Ana Lucia Cabezas | 1er Congreso Internacional de Donación Voluntaria de Sangre - México
Motivadora transformacional de alto impacto, facilitadora de procesos y mejoramiento personal y profesional.
Muchas gracias, feliz de estar aquí nuevamente con ustedes. Ayer fue una experiencia maravillosa, el sentir toda su energía, el sentir que tenemos copia a donde queremos llegar; escuchar cada experiencia hace que esto de la donación voluntaria de sangre se vaya construyendo, hacia lo que quizás todos queremos, tener una cultura de la donación voluntaria de sangre.
Quiero igual que ayer, agradecer a los organizadores de este evento por esa iniciativa de hacer un congreso, con este tema tan importante que es la promoción de la donación voluntaria de sangre. Yo he asistido, gracias a este trabajo; a muchos congresos, y siempre estamos hablando de la calidad que es importante, que es vida, pero se nos olvida muchas veces que toda esa calidad de la sangre, toda la técnica en los procesos; nos hace falta lo importante, ser donante.
Hoy celebro después de tantos años de trabajar en banco de sangre, estar aquí, así que felicito a los organizadores, felicito a ustedes por esto; agradezco a laboratorios Linco, porque es nuestro patrocinador para que estuviéramos aquí ** muchísimas gracias.
A mí me gusta que me presenten por lo que soy hoy, antiguamente quería que me presentaran con todo lo que había estudiado, pero cuando aprendí y entendí, la vida te va enseñando que tú no eres lo que sabes, sino la esencia de lo que eres, y un día dije: “voy a ser feliz, no por lo que tengo, sino por lo que soy” y además, entendí que siendo feliz; en el rostro llevaría una sonrisa, y eso me permitía, “activar al donante”. Un día lo hice de lógica y lo dije: lo voy hacer, ensayar a ver si siendo feliz, proyectando una sonrisa, conectando los ojos del donante, atraía, cautivaba; y le daba la información precisa para que me siguiera al banco de sangre.
Un día de manera consciente salí a tomar un taxi que me llevara al trabajo, de manera consciente puse, ¡cara de palo, cara de palo! Y salí a tomar el vehículo. La cara de palo lo acompaña la expresión, tú te ves sin ánimos, apático y así salí conscientemente. Extendí el brazo para que el taxi parara y, ¿qué creen que pasó? ¡El taxi siguió! Así dure 15 minutos, yo creo que el señor que conducía el taxi dijo: “¡yo que voy a llevar a esa vieja, con esa energía mínimo se estalla la vieja!”, -eso lo pensé yo-.
Al otro día dije: “voy a cambiar de estrategia, voy a proyectar mi felicidad; pero mi felicidad no la puedo poner en un letrero que diga “soy feliz”, no es un arte, no es una expresión, es algo que se transmite; con el contacto de los ojos, la sonrisa, en tu cuerpo con tu cara y salí; salí al mismo paradero: me paré en el mismo sitio, me puse el mismo vestido, pero mi actitud. ¡Taxi pare! Y el taxi paró, y sonreí; cuando entro al taxi, leo el nombre del señor taxista y le digo:
-¡gracias por recogerme!
Y me dice:
-¿A dónde la llevo? Y le digo:
-Al lugar más maravilloso, donde vivimos personas felices y tenemos el privilegio de salvar vidas. El tipo frenó, y me dijo:
- ¿dónde es ese lugar?
Y le dije:
- Se llama: “Banco Nacional de Sangre”. El tipo frenó y le digo:
-¿Qué pasó?
- No, es que yo donar sangre no, ¡a mí me da miedo, eso no me gusta! Todas las creencias saltaron a la mente, me da miedo, me da angustia, yo no quiero donar. Y te empieza a decir: no es que mi mama cuando donó, mi hermanita cuando donó. Y tú te tienes que llenar ¿de qué? “Argumentos positivos” para transformar la mente de las personas con unos pensamientos y argumentos que le lleven a donar sangre.
Yo me acuerdo de que en el trayecto tuve la oportunidad de darle cada argumento, cuando llegamos allá ni siquiera lo tuve que obligar, él me dijo:
-¿Ahí parqueo? -Y le dije que sí, me dijo:
- Entonces, lléveme a donar. Me dijo:
-Me ha convencido. Y me dice:
- ¿¡Pero usted me va a sacar la sangre!?
-Yo ¿disculpe? Yo no le podía decir que no, le dije:
-Yo lo voy a acompañar en todo el proceso, y todo el proceso lo fui acompañando; desde llenar su historia con toda una cantidad de palabras, -yo creo que ni las personas que escribieron esa cantidad lo entiende-. En una confusión le he explicado todas las cosas; le explique por qué tenía que pesarse, cuál era su peso, le explique por qué tenía que tomar la tensión, por qué el examen de sangre porque tenía que estar en una entrevista confidencial con alguien que iba a velar por su seguridad; y la seguridad de quien recibía la sangre. Y salió de esa entrevista feliz y lo acompañé en todo el proceso. Le dije:
-¿Qué fue?
