Doctor José Alberto Nieto Rojas, rector de la Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología UMECIT; viceministra de gobierno, licenciada Maritza Arroyo; doctora Claudia Marcela Rueda Ossa, vicerrectora administrativa de la UMECIT; doctora Haydee Franco, vicerrectora académica de la UMECIT; magister Emilio Pérez Techachal, vicerrector de Extensión e Investigación; licenciada Gabriela Lara, Directora General de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz; licenciado Ariel Cerrut, Coordinador en Panamá de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz; miembros de la mesa de honor; sobreviviente del holocausto Felix Poznanski; Cuerpo Diplomático Acreditado en Panamá; Cuerpo Gubernamental de la República de Panamá; testigos de honor e invitados especiales; profesores y estudiantes muy buenas noches.
Quiero agradecerles por todo el apoyo institucional que le han brindado a los proyectos de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, estas iniciativas están siendo desarrolladas a nivel internacional con el único objetivo de contribuir a la paz y felicidad de la familia humana.
Hay una necesidad fundamental que comparte todo ser humano sin importar su nacionalidad, cultura, etnia, religión o condición económica y es que todos queremos vivir en paz.
La paz es el estado integral de equilibrio donde el ser humano se encuentra en armonía consigo mismo y en plena convivencia con lo que le rodea y la sociedad.
La paz interior del ser humano, la paz con su prójimo, con la sociedad o entre naciones no es un estado emocional o la simple ausencia de problemas, conflictos o guerras, es una forma de vida que se sustenta en los similares del respeto por la dignidad humana y los derechos fundamentales de los individuos y de los pueblos, en la justicia y la práctica de principios y valores universales; pero es necesario ir más allá de la teoría y entender que la paz no es un concepto abstracto. Se podrá alcanzar cuando todos como familia humana pasemos de la teoría a la práctica de los similares mencionados de la intención a la acción.
La paz es un camino que estamos transitando, un proceso dinámico de mucho trabajo, esfuerzo, creatividad, perseverancia y por encima de todo, el compromiso de cada uno de los que conformamos la sociedad donde vivimos, desde el lugar donde estamos y desde la medida de nuestras posibilidades todos podemos y debemos contribuir para crear una cultura de paz, en especial aquellas personas que ejercen un liderazgo o que están al frente de una institución, que muchos casos a través de las leyes proyectos y movimientos sociales lideran cambios y determinan el presente y el futuro de una nación como lo son las autoridades gubernamentales, judiciales, los líderes de políticos, sociales y religiosos, los catedráticos, profesores y los medios de comunicación.
Estamos viviendo en una generación que ha pasado por muchas transformaciones políticas, culturales y tecnológicas; con la globalización no existen las fronteras que antes dividían a los pueblos, por esa razón han surgido también nuevos retos internacionales para alcanzar la paz.
En nuestros tiempos se habla de una tercera generación de los derechos humanos, llamados también los derechos de los pueblos y se ponen por obra gracias al valor de la solidaridad entre naciones y uno de estos derechos es la paz.
La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en la resolución 3911, de 12 de noviembre de 1984, en la declaración sobre el derecho de los pueblos a la paz, proclama solemnemente que los pueblos de nuestro país, que los pueblos, proclama solemnemente que los pueblos de nuestro planeta tierra, tienen el derecho sagrado a la paz.
Los derechos de la tercera generación son parte integrante del sistema de derechos humanos y la mayoría de los países han llegado a un consenso para apoyarlos, sin embargo eso no quiere decir que los países tengan que aplicarlos de manera obligatoria, ya que estos nuevos derechos no han sido reconocidos por un tratado internacional vinculante para los estados quien lo ratifiquen por lo tanto no pueden reclamarse ante un tribunal, es decir, estas resoluciones de la ONU se ven enfrentadas al valor jurídico.
A pesar de este contexto mundial es una responsabilidad de los estados, de las autoridades y de todos nosotros desde el lugar donde estamos, trabajar para que este derecho a la paz sea reconocido internacionalmente y de manera regional, debemos promover y esforzarnos para alcanzar la paz para que los demás derechos estén garantizados.
Es nuestro deber transmitirlos a las generaciones presentes y venideras para garantizar la perpetuación de la vida y la convivencia pacífica en el futuro. ¿Y cómo se transmite este derecho? ¿Cómo se enseña y se promueve su práctica y su defensa? a través de la educación integral, porque la educación es un poder, una herramienta para transformar mentalidades y acciones, por ende, para cambiar al mundo. Se educa para la paz o para la guerra, se enseña a amar o a odiar, a respetar o a discriminar.
A través de la educación podemos sembrar en el corazón de las personas principios y valores, que luego proyectaran a través de sus acciones, y debemos cuidar que todo lo que sembremos dé buenos frutos, porque el mensaje que se siembra en el corazón pasa a la mente y luego a la acción. Y como bien lo dice la UNESCO: “Las guerras nacen en la mente de los hombres y es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”.
La UNESCO también emitió una declaración sobre las responsabilidades de las generaciones actuales para con las futuras generaciones, donde el en artículo primero expresa: “las generaciones actuales tienen la responsabilidad de garantizar la pena salvaguardia de las necesidades y los intereses de las generaciones presentes y futuras” y poniendo por obra esta declaración de la UNESCO es que desde la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, trabajamos de manera integral para preservar y promover a través de diferentes proyectos la paz integral del ser humano para ésta y para las futuras generaciones.
Valoramos profundamente que la Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología UMECIT, se una a esta labor a través de la firma de un convenio Marco de Cooperación.
Por otra parte, hoy como entidad se está sumando a la Alianza Internacional de Universidades por la Paz ALIUP, y de esta manera la UMECIT será la primera universidad en Panamá que formará parte de esta iniciativa que estará trabajando en diversos proyectos de educación a nivel mundial.
Como Embajador y Presidente Ejecutivo de EMAP, pongo a disposición de ustedes estimadas autoridades académicas, profesores y estudiantes, todos los proyectos de la institución los cuales han sido creados con el objetivo de contribuir a la paz y felicidad de la familia humana. Muchas gracias y buenas noches.