Asociación Cristiana en Panamá entrega Placa al CINUP
Con base en los objetivos del proyecto “Huellas para no olvidar” y en el marco de la conmemoración del Día Internacional de las víctimas del Holocausto, el pasado 30 de enero de 2013, la segunda placa en Latinoamérica, del sobreviviente Simón Burstein, en su tercera estación tuvo como recepción la sede en Panamá de la organización donde nacen los Derechos Humanos, el CINUP: Centro de Información de las Naciones Unidas. Entidad cuya Asamblea General estableció la resolución 60/7 en el 2005, para conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto.
Este acto simbólico de recepción tuvo dos momentos muy significativos; el primero, un momento fraterno que se llevó a cabo con el Acto protocolario, en cuyo marco de sensibilidad y de promulgación se recibe la Placa con una exaltación reflexiva al valor de la vida, y de concienciación de que en este capítulo tan lamentable de la historia se hayan asumido actitudes pasivas frente a estos terribles hechos.
Honraron con su presencia los sobrevivientes del Holocausto Simón Burstein y Jaime Segal; la Dra. Jiesselinde González, Oficial Coordinadora del Centro de Información de las Naciones Unidas en Panamá; el Cónsul de la Embajada de Israel en Panamá, Ziv Shalvi; la Sra. Nataly Pablich, Directora de la Fundación Nunca Olvidar; el pastor Andrés Medina, de la Comunidad Cristina Tabernáculo de la Fe; jóvenes del Movimiento Fuerza Juvenil de Panamá, así como acompañantes y voluntarios del proyecto.
En la segunda parte del Acto se realizó un conversatorio en el cual el sobreviviente Jaime Segal, bajo la exposición “Una evaluación del Holocausto por historiadores, académicos e intelectuales”, contó su historia ante 50 estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá. Los estudiantes visitaron la Placa y tuvieron oportunidad de acercarse al Sr. Burstein y al Sr. Segal para expresarles su impacto al conocer sus historias de vida. Una alumna manifestó saber que su abuelo era polaco y vivió el Holocausto pero que gracias a la exposición y a la Placa estaba conmovida porque sus familiares poco le habían compartido de la historia de su abuelo y pudo ver la dureza y la barbarie con que sucedieron los hechos. De igual forma, una estudiante invidente recorrió con su tacto la Placa resaltando que todos estos hechos no pueden repetirse jamás y que esperaba que sus compañeros valoraran el hecho de haber compartido la oportunidad de poder conocer a dos sobrevivientes del Holocausto, y que es imposible no creer que esto existió.