-¡Vamos!
Y lo acompañé en todo el proceso hoy también es un promotor. Un promotor con una mente transformada y junto con él, quizás, habrá otros más, son los que hemos aprendido lo que voy a compartir hoy: “Estrategias de comunicación, social y educación para la donación voluntaria de sangre”.
Cuando estaba organizando esta conferencia me encontré con esta frase que me pareció importante: “La sangre humana es irremplazable en la vida del ser humano es parte de su esencia y se constituye en un elemento vital” ahí dije yo: como mi familia, como el señor Barrera que me ha acompañado en todo este trayecto de mi vida, que fue el primer donante voluntario, ¡es un promotor! Él va a jugar golf, juega al tenis y dice: “Y a donar sangre sino le hago la cuota a mi mujer” es un promotor.
Mi hija, que me acompañó y me acompañaba a las donaciones de sangre cuando estaba yo... trabajaba en la cruz roja, me ayudaba a pesar gente, a servirle el refrigerio; y hoy llega un nuevo miembro a la familia: “mi yerno”, tenía que ganarse el corazón; y él sabía que yo respiraba esto. Me apasiona este trabajo de poder servir, de poder ayudar, de poder motivar a las personas, que como yo un día decidimos trabajar en un banco de sangre.
Quizás sin el conocimiento técnico, científico, que hacen los médicos, que hacen los bioquímicos; pero solamente con un propósito: ayudar a otro a tener esperanza de vida. Y tal vez como muchas personas, (como yo lo pensé) en ese camino de trabajo, de “banco de sangre” muchas veces tristes y desmotivados, muchas veces encontrar el propósito; porque quizás no hay ese trabajo en equipo, no hay esa armonía que deberíamos tener en nuestros sitios de trabajo, y a veces no era feliz en lo que yo estaba haciendo, y me quejaba, estaba aburrida, y decía: “¿Otra vez donación de sangre? ¿Otra campaña? suba al camión, baje del camión, hasta el camión, -por eso cuando conocí a Martin en el centro y tenían ese carritos, ¡estúpida que he sido yo! ¿Cuántas uñas se me salieron? ¿Cuántas medias se me rompieron? ¿Cuántas veces quedé así?- Pero al final de la jornada era la satisfacción por que cumpliste, con la sangre que tu banco de sangre se había comprometido para hacer el procesamiento, para obtener los componentes; y ayudar, no a una, sino a tres personas ¡eso no tiene precio! No tiene precio.
Pero yo dejaba ese trabajo como aburrido como a veces sí, ¡no era feliz! Por eso ** feliz, porque decía que con mi sonrisa cautivaba al donante. Porque cuando no tenía esa sonrisa alejaba al donante, por eso decidí ser feliz. Dije: “Si yo soy feliz, hago feliz a los demás; si yo soy infeliz, hago infeliz a los demás”. Y eso también lo aprendí en el banco de sangre, cuando yo trabajaba así, ¡operativa, operativa! Todos los días me quedaba: ya llego pico de la noche, ¿qué me toca mañana? ¡Colecta!, llamaba:
-¿quién me compra este turno? Y mis amigas:
-¡nadie! Entonces decía:
-Me tocó trabajar, y decía: ¡no aguanto este trabajo! ¿Por qué me toca este trabajo? ¿Por qué?
Y me quejaba de mis compañeros, me quejaba de todo, y mi mamá escuchaba eso. Hasta que un día ese domingo, mi mamá me dijo:
- ¡Ya no más quejas! Si no te gusta el trabajo en el banco de sangre renuncia y le dije:
-¿Cómo voy a renunciar mami? No ve que necesito la plática, para pagar el estudio de la niña, entonces me dijo mi mamá:
-Se me larga y trabaja gratis al banco de sangre que te da la oportunidad de crecer profesionalmente. Pero yo en ese momento no le entendía, y seguía peleando con mi mamá, ¡ay! pero mi mami como no sabe de una gente que me respira en el cuello ** y la cuota del donante y mi mamá:
-Si sigues con esa actitud de infelicidad le estás haciendo daño a la imagen del banco de sangre, ¡no puede salir con esa cara! ¡Mi mamá! Y yo peleaba con mi mama:
-Claro como usted no se pone en mi lugar, ¡si supiera la jefe que tengo!
-La jefe está haciendo su trabajo.
Hasta que mi mamá me dijo:
-Hagamos una cosa: ¿tú crees que si te vas de ahí puedes conseguir otro empleo donde seas feliz? Y yo:
-Sí, “el ego” me dijo está bien.
-Hagamos una cosa, por mañana ve a trabajar, “ve a trabajar feliz” porque a partir de mañana durante un mes, te voy a pagar todo el año para que en ese mes, consigas el trabajo donde tú vas a ser feliz. Y yo le dije:
-Perfecto mamá, ¡tan linda mi mamá! Me dijo:
-Y no te tomes la molestia de escribir tu carta de renuncia, porque con esa actitud quién sabe que dirás.
