VICENTE TORRIJOS - Historiador
Soy Vicente Torrijos, profesor titular, profesor distinguido y profesor premium a la excelencia académica de la Universidad del Rosario, en las Facultades de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
Digamos que en este momento, aparte del trabajo de los medios de comunicación como consultor, pues también presto asesorías en el Ministerio de Defensa, en el Ejército Nacional, en el Comando General de las Fuerzas Militares; todo relacionados con los problemas geopolíticos estratégicos etc.
¿CUÁL ES SU OPINIÓN SOBRE EL HOLOCAUSTO?
Creo que el Holocausto es el capítulo más oscuro y tenebrosos en la historia de la humanidad. Digamos que la historia tiene muchos episodios trágicos lamentables, pero el Holocausto los resume todos, y los resume todos porque se encuentra la persecución pero también la masacre, también la intencionalidad plena; y por supuesto, se reúne todo lo que tiene que ver con la maldad.
Y aparte de ese capítulo oscuro, también me parece que el Holocausto, lejos de ser una solución final fue todo lo contrario en perceptiva histórica; ese sufrimiento tiene que asociarse a la idea de residencia, y cómo un pueblo logra recuperarse de toda esa persecución, de toda esa tragedia, para construir y para ver nuevos horizontes; y cómo, a pesar de toda esa tragedia, en perspectiva se llega a un Estado y mas allá: a un Estado, a la prosperidad y también a iluminar el camino científico, es decir, no es un pueblo que se postra simplemente ante el sufrimiento sino que, en perceptiva, el Holocausto también es una oportunidad para resurgir de las cenizas.
¿QUÉ PIENSA USTED DE ESA CORRIENTE NEGACIONISTA?
Yo creo que el negacionismo, primero, es sinónimo de cobardía; y segundo, es también una especie de máscara para la complicidad; porque claro, durante mucho tiempo, muchos sectores de la sociedades europeas trataron de negarse a sí mismos, es decir, tratando de ocultar, digamos, lo que habían hecho durante ese periodo asociado a las dos guerras, periodo entre las dos guerras, pero también durante la guerra.
Así que, negarlo significa también, en cierta manera, digamos, evadir, evadir la responsabilidad, evadir la complicidad, evadir esa condición criminal que muchos adoptaron y que luego trataron de superar cuando se vieron derrotados.
En ese sentido lo que yo me pregunto es: ¿Qué pasó con todas esas conductas que estaban asociadas al nazismo, asociadas a la persecución y que nunca fueron castigadas? En otras palabras, si un altísimo porcentaje de la sociedad alemana, por ejemplo, comulgaba con el régimen nazi, ¿qué fue lo que les llevó primero a asociarse a esa idea, y luego desvincularse de un momento a otro, simplemente porque se perdió la guerra?
En otras palabras, hay una reflexión profunda sobre la maldad y sobre porqué unos seres humanos escolarizados, con alto nivel de industrialización, pueden adoptar conductas tan aberrantes como la del Holocausto mismo.
En ciertas condiciones los seres humanos pueden desarrollar unas conductas no previstas en términos de maldad y de matanza, pero lo importante es saber si en el fondo pudieron superar esa condición, y si es posible una conciliación autentica; en ese sentido yo creo que hay mucho que todavía falta por explorar.
La negación es el primer paso para no seguir explorando, y en la medida en que se sepa más del Holocausto, más verdades ocultas todavía, es posible que se abran campos para la reconciliación, porque de lo contrario todo estará condenado justamente a que se repita la historia; y si se repitiese el Holocausto, pues ya sabemos cuáles son las consecuencias.
¿PARA LOS NEGACIONISTAS ES UN CAMINO VERTIGINOSO Y RÁPIDO HACIA NUEVOS HOLOCAUSTO DE LA HUMANIDAD?
Yo creo que negar es justamente repetir la historia, es abrir la posibilidad de que aquellos episodios tristes, como por ejemplo la Noche de los Cristales Rotos que dieron paso a una persecución sistemática, se reproduzcan.
Siempre ha habido, digamos, en algunos sectores del globo, unas conductas antisemitas en términos generales ¿no?, países o pueblos que han reproducido estereotipos; y cuando esos estereotipos y prejuicios se van reproduciendo a lo largo de la historia y no hay un freno oportuno, si no hay quién despeje la historia y quién haga ver la verdad, entonces por supuesto que todos estos problemas aberrantes, todos estos actos sanguinarios pueden repetirse y pueden repetirse con una facilidad enorme.
