo que mi nieta está visitando en estos momentos, es Auschwitz-Birkenau. En Auschwitz-Birkenau había unas escaleras que bajan y la gente, la gente creía porque en la entrada del campo de concentración se encontraba un letrero que decía: Arbeit macht frei "El trabajo te libera". Otra de las grandes mentiras de los alemanes, entonces la gente decía: "Ay que bien", en el Gueto moríamos porque había mucha contaminación, muchos piojos y muchas enfermedades por contaminación de gérmenes, “bueno pues miren vamos a bajar esa escalera y vamos a salir…” y lo que hacían los alemanes es: “aquí pon tu saco, aquí tu falda, aquí tu vestido, aquí tus pantalones, aquí tu reloj, aquí tu anillito y a la salida te lo vamos a dar”, una gran mentira, una gran mentira que había en Auschwitz y en otros campos de concentración: era que El trabajo te libera y entonces la gente muy crédula decía: "Ah pues sí, aquí me van a dar de comer, aquí me van a dar trabajo, y aquí voy a vestirme, voy a vivir" una gran mentira.
Esa escalera que bajaba era una escalera para entrar a la cámara de gases, que los alemanes habían inventado, porque los camiones mataban a la gente era muy despacio; entonces bajabas la escalera y tu creías que era una regadera, pero desgraciadamente no era una regadera, era un lugar donde bajaban zyklon-B, un gas letal y por la chimenea; y te sacaban unos señores que ya estaban muy enfermos muy mal, y entonces ya casi ni podían hablar, te sacaban de haya y salías por las cámaras de gas, salías como humo, ya no eras un ser humano, ya no tenías nombre, ya no tenías nada.
Por cierto, mi madre cuando entramos a Auschwitz-Birkenau le tatuaron un número. Yo no lo tengo porque era muy pequeña. En Auschwitz-Birkenau fuimos a varios campos de concentración, en el último que estuve se llamaba este Bergen-Belsen, ese ya no se encontraba en Polonia ese se encontraba en Alemania. En Bergen-Belsen mi mamá que ya se había acostumbrado a la idea de que mi padre estaba muerto, dijo: "Yo tengo que salvar a mi hija de alguna manera, tengo que salvarla" entonces en Bergen-Belsen había unos botes de basura, del tamaño de una persona, en esos botes de basura, mi mamá decidió esconderme, los botes eran del tamaño de una persona, ancho, como el ancho de esta mesa, me hecho ahí y dijo: “Tienes que sobrevivir" tenía un cómo una clave en que me decía, "Come, come mijita" y a la vez quiere decir que le Sesman el de la esvástica gamada” en Alemán, podía venir y matarme yo no podía, ni reír, ni moverme, no podía hacer nada, cuando ella podía de la sopa de verduras podridas quedaban ahí pues me daba un poquito y me decía: " Con esto tienes que sobrevivir".
En una de esas ocasiones en que yo estaba sin moverme en Bergen-Belsen un alemán, yo tenía la boca abierta para poder respirar, porque lo que tiraban ahí era pura basura, un alemán hecho una piedra, la piedra me abrió el paladar, entonces yo ya no podía ni comer, porque con el paladar abierto pues la comida no se va para acá, la comida se sale por la nariz.
Bergen-Belsen fue liberado por los ingleses el 15 de abril de 1945, mi madre no sabía qué hacer, no sabía, ni la menor idea, no sabía si regresar a Vilna - Lituania, cuando se le acercaron unas chicas checoslovacas católicas que estaban ahí por problemas políticos, porque en Bergen-Belsen no habían cámaras de gases, ni unos crematorios, lo que habían la gente que estaba por problemas políticos y estas chicas se le acercaron a mi mamá y le dijeron: ¿Que va usted hacer señora Raquel? ¿Va a usted a regresar a Lituania? Dicen que se va a venir el comunismo, por qué no se va con nosotros a Suecia, el rey de Suecia dijo que a todos los sobrevivientes que estuvieran enfermos o les haya pasado alguna calamidad podían ir a Suecia, podían ser curados y después pues haber, a ver qué hace usted.