Y en la vida me dijo mi mamá: “hay que dejar las puertas abiertas” Mi mamá pensaba en todo, pero yo no era consciente en ese momento de lo mágico que me estaba diciendo mi mamá, yo solamente pensaba; de mi hacia afuera, pero no realmente la esencia, me llevó un tiempo entender eso.
Esa noche me acosté ¡feliz, feliz, feliz! Y como estaba feliz y motivada, “madrugué” y como madrugué me arreglé, me peiné y me fui feliz a trabajar en el banco de sangre. Cuando salía me dijo mi mamá:
-Hoy es tu último día de trabajo, así que te pido que en este papel amarillo, escribas tres cosas positivas que encuentres en el banco de sangre, “tres”, y le dije:
- Mamá, ¡es que no hay nada! No hay nada todo el mundo me pelea, todo el mundo me pide colectas, quieren que organice. Y mi mama volvió y me dijo:
-Tres cosas, y si no, ¡no hay negociación!
-Si mamá, tres cosas, ¡preste el papelito!
Y me fui, con el papelito amarillo, y llegué al banco de sangre. Mi felicidad se notaba ¡era el último día! Caminé, entré y me encontré con la primera persona en el banco de sangre, el señor de la seguridad, y apenas me vio me dice:
-Ana luz, ¡estás hermosa!
“¡El de la puerta!” me dice:
- ¡y madrugaste!
¡Dios santo! El papelito amarillo que me había dado mi mamá, yo dije: “el señor de la puerta me saluda, me reconoce, y se pone feliz de verme y dije:
-Le voy a llevar a mi mama eso, para consuelo de mí mamá.
Uno, el señor de la puerta fue amable conmigo, estoy segura que no hay nada más. Y seguí yo ahí como aburrida subiendo las escaleras al banco de sangre, -mi banco de sangre era en un segundo piso- y trabajamos las promotoras en un cuartico pequeño porque no había más espacio; pero era un cuartico donde éramos cinco. Unas sentadas como así, si alguien tenía que levantar el codo, tenía que decir: “¡voy a levantar el codo! ¡Baje la cabeza para sacar los **!” Era nuestro sitio. Pero ahí había una compañera que la vida te la pone ahí, ¡tú no la elegiste! La vida te dijo: “¡eso, que trabajes! ¡Hola! esa señora”.
En mi país le decimos, “moño verde” porque la jefe decía hicieron tal cosa, y salía ella diciendo:
-¡si jefecita, yo lo hice! -yo no sé aquí como le dicen.
Hay que hacer campaña en tal lado, “¡si señora yo voy!”. No la aguantaba, y tenía que vivir con esa moño verde.
Cuando subo estaba ahí ella, “hola moño verde” Y claro, ¡la sonrisa se fue al piso! Y entonces le dije:
-Llegué yo, y dije buenas**y se levanta “la moño verde”.
-Hola, Ana luz, buenos días ¡que dicha verte, llegaste temprano!
Yo alcance a pensar: “Será que mi mamá, ¿¡me mandó estas brujas!?” **me dice “la moño verde”:
-¡Te pensé todo el día!
Y yo la verdad, con esa señora, ¡no le ayudaba a nada! Si me decían trabajo en equipo, yo era lo peor del trabajo en equipo, ella hacia todo. Hoy ella me sigue en el Facebook, “moño verde está contigo”, ¿será mi consciencia? ¿Cuántos años corren? Bueno, Ya casi somos comadres. Y me dice:
-¡Te pensé todo el día! Mi hermano está cumpliendo años, y mientras estábamos haciendo el ponqué; le contaba mi mamá lo especial que eras tú. Y como cuando tu querías, lograbas cumplir las cuotas, hablabas para los donantes y las personas entendían la importancia de donar sangre, “yo tengo una amiga que es como una magia, que todos quieren ir a donar; pero solamente cuando tú quieres”. Hicieron la torta de chocolate, mi mamá decía:
-¡Ah que lindo! Me gustaría conocerla.
Así que no sé si te queda tiempo de acompañarme, pero mientras tanto te traje un pedacito de torta para que nos la comamos a las nueve con un café. Yo decía:
- Y yo ni sé que le gusta a esta vieja, ni cuando cumple años.