Por eso lo importante es no solamente abrirse y dar a conocer la verdad, las verdades que todavía permanecen ocultas, lo importante es desde el principio oponerse a cualquier síntoma de persecución, así sea velado, así sea sutil; por supuesto, no basta simplemente con que jurídicamente haya una sanción en materia de negacionismo, también es importante que haya medidas concretas para refrenar las conductas, castigarlas antes que se produzcan, incluso; de hecho, hay gobiernos en el mundo que llaman a la destrucción, por ejemplo del Estado de Israel, borrar a Israel de la faz de la Tierra.
Cuando estamos hablando de hoy en esos términos, pues estamos repitiendo el Holocausto. Es que, en otras palabras, el Holocausto no puede ser visto como algo que ya sucedió en la historia, es algo que está sucediendo hoy, y también contra el pueblo judío; digamos, en ese sentido los países que adoptan conductas hostiles y que llaman a borrar a Israel de la faz de la Tierra, no es que quisieran repetir el Holocausto, lo están repitiendo, la práctica, y lo están haciendo impunemente.
¿CUÁL CREE QUE ES LA RESPONSABILIDAD DE LOS LATINOAMERICANOS FRENTE A ESA POSTURA Y FRENTE A UN HECHO TAN TERRIBLE COMO EL HOLOCAUSTO, SIENDO CONSCIENTES QUE NUESTROS PAÍSES TAMBIÉN HAN OCURRIDO CASOS SIMILARES COMO EN COLOMBIA, EN EL SALVADOR?
Yo creo que los latinoamericanos tenemos que ser plenamente conscientes de nuestra identidad, que es una identidad múltiple y muy enriquecedora, desde los pueblos precolombinos hasta quÉ significa luego el encuentro de dos mundos. y en ese sentido, digamos, valorar nuestra condición judeocristiana, y también la identidad política que ha sido muy importante a pesar de los episodios críticos en los que hemos estado, digamos, sometidos a dictaduras militares.
Lo cierto es que los latinoamericanos valoramos mucho y hoy día estamos dando una muestra clara de cuánto valoramos las democracias liberales; pero siempre hay problemas en esa construcción de la identidad, y siempre hay países, gobiernos y, por supuesto, sectores políticos que adoptan conductas que niegan esa identidad que ha sido altamente constructiva, que ha sido por supuesto pacífica y que tiende a perfeccionarse.
Y estos regímenes que valoran, por ejemplo, la persecución ideológica o que valoran la expropiación, que niegan los más profundos, digamos, sistemas de democracia, estos regímenes tienden a asociarse.
Es curioso pero desde América Latina hacia afuera, encuentran siempre asociados que hacen parte, digamos, de esa lógica autoritaria y totalitaria que persigue a los que no piensan como ellos. El pensamiento único y ese totalitarismo, es algo muy interesante en la historia ver cómo se va asociando, y es así como se explica que por ejemplo regímenes como el venezolano, que tienden a desarrollar estas conductas, encuentran en el Medio Oriente a sus aliados (estoy pensando ahora), en la Libia de Gadafi; claro, antes pero también hoy, el régimen iraní, y cómo el presidente... por supuesto todos los jerarcas religiosos se prestan para unas mismas consideraciones acerca de lo que es ir en contra de las democracias liberales en América Latina; y cuando eso sucede es inevitable que haya choques.
Así que como latinoamericanos tenemos un gran compromiso: evitar que aquí reine el autoritarismo, reine el totalitarismo, y de paso impedir que estas alianzas siniestras pretendan o traten de convertir a nuestros países en escenarios propicios para desarrollar holocaustos. Holocaustos no solamente en cuanto a la persecución de lo que significa ser judío, sino nuevos holocaustos, nuevos holocaustos que hoy día medimos también en términos de atentar contra la democracia, perseguir a los disidentes u opositores y por supuesto, tratar de que nuestros pueblos estén sometidos a una única voluntad.
¿CUÁL CREE QUE DEBERÍA SER LA POSTURA DE LOS PUEBLOS LATINOAMERICANOS ANTE DECLARACIONES COMO LA DE LOS PAÍSES ÁRABES QUE CONVOCAN EN CONTRA DE ISRAEL? ¿TENEMOS RESPONSABILIDAD?
