Dr. William Soto | Por una visión más clara para el conflicto del Medio Oriente
La paz no puede ser impuesta y más que un anhelo es una necesidad.
Negociaciones se han hecho, acuerdos se han firmado y aún hoy el conflicto Palestina-Israel no encuentra una solución duradera que garantice la protección de la seguridad a la existencia del pueblo de Israel, la protección de un territorio considerado como patrimonio valioso de la historia de la humanidad.
Los cristianos apoyan que se logre una solución y que permita que la tierra de la Biblia continúe bajo la tutela de Israel, que además es el único lugar de los judíos orar y adorar y dirigir sus oraciones hacia Jerusalén; los musulmanes tienen la Mecca hacia donde miran para orar; más importante aún, es que Israel recibe a todas las religiones y creencias sin discriminación alguna a todo aquel que desee acudir a su tierra para orar.
Este próximo mes de septiembre se realiza la Asamblea General de la ONU y el foco principal está en el tema de la creación de Palestina como Estado.
Pretender simplificar el conflicto Israel-Palestina como un conflicto simple de bienes raíces, deja sin atender asuntos que trascienden en el Derecho Internacional. Una imposición unilateral sin considerar una de las partes y sin representación democrática verdadera no garantiza que los esfuerzos firmados serán respetados.
Los líderes que nos representan en la ONU, aun con buenas intenciones, al crear un Estado de un plumazo y prematuramente, sin las condiciones necesarias, crearía un problema mayor; por lo que deben cuidadosamente ponderar su posición ante un planteamiento de crear un Estado unilateralmente.
Ambos pueblos tienen derecho a existir como Estado, mas no se ha logrado el Estado palestino dada la ausencia de líder o comisión con legitimidad, autoridad democrática que claramente representa el sentir mayoritario y democrático del pueblo palestino y el sentir del pueblo israelí, que pueda lograr la solución de dos Estados que convivan pacíficamente y se reconozcan mutuamente.
Hacemos un llamado de alerta a todos los que creen en la democracia, para que apoyemos soluciones efectivas y no posturas e imposiciones que empeoren y den marcha atrás a los avances de paz y seguridad que perjudique al único país pilar de la democracia en la región. Hay que entender las fuerzas, creencias, vivencias y valores culturales que indiscutiblemente inciden y deben considerarse, y no provocar mayor desestabilización en la región, que vive en frágil balance.
El llamado es a una solución negociada entre ambos pueblos, que estén representados democráticamente y que se comprometan a respetar los acuerdos.
Por lo tanto, un NO y rechazo a la creación de un Estado palestino por decreto unilateral