Y el papelito amarillo: “2 la moño verde me trajo torta de chocolate”, sabía que me gustaba. Yo me senté y tuve un momento de lucidez. Aun cuando tú estés negativo, aunque no encuentres el norte; el foco de tu trabajo, hay momentos que en la vida Dios, te dice: “Ana luz, ¡apúrate! Mira que estas en el lugar adecuado”. Yo alcancé a tener ese momento de lucidez, pero más fueron mis creencias negativas, para justificar lo positivo con lo negativo. Y estaba yo ahí sentada en mi cubículo, puse un letrero: ¡hoy no atiendo a nadie tengo dolor de cabeza! La moño verde me dijo:
-Tranquila, yo te los atiendo. -hermosa-
Cuando estaba ahí, -ojo con lo que voy a decir, no sé si la palabra es común- masticando mi mediocridad, sentí los pasos de la jefa; “la pluma blanca” uno conoce las pisadas de la pluma blanca, del jefe. Entonces dije:
-Allá viene la jefe.
Y quité el letrero y me puse en posición de trabajo y la jefe me dice:
-¿Llegó Anita?
Y la moño verde le contestó:
-Aquí está, llegó temprano jefecita.
¿Qué tuve que hacer? Ponerme de pie, le dije:
-Si señora, a sus órdenes. Me dijo:
-Anita, estaba hace días de hablar contigo y reconocer tu trabajo, ¡me encantó lo que usted hizo! “Reconocer tu trabajo”. Excelente la propuesta de estrategias de atención al donante, ¡me impactó! Así que quiero que esas estrategias, tú la hables al comité directivo, porque las vamos a implementar en este banco de sangre. Y yo que pensaba: “y eso que cogí copy/page, copy/page” **. Aún no entré en consciencia.
Solo tienes una oportunidad para dar al máximo todo. Por qué el estado de ánimo que este sintiendo, pero si no encuentras tú, ¿por qué estás en ese lugar? ¿Por qué estás en este destino? ¿Por qué decidiste y elegiste estar acá? Quizás nunca vas a encontrar el propósito y la misión de tu vida. Yo lo encontré, por eso soy inmensamente feliz. De llegar desde promoción, desde la recepción y estar aquí, conociendo a personas tan importantes, compartiendo con personas tan importantes; y conociendo a tantas personas que así como yo, quizás un día, estuve ahí sentada diciendo: “yo quiero ayudar acá, lo puedes lograr”. Un aplauso para ustedes.
¿Cuál es nuestro objetivo Martin? Buscar donantes que nos den sangre ¿Qué? Segura, ¿cierto? ¡Segura! La calidad de la sangre depende de la calidad ¿de qué? Del donante. Y cuando yo empecé en esto no había tantas cosas que investigar ¡ay, Dios mío! Cada día que pasa, ya es algo que tiene que mirar, si esta persona que dice que tiene buena salud, no tiene eso que está de moda hoy; “el sida”. Y eso se convierte en un impedimento, para que alguien que tenga la decisión de donar, lo haga.
Hoy ese donante es distinto, hoy ese donante es una persona como usted, que llega alguien con un argumento positivo, que quiere transformar su mente e invitarlo y moverlo a que done sangre. Y el coge el celular y dice: ¿donación de sangre? E investiga todo, cuáles son los pasos para donación, cuáles son los beneficios, cuáles son los requisitos, dónde están los bancos más cercanos y escoge, de acuerdo con lo que ve hoy en la tecnología. Muy pocos son los que quizás llegan sin un conocimiento.
Hoy llevamos tanto tiempo trabajando también en este tema, que muchas personas quiérase o no, saben lo que es donar sangre, está informado, él ya sabe que le gusta y como quiere recibir la información. Le disgusta que lo traten quizás a veces como un ignorante o que lo dejen en una actitud de apatía como lo aprendimos ayer, que lo dejen en eso. Él es un invitado especial, porque en muchos bancos de sangre, siempre estamos invitando para que vengan a donar sangre, ¡lo necesitamos, es una invitación! Entonces, no es cualquier persona, es una persona que yo lo invité; y luego cuando yo invito a alguien, ¿él es mi qué? él es el invitado especial, y yo soy su anfitriona.
Y todo tiene que estar dispuesto para atender y recibir a esa persona especial, porque tiene que tomarse sus mejores imágenes, percepciones, sensaciones, para que de esa experiencia maravillosa que él viva, le explique a otros; y sea un promotor silencioso.
Nosotros, ¿cómo tratamos a ese donante?, ¿cómo le damos la bienvenida? nos sentamos a preguntarle: cómo le fue, que sensación tuvo, y en ese momento mágico del refrigerio, si tuvo una sensación o la percepción que va en contra del personal de mi banco de sangre, y de la marca de mi banco de sangre; tenga la oportunidad de resarcir, de enmendar, esa creencia que se lleva.
Entonces, ¿Quién ese ese donante? Ese donante es lo que nos tiene aquí reunidos, que los tratamos y les decimos, ¿que son unos qué? “Héroes” pero yo a veces veo, que a ese héroe que lo invito; no es el héroe que lo tratamos en el banco de sangre como debe. Porque lo maltratamos, le dañamos su brazo, no nos preocupa él cómo individuo, si no como bolsa de sangre y nuestro foco, está perdido.
