Dr. William Soto | Presentación de la Quinta Placa “Huellas para no olvidar” en México
Honorables miembros del presídium, reciban mi cordial saludo, señoras y señores, muy buenos días.
Estudios de la realidad social han demostrado que el Holocausto judío o la Shoa no ha sido el único genocidio perpetrado en la historia de la familia humana, la intolerancia de los seres humanos exteriorizada en violencia ha evidenciado en más de una ocasión que los actos genocidas tienden a repetirse, sea o no en su totalidad con los mismos medios, las mismas ideas y las mismas características ya empleadas en crímenes anteriores.
El hecho de que las ideas generadoras del genocidio provengan de la mente humana en un mundo saturado con discursos de odio y de discriminación, es de por sí, una advertencia para temer que puedan repetirse. La amenaza de nuevos genocidios es un peligro latente.
El Holocausto judío comprendió elementos característicos que al día de hoy, le han permitido el calificativo de paradigma de los genocidios; tal calificación no se debe exclusivamente al elevado número de muertes, más de 20.000.000 de personas, entre ellas más de 6.000.000 de judíos.
Ni en la frialdad e irracionalidad con que actuaron sus ejecutores sino también al nivel de organización, a su estructura y la finalidad pretendida, ¿Cual fue? El exterminio de todo un pueblo indefenso; el pueblo judío que no presentaba una amenaza militar para el imperio nazi.
La comisión del Holocausto no surgió de un momento a otro, fue como todos los genocidios, el producto de un plan ideado, deliberado y discutido con toda frialdad por los altos jerarcas del partido nazi, del gobierno y encubierto bajo el eufemismo: “La solución final a la cuestión judía”, es decir, el Holocausto primero surgió en la mente de Hitler, lo planeo, con suficiente antelación, lo discutió con sus inmediatos colaboradores y comandantes y militares; y luego creo toda una estructura administrativa y militar para ejecutarlo.
El Holocausto también es el paradigma del acto genocida, porque el exterminio del pueblo judío no se limitó a los judíos de solo Alemania, sino que victimizo a los judíos de toda Europa; el Holocausto fue asumido como una política de Estado para borrar a un pueblo de la faz de la tierra: el pueblo judío.
Para lograr tal finalidad, se dictaron leyes que comenzaron discriminando el pueblo judío, negándole su condición de personas dignas, impidiéndole el trato con ciudadanos alemanes, despojándolos de sus bienes y de sus empresas y prohibiéndoles el acceso a la educación y el ejercicio de sus profesiones.
El Holocausto no solo ataco la vida física de las víctimas, también fue un atentado contra el espíritu judío, al punto de impedirles ejercer su libertad de pensamiento y de expresión; pues no podían exteriorizar sus ideas y se les impedía profesar su fe religiosa, atentando de esta forma contra la libertad de culto, y violentando así el derecho al libre desarrollo de la personalidad; es decir el Holocausto fue ante todo un atentado contra la dignidad de las víctimas.
Y como atentado físico el Holocausto no solo victimizo a los practicantes del judaísmo ni a los hijos de los judíos puros, sino que se estructuro para eliminar mediante la industrialización de la masacre a cualquiera que se marcara dentro del concepto judío, fuera o no nacido en Alemania, descendiera o no directamente de padres judíos, practicara o no esa religión, bastaba con ser en su esencia más íntima un judío existente o incluso poder llegar a serlo para ser víctima; por eso la orden de asesinar a todas las mujeres incluía la intención de evitar la reproducción del pueblo judío.
La política nazi humillo a sus víctimas, las utilizo como esclavos explotándolas antes de asesinarlas, se les engaño para facilitar su exterminio y para traer a cualquier otro familiar, que se encontrara distante haciéndole exteriorizar postales y cartas requiriendo sus visitas a los lugares donde supuestamente todo iba muy bien.
Los elementos utilizados para su ejecución no han sido utilizados de la misma manera sistemática en otros acontecimientos, las infraestructuras diseñadas para aniquilar en masa no se han utilizado hasta ahora.
Según la narración de los sobrevivientes, los casos de muertes de niños, jóvenes, adultos y ancianos desde el traslado a los campos de exterminio en trenes utilizados para trasportar ganado; muertes causadas por el hambre y la sed o asfixia por aglomeración, hacen del Holocausto uno de los más graves atentados contra los Derechos Humanos que registra la historia.
El exterminio de los judíos no tenía retroceso, ubicarlos era una orden que trascendía el territorio alemán, investigarlos, adueñarse de sus pertenencias, privarlos de cualquier actividad dentro de la sociedad, marcarlos, trasladarlos, clasificarlos, agruparlos, uniformarlos, en algunos casos explotarlos para luego acecinarlos; era la meta propuesta por el gobierno nazi. No había esperanza de sobrevivir; todo al final iba a desaparecer.
Las anteriores, son algunas de las razones que hacen del Holocausto uno de los más graves atentados contra los seres humanos, el paradigma del genocidio, la universalidad de las políticas implementadas, la maquinaria empleada para asesinar, las leyes arbitrarias implementadas para lograr la finalidad y el estado de indefensión y engaño de las victimas hacen del Holocausto el paradigma del acto genocida.
El Holocausto judío, es sin lugar a dudas un genocidio sin precedentes, y para su prevención es necesario conocer, estudia y socializar sus características; pues no se puede prevenir lo que no se conoce. Este noble propósito de promoción, de respeto y la defensa de los derechos humanos a partir de la enseñanza del Holocausto; la EMAP lleva a cabo varios proyectos y programas orientado a honrar la memoria de las víctimas, como el proyecto, “Huellas para no olvidar”, también está empeñada la EMAP en fortalecer la justicia internacional para castigar a los responsables de tan graves atentados contra los derechos humanos, y mediante el proyecto: “Justicia para la paz”.
Y al haber sido identificado el Holocausto como un grave atentado contra la dignidad humana, es necesario tener presente para prevenir todo genocidio y en general para prevenir todo acto de discriminación, el reconocimiento de la dignidad humana para tener el principio de respeto a nuestros semejantes, así estos piensen diferente.
Una educación fundada en valores y en el reconocimiento de la dignidad humana; es la base del respeto de los Derechos Humanos y respeto por el otro; el camino para una vida armónica, justa y en paz. Muchas gracias.