Foro “Educando para No Olvidar”, bajo la perspectiva de “Justicia, no venganza. La efectividad de las cortes internacionales de justicia ante los criminales contra la humanidad”

Transcripción

El lunes, 12 de mayo, en la máxima casa de estudios: la Universidad Nacional Autónoma de México, la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la Coordinación de Relaciones Internacionales y el Seminario de Derecho Internacional, llevaron a cabo el simposio “Justicia, no venganza. La efectividad de las cortes internacionales de justicia ante los criminales contra la humanidad”.

En este simposio participaron destacadas personalidades de talla internacional como: el licenciado Francisco Guerra, Coordinador Nacional de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz; el Dr. Michael Berenbaum, especialista en el estudio de la conmemoración del Holocausto; el Dr. Efraim Zuroff, Director de la Oficina del Centro Simón Wiesenthal en Jerusalén y Coordinador de la investigación de crímenes de guerra nazis; el Dr. Pedro Medina Rodríguez, Catedrático de la misma Facultad, quien moderó la mesa; Luis Opatowsky, Sobreviviente del Holocausto; Jaime Murow, Director de la Asociación contra el prejuicio y la discriminación; y el maestro Antulio Ontiveros Laguna, miembro del Seminario de Derecho Internacional del Centro de Relaciones Internacionales, y Especialista en Derechos Humanos.

El Coordinador Nacional de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, resaltó la importancia de la discusión sobre estos temas, porque sabemos que ni la Convención para la Prevención y Sanción para el Delito de Genocidio, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, ni la aprobación del Estatuto de Roma en 1998, que creó la Corte Penal Internacional, han logrado frenar la comisión de otros genocidios que se han venido perpetrando en diferentes partes del mundo.

—Licenciado Francisco Guerra. Coordinador de Mundial de Activistas por la Paz en México—

Hoy mismo vemos casos específicos como Darfur, Siria, Ucrania y otras naciones, en donde se siguen cometiendo actos de genocidio, delito de lesa humanidad, crímenes de guerra y aun de agresión. Por lo cual, se requiere promover espacios de reflexión que contribuyan a generan propuestas de solución para la mejora de la justicia penal internacional y frenar la comisión de los crímenes contra la Humanidad.

Bienvenidos todos los aquí presentes. Que las ideas que aquí se generen puedan impactar nuestras conciencias y que nos sigan impulsando para trabajar con toda decisión por la paz; la cual, más que un anhelo, es una necesidad. Cierro mi participación con una frase de nuestro Embajador Mundial, el Dr. William Soto Santiago:

“Es mejor educar para prevenir, que juzgar para castigar”.

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Efraim Zuroff, es un israelí historiador, de origen estadounidense, que ha desempeñado un papel en el logro de llevar a juicio nazis acusados de crímenes de guerra. El Dr. Zuroff habló sobre las razones por las cuales ellos sienten la obligación de traer a estos nazis a juicio, y lo hizo dando algunos puntos importantes.

—Efraim Zuroff. Historiador—

Este es un tema que yo quisiera hablar; y quisiera hablar con ustedes del tema, porque considero los siguiente: considero que está mostrando qué tan importante, qué tan crítico, el tema de la justicia y la justicia en contra de la venganza, suele ser; y esto suele ser en el mundo en que vivimos. De tal suerte que lo que estamos haciendo es presentar el aspecto moral, judicial, filosófico –la base de todo esto en relación a lo que hacemos–, y decir algo acerca de lo que ha sucedido en todo el mundo.

Yo quisiera resumirlo con un par de puntos torales.

Punto uno: El paso del tiempo de ninguna manera disminuye la culpa de los asesinos. Si alguien cometió un crimen hace muchos años, no significa que como ya pasó el tiempo son menos culpables hoy por hoy, que cuando cometieron el crimen (punto uno).

Punto dos: Nosotros no pensamos que la vejez debe de merecer protección, cuando la gente ha cometido asesinatos masivos. Si cometieron estos terribles crímenes y que ahora tiene 85, 88 o 90, esto no concierte a un asesino consumado en un hombre justo.