A veces se nos olvida porqué nosotros trabajamos, ok, ¿¡por qué trabajamos!? Y quizás en ese mensaje, usted encuentre la razón porqué estamos aquí. Listo, vamos con ese video, excelente.
(Proyección video sobre la donación de sangre)
Hermoso ¿verdad? Y yo les digo a ustedes; gracias por conseguir los donantes para que estas personas digan: “gracias, porque puedo seguir viviendo”. A veces a mí se me olvida que como promotora, hay alguien que está esperando una unidad de sangre. Entonces me encuentro esos videos, o simplemente visito un centro o un hospital; y veo la razón del porqué continuar trabajando y luego cuando tú tienes ese propósito claro, no hay trabajo difícil, solo hay retos.
Quiero compartir esto rápidamente, porque es para mí el norte eso nos lo enseñó el Dr. Cruz; y para mí no hay conferencia que yo no inicie con esos pilares importantes que nos da la OPS y que es el punto de partida para todo, y quiero que también lo tengan ustedes cada vez que vayan a una colecta, para los que salgan a hacer una publicidad, ¿Cuáles son nuestro objetivos? Buscar donantes de bajo riesgo, porque siempre va para personas que necesitan, que tiene la esperanza de vida. Tenemos que reclutar donantes, ¡no importa! yo hablo de ¡cautivar donantes voluntarios, y no frecuentados! La recomendación, yo ya la saqué de mi mente “ctrl+ Alt + Suprimir”. Después de que asistimos a este tipo de encuentros, ese casi que debe ser el propósito suyo o a ese donante de reposición que llega, porque todavía el sistema así lo exige; consérvelo y cautívelo. Es el momento, para que a partir de necesidad ** se convierta en un propósito de vida.
Mantener esos donantes, y hoy más que mantener es de fidelizar y ¿Cómo tú los fidelizas? A través del servicio y la atención, que todas las personas que trabajamos en el banco de sangre; tenemos que hacerlo bien, la cantidad, pero con la calidez.
Todas las personas que llegan a donar sangre, así lleven 20 donaciones; el día que llegue a donar, es como si fuera la primera vez, así tenga 20 experiencias. Por eso son momentos mágicos, momentos estelares, yo los llamo: “momentos memorables”. Esos momentos memorables, es lo que se lleva el donante, en su mente y en su corazón; y que serán dignos de ser recordados. Y para que esos momentos sean memorables, es fácil: atenderlo, presente, consciente, atendiendo a cien.
No es el lugar, no hay ni siquiera distracción mental, que te impida no estar atenta de ese donante, de tí. Y tú estás ahí con ese donante, acompañándolo, explicándole porque su vena no se ve; y no diciéndole al donante: “suelte la vena, sáquela que la esconde” no, con calidez, con ternura ¿cierto? Y estamos aquí, “comunicar y educar” a las personas y al donante. El qué, miren cuantos temas hay que hablar de la donación de sangre; y empezar a generar una cultura desde ahí, no desde lo mediático. Y por eso desde ahí es que vamos a hablar sobre este tema: “de la comunicación social en la educación”.
Me piden estrategias de comunicación, quizás en un futuro les dé el ápice de la comunicación social y de la educación, y mientras tanto quiero dejar unos, unas pintadas sobre esto. Quiero decirles que las estrategias están con estas, en su cara; y que los medios de comunicación, o las personas que comunicamos, ¿y qué comunicamos? Esta idea de donar sangre.
Miremos como un paralelo: “Comunicación”, informa, transmite a través de los medios de comunicación o ni siquiera a través de los medios; las redes sociales, ¡es mediático! Si tú no estás en la red **. Hoy tu entras allá y pones ahí: “José ramiro cruz, y sale ahí” y te están buscando desde la Conchinchina; y desde la Conchinchina ¡saben quién eres tú! Y ahí transmites; la educación también se transmite así, pero los mensajes tienen que ser contundentes. En el cambio quizás, unas creencias que tienen los donantes, cuantos estudios se hicieron desde la OPS para saber cuáles son las creencias, esas actitudes, y comportamientos. Hoy siguen siendo los mismos, pero muchas veces no atacamos, esas creencias; que tenemos las personas: “Engorda, adelgaza, achica” tantas creencias, y hay están quizás las fuentes de nuestro trabajo.
La comunicación social es mediática, ¿la educación deber ser qué? Permanente. Lo que pasó hoy a las ocho de la mañana, en comunicación, ya es pasado. La comunicación comienza, mediática une, lo demás es aprendizaje permanente, pero hay una cosa importante que nos une en la educación y en la comunicación social, y es el lenguaje.
Que lenguaje nosotros usamos para motivar, para sensibilizar, para informar, para cautivar a ese donante. Cuando el donante dice: “No yo no puedo señorita porque es que tuve hepatitis”
- Ah... entonces no puede donar.
No tiene que ser en ese momento. O a veces nos dicen las palabras precisas, para que esa persona entienda, porque esa persona no pudo donar.