Es cierto, en eso digamos que puede haber tres variables que pueden ser muy importantes. La primera, indudablemente tiene que ser religiosa, no podemos negar que en nuestra identidad católica, prioritariamente católica en América Latina, existían muchos prejuicios basados con el crimen de Cristo; y cuando recientemente la Iglesia Católica, empezando por las personalidades de Juan Pablo II, del Papa Benedicto y por supuesto hoy día de Francisco, esas personalidades se han encargado de diluir para siempre esos mitos en los que se pretendía reproducir el antisemitismo basándose en criterios religiosos contra el cristianismo.
Así que, superado ese primer estereotipo que nos separaba inmensamente, podemos pasar a variables políticas.
En el sentido de lo político todo se mueve, por supuesto, en torno a las relaciones internacionales. Lo primero es que el Medio Oriente está más cerca de lo que creemos; así que tenemos mucho que decir. Por ejemplo, Colombia en el papel que desarrolló en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Colombia desde el presidente Uribe y con el presidente Santos tratando de mediar entre israelíes y palestinos prestan un servicio a la paz, como por ejemplo lo presta el Batallón Colombia en la Península del Sinaí tratando de mantener la paz, fruto de las guerras de los años ‘60 y ‘70. Así que, en realidad muchos de nuestros muchachos han ido al Medio Oriente a tratar de mantener una paz en un escenario altamente inestable.
En otras palabras, tenemos mucho que hacer, pero por supuesto hay capítulos pendientes, y eso son los más importantes; es decir, cómo podemos prevenir desde ahora el hecho que haya apetitos expansionistas que vienen desde Irán no solamente con la voluntad de arrojar a israelíes al mar, sino de presentarse aquí en alianza con los gobiernos autoritarios del área para borrar las democracias y para borrar la libre empresa, la libertad de pensamiento, la libertad de expresión, mediante proyectos militaristas, proyectos expansivos que tienen que ver, por ejemplo, con cooperación nuclear o con fábrica de armamentos; cooperación disfrazada de odio, de sentimientos que en vez de buscar la reconciliación, buscan promover el odio.
Así que, ese capítulo pendiente es el que a mí más interesante, me parece, porque tenemos la obligación de oponernos desde el principio a que esas alianzas fructifiquen en América Latina. En concreto, puede parecer algo sugestivo pero quiero decirlo con transparencia: el papel de Irán en América Latina tiende a torpedear a las democracias, su pretexto de luchar contra el imperialismo; el papel de Irán en América Latina alimenta autoritarismos, totalitarismos, militarismos y odio; y por supuesto que no es un problema solamente para israelíes, es un problema para todos los que nos sentimos demócratas tanto en Israel como en América Latina.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EVITAR QUE EL HOLOCAUSTO CAIGA EN EL OLVIDO, RECORDARLO A LAS NUEVAS GENERACIONES?
Yo creo que lo más importante es que las nuevas generaciones jamás olvidan; porque si no olvidan, estarán preparadas no solamente para no repetir la historia y prevenir que este tipo de problemas sucedan, sino para refrenar a aquellos que quieren hoy y están hoy desarrollando holocaustos; holocaustos que no tienen por qué estar asociados directamente con cámaras de gas, pero que tienen unas variantes nuevas, y esas son las que solamente podemos identificar si conocemos a cabalidad lo que sucedió.
Yo creo que una me las experiencias más interesantes en mi vida ha sido estar en el museo del Holocausto (llamémosle así) en Jerusalén, también en el de Washington; y poder ver cómo los niños, quiero referirme expresamente a los niños, los niños se aproximan a esa realidad histórica, la viven no solamente de manera muy sensible sino intelectualmente madura, y cómo los niños van desarrollando una conducta política y una conducta de responsabilidad internacional para luchar contra todo tipo de automatismos y de conductas genocidas. Yo creo que en la medida que los niños hoy reciban de cada uno de nosotros, aunque no estemos en el campo educativo, reciban esa responsabilidad y sientan que están recibiendo la antorcha de la libertad, en esa media los niños se van a ver absolutamente comprometidos en el futuro para refrenar estas conductas y castigarlas; porque recordar el Holocausto significa, sobre todo, identificar a aquellos que quieren destruir a la humanidad en la medida en que la humanidad siempre luchará por garantizar la paz y la seguridad en torno a la democracia.