Y el otro punto, señalado siempre por el Sr. Wiesenthal, es decir la obligación que nosotros les merecemos, que tenemos con las víctimas de los nazis.

Ahora bien, en el mundo árabe la negación del Holocausto ha sido diseminada por los gobiernos de algunos países. Se tiene un régimen genocidio en Irán que habla abiertamente de la destrucción del Estado de Israel, creando otro Holocausto en el pueblo judío. Y nosotros como víctimas del primer Holocausto, el primer Holocausto después de la Segunda Guerra Mundial o en la Segunda Guerra Mundial, no podemos tomar a la ligera este tipo de amenazas, particularmente cuando hablamos acerca de un régimen que busca armas nucleares; hay negociaciones para prevenir eso, espero que esas negociaciones tengan éxito; pero vivimos en un mundo peligroso y tenemos que ser vigilantes.

La importancia de lo que estamos haciendo mientras se pueda hacer, eso lo vamos a hacer.

 

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Tocó turno al Dr. Michael Berenbaum, profesor, rabino, escritor y cineasta norteamericano, especialista en el estudio de la conmemoración del Holocausto, quien subrayó:

—Dr. Michael Berenbaum. Profesor, rabino, escritor y cineasta—

Pero vamos a hablar acerca de un problema importante, que el mundo enfrentó. Quisiera yo, usar una palabra específica: Después de la catástrofe, y la gente se refirió al Holocausto como tragedia, hay un balance entre el precio que se pagó por lo que sucedió y lo que aprendimos; y esta atrocidad no permite tener equilibrio.

De tal manera que cuando estamos hablando de la justicia, quiero utilizar un par de palabras que son torales, importantes: justicia inadecuada, justicia tardía, justicia fragmentada, justicia simbólica, y justicia que parece una ilusión; pero justicia –con todo y lo que sea– es lo importante.

Y ¿qué debe de hacer la gente para reconstruir? El mundo debe de preservar por lo menos esta ilusión de justicia, de tal manera que se pueda cicatrizar, curar después de esta terrible, terrible catástrofe; y este es el objetivo (no solamente el juicio de Núremberg y la ley de Núremberg), y en el mundo en que vivimos.

Por eso la Embajada de Paz está haciendo un trabajo importantísimo: ¡Nunca más! Y hacer  que la justicia siempre, siempre, se siga.

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—Luis Opatowsky. Sobreviviente del Holocausto—

Mi nombre es Luis Opatowsky Goldberg. Soy originario de Bruselas, Bélgica, sobreviviente y testigo del Holocausto. Es difícil para mí explicar el Holocausto, lo que pasó o cómo pasó, ya que me hace recordar momentos muy tristes y muy dolorosos para mí; como ser embarcado varios días en un vagón para animales, y estar encerrado ahí sin agua, sin alimentos; llegar a un lugar desconocido, ser recibido con insultos, golpes, humillaciones, ser separado de tu familia, para llegar solo a las puertas del infierno. Eso fue… fue muy difícil sobrevivir; pero aquí estoy. ¿Milagro, casualidad, Dios…? No sé. Soy muy orgulloso de mis raíces judías. Sí, hay que ser tolerante, respetar a cada uno, no importa su color, su raza o su religión, y hacer que nunca más traten de destruirnos y enfrentarnos al mundo hostil sin miedo, para ser un mundo mejor para todos.

Quiero agradecer la invitación a la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

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Antulio Ontiveros Laguna, resaltó la importancia sobre educar para la paz.

—Antulio Ontiveros Laguna. Miembro del Seminario de Derecho Internacional

Justicia es el nuevo nombre de la paz, señoras y señores. Justicia es lo que nos revelará realmente la dimensión, las potencialidades que tenemos para crear un mundo mejor.

Eduquemos para la paz, pero no esperemos que las universidades o las escuelas eduquen para la paz. Nosotros como personas, como ciudadanos, como ciudadanas, tenemos la obligación –una obligación permanente– de educar para la paz; y educar para la paz implica la convivencia, no la supervivencia.

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Después de las ponencias se abrió una sesión de preguntas y respuestas, y se otorgó un libro a cada participante, dando por finalizado el simposio con un lleno total y gran respuesta del público.