El otro día yo tenía que cumplir mi cuota de recolección, me faltaba un donante; en esa empresa en la que yo estaba haciendo campaña, colecta. Y de pronto vi que llegó, mi amiga con su amigo, un señor así de alto y le dije:
- ¡Este está bueno para donar! Y yo, con mi sonrisa de felicidad:
-Buenos días, que suerte tienes tú, llegaste en el momento indicado; ¡puedes convertirte en donante! Él se rió -así como usted- y mi amiga le dice:
-Ay si, ¡done, done, tenemos tiempo!
El señor me dió todos los argumentos porque no puede donar. Le di todos los argumentos y pasó por todos los exámenes, y entró al examen confidencial. Ahí la persona le hizo el hematocrito, y no se desmayó el señor, y cuando sale del cuartico, se queda así, y yo ya lo veía: umm… le dije:
-¿Qué pasó, no pudiste donar?
- No, y mi amiga:
-¡¿Por qué?! Y dice:
-Que tengo el “esmatocrito” ¡alto! El “esmatocrito”.
Yo me reí, le dije:
-No, es el “hematocrito”.
-No, la doctora dijo: “essmatocrito”.
No pudo donar. Al año yo regresé y estaba, le dije:
- Que hubo amigo ¿hoy si vamos a donar?
-Sigo con el “essmatocrito”.
Una palabra: lenguaje; educa y comunica. ¿Cuál ha sido el lenguaje que nosotros estamos utilizando; para motivar, para cautivar a nuestros donantes? Tenemos que pensar en lenguajes totalmente qué, ¡positivos! Me agrada a mí ver, pos de personas cuando me invitan a donar; me hablan de lo positivo de la donación, estamos hasta aquí de lo negativo. Y luego las personas que trabajamos en la promoción, no podemos seguir alimentando esas falsas creencias.
Ver lo positivo de la donación, estamos cansados de lenguajes negativos, esos lenguajes negativos que dañan. Miren esto que me encontré, (señala la pantalla) como hoy la comunicación es abierta, miren ese brazo morado, vale por una vida salvada, ¡me da escalofrío! Miren eso, como si estuviera “Drácula” y es lo que se ve en el ciclo negativo. Mire ahí, como si fuera ofertas: “tres por uno, salvar vidas”.
Estoy educando, estoy trabajando por movilizar de una forma mediática, ¿qué es lo que nos interesa a nosotros? Que sea una donación permanente, miren eso, ¡no sean negativos, no sean negativos!
El cerebro no reconoce la palabra “no”. Porque no le dicen sea positivo y done sangre, necesitamos sangre positiva. Con negativos salgo corriendo, y miren esta otra frase que parecía una nalga; o yo no sé qué se ve ahí, lenguaje ¿qué? ¡Positiva! Y eso es algo para tu vida, “para tu vida”.
Mi hija, terminó leyes y empezó a trabajar. Y claro, todo proceso es difícil y entonces mi hija llego como yo que a veces *** como que hasta eso se hereda uno. Llegó aburrida, estaba el señor Barrera y dice:
-Pa’ mi trabajo está ¡tan duro! ¡Ese trabajo tan duro!
Y el papá, como es su consentida:
-Si mijita, ¡duro ese trabajo!
Pero cada vez que escuchaba la palabra “duro”, mi hija (señaliza hacia abajo), y le dije:
-No más, ¡pare! duro es el trabajo de aquella persona que trabajan en la calle con un taladro que están al sol, frío, y viento, estamos felices. “Duro” Juliana, es el trabajo de una persona que está suspendido de un arnés que limpia el vidrio, para que tú puedas ver bien desde tu piso veinte; “duro” Juliana, es la prostituta, que sabiendo que no puede vender su cuerpo, como no sabe hacer más, debe vender su cuerpo; “duro” Juliana, es el minero que trabaja en una mina, para sacar un recurso económico, y llevar el pan a su casa.
El Sr. Barrera (Hace mímica del gesto que hizo el sr. Barrera), y Juliana:
-Vámonos de aquí pa’.
Se fue a trabajar, y a la noche llega; le digo:
-Mi amor, ¿cómo te fue?
-Bien mamita, imagínate que cuando yo llegue, mi jefa dijo: “Juliana, ven vamos hacer las listas de chequeo, porque con este trabajo duro; tenemos que sacar esto adelante”. Y me llene de valor mamita, y fuí, ¡trabajo duro! ¡Trabajo duro! y el jefe: “Yo no soy prostituta, ¡hagámosle!”.
Y estaban trabajando ahí, y llegan más personas del equipo y le dicen:
-“Juliana hagámosle a este trabajo duro”. Y me mire con mi jefe, y le dijimos las dos; a una sola voz: “Duro es…”.
Hoy ese paradigma cambió, tu puedes mirar con el lente que tú quieras; pero hay un compromiso y unas responsabilidad, “educar con una adecuada y concreta comunicación”.