Mi mama me llevo a Suecia, ahí me pusieron una lengua postiza, tuve siete meses en un hospital curándome; el día que me iba yo a salir del hospital, por cierto ahí es donde me regalaron un vestido que doné en el museo de "Memoria y Tolerancia" en México, mi mama dijo: "Bueno sabe que…” le dijo a estas chicas: “Está bien, vamos a ir a Suecia, vamos a ir a Suecia y a ver que hacemos hay" el día que yo después de siete meses iba a salir del hospital, mi mama se acuerda que ella estudió en el conservatorio de Varsovia y tocaba maravillosamente el piano y muy contenta se va a la calle y se le olvida que en Suecia en 1946-47 había coches y me machuca un coche, entonces yo estoy en un hospital, mi mamá la llevan a otro hospital, ahí es donde una señoras suecas no entendían por qué nadie me venía a visitar, que pasaba con esta niña que nadie la visitaba, no tiene parientes, no tiene nadie.
Me regalaron un vestido que yo usé a los siete años, el vestido es talla cero, para que ustedes imaginen lo que yo pesaba a los siete años, lo que mis nietos, al nacer pesaron yo creo, me operan del paladar, a mi mamá la machucan y la mandan a otro hospital; cuando sale del hospital, el segundo hospital, estas chicas checoslovacas que le habían dicho que fuéramos a Suecia, pero no se podía uno quedar, porque el rey de Suecia había dicho: "Los curamos y se tienen que ir". Mi mamá se acuerda que ella tenía unos primos que estaban locos, uno se había ido a Palestina y ella dijo: "Bueno de una guerra voy a otra guerra, con los árabes, yo no voy a Palestina y que se acuerda que tenía un primo otro loco que se había ido a Managua - Nicaragua y que creen, el primo de mi mamá de Managua-Nicaragua ya no vivía en Managua- Nicaragua. El cartero de pura casualidad se acordó que el señor Isaac se había ido a México, para conseguir una novia, entonces sabe que, qué tal si mandamos esta carta a ciudad de México a la comunidad judía de México a ver si conocen este señor, y puede hacer algo por ella.
Mi mamá y yo llegamos a México como en el 48 yo creo, mi tío que me fue a recoger a nueva York haya había, el vestido está en el museo. En Nuevo York que había un lugar que uno podía meter un disquito de esos chiquitos y hablaban y fue cuando oí por primera vez mi voz, el disco se perdió yo no sé dónde, casi como yo pierdo todo, perdí el disco; llegamos a México, el Licenciado Miguel Alemán que era entonces el Secretario de Relaciones Exteriores me regaló una carta de naturalización, con la cual he viajado, he recorrido, ido a Israel varias veces, he recorrido Europa. Nunca he vuelto a los campos de concentración, mi nieta está ahorita ahí y yo le dije a mi nieta ¿Para qué vas? ¿Para qué vas? Y dice porque: "Abuelita si tu estuviste ahí, yo debo de ir y constatar con mis ojos". Hoy en día esos campos de concentración por lo menos Auschwitz-Birkenau en Bergen-Belsen son museos. Bueno me casé, tengo un marido maravilloso y que más les digo, nada más.
Por cierto, nosotros ponemos en la religión judía, nosotros ponemos el nombre de los muertos; mi hijo se llama como mi padre, mi hija se llama como mi abuela muerta. A nadie le puse el nombre de mi mamá, porque después de los campos de concentración tener un cáncer tan horrible pues es demasiado.
Moderador
Desde la edad media en Europa se comenzó a presentar una ideología antisemita, ya que las personas de la época consideraban a los judíos diferentes, hasta tal punto que los consideraban enemigos de lo bueno, disponibles solo para ser dominados y exterminados, porque los creían la causa de la maldad del mundo; en Inglaterra se presentó de una manera tan fuerte que expulsaron a los judíos.