Dr. William Soto | Foro Universitario “Educando para Recordar” Ibagué, Tolima
Mi cordial saludo a los distinguidos miembros de la mesa de honor, a las autoridades políticas, judiciales, civiles, académicas, policivas, militares, periodistas, activistas por la paz, docentes y estudiantes, señoras y señores de presentes en este Foro Universitario: “Educar para recodar, el Holocausto paradigma del genocidio”, que hoy se realiza en Ibagué, la ciudad musical de Colombia.
Según la organización de las Naciones Unidas el Holocausto o la Shoah es el paradigma del genocidio el crimen internacional con una barbarie sin igual, ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial. El Holocausto se define como la persecución sistemática, metódica y organizada, contra el pueblo judío por parte del imperio Nazi que finalmente exterminó alrededor de seis millones de judíos. A ese plan genocida se le denominó: “la solución final a la cuestión judía”.
Es importante que el mundo entero tenga claro que no solo el pueblo judío fue víctima de ese genocidio, también se persiguió a los gitanos, opositores políticos, homosexuales, incapacitados físicos y mentales, testigos de Jehová y comunistas, entre otros sujetos pasivos del odio y la intolerancia.
Sin embargo, es lo cierto que a Hitler le importaba más exterminar al pueblo judío que ganar la guerra, y no se puede afirmar que la real guerra de Hitler fue contra los judíos, porque en primer lugar la solución final no se puede calificar como la solución de un conflicto bélico, pues los judíos no representaban una amenaza militar, política o de cualquier índole para el imperio Nazi; por la forma en cómo ocurrieron los hechos y la situación de superioridad del régimen Nazi, los judíos estaban indefensos.
La elevada cantidad de víctimas del Holocausto, la sistematización y tecnificación de la muerte por parte de una de las sociedades más civilizadas, cultas y adelantadas de la época, y la falta de solidaridad con el pueblo judío por parte de la comunidad internacional, hacen que su estudio y comprensión, enseñanza y conmemoración, no sólo le interese al pueblo judíos sino a toda la humanidad.
El Holocausto fue un atentado contra la familia humana, el pueblo judío como víctima del Holocausto, así como las víctimas de otros genocidios perpetrados a lo largo de la historia tienen el derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación del daño y a que se les garantice que la atrocidad no se va a repetir. El derecho a la verdad implica primeramente el derecho a esclarecer lo sucedido de lo cual existen suficientes pruebas y evidencias que hacen del Holocausto un crimen innegable; a su vez el derecho a la verdad las víctimas implica el derecho a la memoria a recordar como una forma de honrar las víctimas, dignificar los sobrevivientes y evitar que tales hechos se repitan.
El Holocausto es un crimen internacional que nos concierne a todos como ciudadanos del mundo, erradamente se ha creído hasta hoy que el Holocausto fue un crimen contra un solo pueblo, el Holocausto en realidad fue un atentado contra todos los ciudadanos del mundo. Al ver la barbarie del régimen Nazi, los actos cometidos contra ancianos, jóvenes y niños, nos damos cuenta que este hecho histórico también nos ayuda a reflexionar sobre la esencia del ser humano.
El Holocausto y todas las manifestaciones de violencia que en pleno siglo XXI se siguen cometiendo contra algunos grupos humanos vulnerables, como los grupos cristianos que están siendo masacrados por grupos extremistas en Siria, en Kenia y en otras partes del mundo, muestra que en las personas está la capacidad de tener las acciones más nobles con el prójimo, pero también la capacidad de cometer las peores barbaries contra aquellos que piensan o profesan una religión diferente.
Y nos preguntamos qué factores provocan estás acciones irracionales tan negativas en el ser humano, la respuesta es compleja, pero hay algo que, sí tenemos claro, el actuar del hombre es producto de lo que ha escuchado, ha visto y ha leído. Es decir, de lo que ha aprendido. El hombre aprende a través de su intelectual, como otros seres humanos, y sobre todo a través de la educación.
La educación es una herramienta fundamental para transformar mentalidades y por ende puede impactar positivamente en la vida de las personas, de un grupo, pueblo o nación, se puede educar para la paz o para la guerra, tenemos como evidencia la historia. Hitler utilizó la educación para formar una generación racista y discriminadora.