Por tiempo no alcanzo a hacer ese ejercicio, pero dejo esta presentación, y la tarea es para ustedes: cojan todos esos elementos negativos, que los saqué de tantos plegables, afiches, y cámbielos por un positivo; empecemos a comunicar de una forma positiva. Ahí les queda esa tarea, me la mandan por Facebook y acabamos este paradigma; y ahí hay algunos mensajes positivos que tenemos. Esto es algo lindo de un hospital de argentina, en el hospital pediátrico Garrahan, de la doctora Silvina kuperman; que cambió, hoy no tiene donantes en reposición, el ciento por ciento es voluntario. Y allá me fuí, ella me dijo:
-Necesito cambiar la comunicación. Le dije:
-Necesito ver cómo funciona su banco de sangre. ¡Me enamore!
E hicimos una estrategia para navidad con lo real, y con lo que hay. Le dije:
-Usted no necesita televisión, usted no necesita nada; usted lo único que necesita es Facebook, ¡exacto! Eso no le vale ni cinco, busquémonos un creativo que nos ayude a generar esta campaña y empezamos con eso.
Abierto en vacaciones el banco de sangre, la gente sabe que es un banco de sangre. Allá no voy a llegar a decir: “vengo a bailar”.
“Banco de sangre abierto en vacaciones” hicimos una programación en los colores, el tono y eso, ¿de dónde salió toda esa información? Del manual, hagamos la diferencia de la OPS, ¡está todo hecho!
No me estoy inventando nada, ¡ahí está! Y le pusimos música a eso. Papá Noel donando, no se nos había ocurrido. A veces pensamos en los más allá, cuando en lo simple, en lo básico; está el punto de partida para transformar, comunicar y educar. Y cuando la gente, a ellos les gusta la ** les tomábamos unas fotos, y las subíamos a Facebook; y la gente feliz y una persona que estaba allá también quería verse en esa campaña; y el resultado positivo. Y con ese papa Noel, apechichandonos, totalmente positivo.
Algo que me llama la atención ante eso, es la forma de promover distinto. Mujeres clown, hombres clown, que acompañan las donaciones de sangre, transmiten una energía y una felicidad distinta; y abordan de una forma distinta a las personas que van a donar. Porque hay personas, que por más que participemos de estos encuentros, y escuchamos y sentimos; que tengo que hacer un cambio yo, para poder transformar a otros, para poder, no lo hacemos; porque quizás todavía no le encontramos sentido a esto. Entonces los clown son importantes, para educar, y comunicar la idea de la donación de sangre, -me voy a pasar ese video-.
Entonces el lenguaje debe ser coherente, específico y motivador; coherente, claro especifico, y los medios son cualquiera, “cualquiera”. Inclusive usted puede ser, ¿cierto? inclusive usted puede ser uno, y ahí está, desde lo positivo. Quizás la prensa no es la mejor, pero eso es algo que me llego a mi correo, y me parece una forma positiva de comunicar; con lo de los tatuajes, y fíjese que la descripción está, ¡todo positivo! Después de un año de realizar los tatuajes, se puede, fíjese, no le está diciendo: “NO puedes donar sangre, SI puedes donar sangre”. Hay esta ese tema ¿cierto?
Luego, eso atrae, eso mueve; y ahí es una persona del banco de sangre que me ayuda, a aclarar dudas e informaciones.
Pero la comunicación social y la educación, para mí en la persona, que está al frente del tablero, en el que debe hacer esa conexión (llamo yo); “empática” en el que haya una empatía total, donde usted se atreve de tener al donante ahí, está transformando sus pensamientos en portadas positivas de donar sangre. Beneficios, ¿a dónde va la sangre? ¿Por qué es importante que donemos periódicamente? Cómo hago yo, como donante de sangre; para tener un estilo de vida saludable, y cuidarme para ayudar a otros. Las personas que estamos en la línea de contacto, somos vitales; y a veces no entendemos la importancia de nuestro trabajo. Por eso me encanto.
Esta mañana, cuando te escuche a tí, cómo reconocías a tu equipo de trabajo; (eso es tan importante reconocerlo). Muchas de las personas que trabajamos en banco de sangre no nos sentimos reconocidos, pero también el reconocimiento debe partir de uno mismo. Así que en este tiempo que me queda, dos minutos Doctor, quiero que se lleven el reconocimiento ¡puesto, puesto! Que este reconocimiento que van a aprender, no solamente les va a servir para su trabajo; si no para su vida personal.
La siguiente diapositiva que viene, viene una información valiosa que quiero que ustedes la lean. Cuando ustedes la lean, dos personas, por tiempo; van a dar su opinión acerca de esa frase, y las demás personas (que estamos aquí) le vamos a dar un reconocimiento, ese reconocimiento; diciéndole: “que estuvo bien lo que dijo, ¡no me importa que diga! Pero le decimos: “gracias al esfuerzo, rompimos el paradigma”. Le vamos a dar ese reconocimiento.