Así que, hay una gran responsabilidad nuestra como adultos al transmitirles el legado a los niños. Y creo que, en eso, los símbolos juegan un papel muy importante: el conocimiento directo a través por ejemplo, de los museos, pero también a través de los espacios en medios de comunicación. Los medios de comunicación son las herramienta formidable para que esa memoria perdure, sea valorada, sea respetada y para que esa memoria sirva como un excelente trampolín, una plataforma de lucha a favor de la democracia y la paz.
¿CÓMO SERÍA PODER PROYECTAR ESA INFORMACIÓN DE LOS MUSEOS A LAS AULAS? ¿ESTAMOS PREPARADOS PARA ESO?
Yo creo que es fundamental. Pienso que los niños y los jóvenes están muchos más interesados en conocer la historia tal como ha sucedido en términos concretos, más que como una sucesión de hechos, causas, consecuencias; y pienso que una cátedra, por ejemplo, o una serie de actividades educativas o proyectos educativos concretos, no tienen por qué ser necesariamente arreglados o curricularmente formalizados, que tuvieran como epicentro la noción del Holocausto ayudaría a iluminar las mentes hacia el provenir.
Y ese esfuerzo es un esfuerzo combinado entre gobiernos y organizaciones no gubernamentales o ciudadanas de todo tipo, incluyendo universidades; y si los Estados, los gobiernos y las universidades, y ciertos sectores auténticamente democráticos, pueden promover este tipo de iniciativas basadas en lo educativo, la memoria no solamente perdurará sino que también los más jóvenes en la sociedades podrán entender mejor cuál es el papel que pueden jugar en la historia como sujetos que construyen la historia y no como sujetos que aprenden historia.
Así que, sintiéndose verdaderamente comprometidos de episodios muy concretos como este del Holocausto, se pueden desarrollar muchísimas actividades que tienen que ver con la defensa de los valores fundamentales de la humanidad.
¿ES ACERTADA LA POSICIÓN DE COLOMBIA FRENTE AL CONFLICTO ÁRABE-ISRAELÍ?
En los últimos años ha habido una tendencia hacia la mediación y a tratar de hacer lo posible por superar problemas complejos, y eso siempre es positivo; pero tradicionalmente, Colombia ha sido exageradamente complaciente con el pueblo palestino; y en eso quiero ser absolutamente franco, me parece que cuando Colombia ha manejado el problema, lo ha visto con una especie de sesgo ideológico que le ha llevado a no valorar claramente el interés nacional y a adoptar más bien posiciones sensibles que no corresponden con... por ejemplo, el reconocimiento claro de la existencia del Estado de Israel y la necesidad de vivir en paz, incluyendo por supuesto el derecho a defenderse para garantizar su propia seguridad.
En ese sentido durante muchos años Colombia tuvo una visión unilateral que por fortuna ha tendido a corregirse; en ese sentido se nos señala hoy como uno de los pocos Estados del mundo que no reconoció automáticamente la existencia del naciente Estado Palestino, digámoslo así; pero me parece que esa decisión gubernamental fue oportuna, en la medida en que no podíamos seguir cayendo en el sesgo, ni inclinando la balanza simplemente por apreciaciones históricas que no valoraban correctamente la situación en Medio Oriente. Así que, si tenemos que escoger, prefiero la posición reciente de la diplomacia colombiana antes que aquella que se dio exactamente después de la Segunda Guerra Mundial.
¿CUÁL CREE QUE DEBERÍA SER EL FUTURO DE LAS DECISIONES DE COLOMBIA?
Yo creo que con el pueblo de Israel en general, digamos, hay estupendas relaciones que siempre pueden profundizarse; no solamente estoy hablando cuestiones militares, estratégicas que siempre surgen como si fuera lo prioritario para algunos sectores, estoy hablando también de algo esencial que es la educación y la cooperación, que es justamente lo otro en lo que se ha avanzado demasiado. Así que, hay muchos, digamos, egresados de Israel que hoy día desarrollan labores en Colombia relacionadas con la ciencia, la tecnología y la educación, y este es el campo en el que más se puede explotar la relación entre Colombia e Israel, pero también entre Colombia y Medio Oriente, porque no podemos seguir viendo al Medio Oriente como una región exportadora de conflictos potenciales o manifiestos para el resto de la humanidad.
En ese sentido me parece que es muy importante fortalecer la idea de que Israel tiene todo el derecho a defenderse de aquellos países potencial o manifiestamente agresores; pero que por otra parte Israel es un promotor de conocimiento, y en la medida en que promueve el conocimiento, promueve la paz.
Equipo de Prensa
Embajada de Activistas por la Paz