Hitler inició sus transformaciones capacitando primero a los profesores, formando la liga de profesores nacionalistas quienes impartieron la enseñanza basados en los principios los valores y los ideales del régimen Nazi.
Los intelectuales fueron la piedra angular de las diferentes medidas radicales y racistas que implementó Hitler, los profesores fueron los profesionales que mayor número se sumaron las filas del partido Nazi y ayudaron a propagar sus principios imperialistas.
Hitler difundió su ideología en las escuelas donde implementó su política educativa mediante los institutos políticos nacionales de educación, identificados con las siglas NAPOLA; con esos institutos de educación, Hitler, el líder antisemita, sentó las bases de una ideología racial.
Hoy vemos con preocupación la necesidad de realizar actividades académicas, culturales, como estos foros universitarios: El Holocausto paradigma del genocidio, con el propósito de concientizar a las presentes generaciones sobre los factores que desencadenaron el Holocausto y las circunstancias que propiciaron su ocurrencia, así como las consecuencias que dejó en la humanidad, con el fin de que este crimen internacional no se niegue, no se relativice, no se minimice, no se tergiverse; y sobre todo, no se olvide.
Y así como debemos generar a credibilidades educativas, vemos de suma importancia trabajar en la expedición de leyes antidiscriminación, los sobrevivientes del Holocausto se están yendo poco a poco; la generación que vivió de cerca a los estragos de la guerra, está muriendo. La paulatina desaparición de los testigos y víctimas de la barbarie, así como la violencia contemporánea producto del odio, la intolerancia y la discriminación, son premisas que llaman a la acción de los académicos, líderes políticos, gobernantes y legisladores, para favorecer una educación con enfoque humanístico donde se estudia el Holocausto como paradigma del genocidio y se generen actividades y proyectos donde el alumno pueda comprender e introyectar todas las lecciones que dejó esta parte tan vergonzosa de la historia para la humanidad.
Hacemos un especial énfasis en la importancia de la educación, porque es en los centros educativos donde se gesta la transformación de una sociedad discriminadora, excluyente, discriminante e insensible en una sociedad inclusiva, respetuosa de las diferencias, que aplique los principios de igualdad y de justicia social, y promueva, enseñe y practique la defensa de los derechos fundamentales del ser humano.
Todos poseemos una herramienta fundamental para la prevención del genocidio como crimen internacional: la educación fundada en valores humanos, en principios constitucionales; la educación basada en respeto a las diferencias y en la autonomía de los pueblos, donde la diversidad cultural y religiosa, así como la confrontación de intereses visibles, nos permita abrigar la esperanza de una convivencia armónica y pacífica.
La enseñanza del Holocausto como paradigma del genocidio, no debe ir dirigida exclusivamente a la razón, debe también apelar al corazón de cada individuo, donde se fortalecen todos los valores y principios éticos y morales, que una vez introyectados son exteriorizados por cada persona en su entorno al relacionarse con su semejante, para generar un entorno propicio en cada país con el fin de construir caminos para la paz; y tener un escenario en materia de derechos humanos que proteja a sus ciudadanos de un crimen como el genocidio.
Es necesario que cada gobierno trabaje de manera integral y que los legisladores revisen y actualicen la legislación nacional y dicten leyes antidiscriminación que sean necesarias.
Por esa razón la Embajada Mundial de Activistas por la Paz trabajamos en el establecimiento de las enseñanzas, de la enseñanza del Holocausto como paradigma del genocidio como tema de estudio en las escuelas y colegios, y en las universidades como cátedra transversal. Los gobiernos, los legisladores y los jueces, deben propiciar y efectivizar las garantías legales de protección de los derechos fundamentales del individuo, el fortalecimiento de la democracia, y la libertad de culto y de expresión. Un gobierno que a la vez realice la justicia para todos los habitantes y una educación fundamentada en valores éticos y morales y en principios constitucionales.
Por esa razón, una vez más exhortamos a las autoridades y a los líderes políticos, académicos, y a los estudiantes, a recordar el Holocausto, teniendo siempre presente las lecciones universales que nos dejó.
Hoy más que nunca tenemos la obligación de recordar el pasado, aprender sus lecciones y aplicarlas al presente, a fin de asegurar el futuro de nuestros pueblos, con base en la justicia, la verdad, la armonía y la equidad. Recordar nuestra historia y respetar la dignidad humana, nos permitirá construir una cultura de paz. Muchas gracias.