Y cómo es ese reconocimiento, a través de un aplauso, pero como estamos en este momento, transformando nuestra mente de consciente; aprendiendo, que ese aplauso tenga unos adornos. Usted puede aplaudir, pero la voz de la persona y quizás, es la primera vez que la escuchas;- vas a hacer cara de sorpresa- ¿cómo es la cara de sorpresa? (gesticula), sonido de sorpresa: “Ohhh”, brazos de sorpresa, (hace representación gráfica con sus brazos).
Hagamos un ensayo: aplauso (todos aplauden) sonido, cara, y brazos de sorpresa; (el público le sigue la dinámica), ¿cómo es? ¡Otra vez! (el público realiza nuevamente la dinámica). ¿Se alimentaron bien en el refrigerio? Hay personas que les cuesta salir de la zona de confort, y hacer algo para aprender. Les voy a decir algo que les de fuerza, la fuerza es esa energía interna que tú tienes, para despegar. Entonces, como no la sentí; ¡les pido más!
Aplaudimos (todo el público aplaude y alzan los brazos diciendo: “Ohhh”) y al final vamos a decir: ¡Fuerza! (Repiten la dinámica anterior una vez más). Imagínese usted en el banco de sangre, -Martín, ¿por allá, cómo está?-. Con eso no hay necesidad de regañar a la persona, que como yo en el pasado era, ¡lenta desagradecida! No me diga: “lenta desagradecida” llegamos tarde al banco de sangre; dígame: “Ohhh... ¡fuerza!” y yo ya sé. Cuando tú hables, vas a decir, vas a evitar decir la palabra; o no vas a decir la palabra que yo. Vas a evitar generalizar, solamente vas a interpretar esa frase que dice; quiero que la leas que dice: “Mi vida es aquí y ahora, por tanto viviré y disfrutare ***de aprender”.
Quien me da una opinión acerca de esta frase, ¡rápidamente, rápidamente! Escuchemos, (habla alguien del público) “que el cambio viene de adentro hacia afuera ***muy bien un aplauso, (el público repite nuevamente la dinámica). ¿Alguien más? ¿Quién dijo quién dice más? Otra, otra, otra; lean esa frase, te da un mensaje, tú la pones y aplaudimos.
¿Alguien? ¿Alguien? Vamos, (habla alguien del público) ¡excelente! (el público realiza nuevamente la dinámica). Mi vida es aquí y ahora, eso también lo aprendí. No hay un mañana, no hay un pasado; tú tienes que hacer hoy al 100% lo que te comprometas, que esto es parte de tu creencia, con lo que vives, lo que elegiste hacer; y con lo que elegiste comenzar. Suelta lo del pasado, y ubícate en el presente, ¿quiere saber cuál es el futuro? Lo estás haciendo hoy. Si aquí estás en felicidad, armonía, y paz; igual lo recibirás en tu futuro. Pero si aquí en este presente hay una desconexión, revisa que ajustes tienes que hacer; para vivir el aquí y el ahora en plenitud. Elige ser feliz, y con humildad, decide aprender, reaprender y desaprender, ¡listo! Aplauso, (el público aplaude).
Son tantas cosas maravillosas ¿cierto? Son tantas cosas maravillosas que la vida, este trabajo nos da; y esa es mi frase: si yo no trabajo por bolsas de sangre o dinero, sino por ganar un millón ¿de qué? “amigos”, (el público contesta). Y hay que tomar conciencia de eso, de ese millón de amigos; entonces, yo tengo que abrir mis ojos, oye, ¡abre tus ojos! y mira hacia arriba, disfruta las cosas bellas que nos da ¿la que? La vida. Y la vida es estar aquí y ahora con este trabajo del banco de sangre, teniendo la oportunidad de impactar, transformar mentes, tocar corazones; y dar esperanza de vida a aquellos que necesitan un poco de sangre para continuar viviendo.
Oye, ¿abre qué? Tus ojos, ¿mira qué? hacia arriba, y disfruta las cosas buenas; que me da la vida. Vamos Héctor, con la última canción, (suena la canción: “Las cosas buenas que tiene la vida”). ¡Párala, Héctor! ¡Párala! ¡Párala! Están sincronizados, démosle un aplauso. Muy bien, escucharon: “oye abre tus ojos mira hacia arriba y disfruta las cosas buenas que me da la vida” (Repite gráficamente las palabras de esta frase), y hay una estrofa, una estrofa donde dice que hay que botar todo lo malo, toda la porquería. Entonces, por si le queda algo, hágase así, (hace una demostración gráfica) no me lo vaya a botar a mí, porque yo ya estoy limpia, ¿Listo? eso dale, nos ponemos de pie. (Suena la canción: “las cosas buenas que tiene la vida” el público se pone de pie y la cantan también). Fuerte un aplauso de: “¡Ohhh... con Fuerza!”. Muy bien.