Rector de la Universidad del Valle de México
Muy buenos días, estimados miembros del presidium. Dr. William Soto, presidente ejecutivo y embajador de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, un placer conocerlo y un placer estar aquí.
La congruencia entre lo que se dice y lo que se hace, hoy es una prioridad más, y es más relevante en el ámbito educativo.
Hoy más que nunca, las instituciones de educación superior tenemos un compromiso con el desarrollo del país, y más aún con el desarrollo personal y humano de cada estudiante. Debemos de ser generadores de capital humano que nos lleve a que su talento produzca desarrollo económico y desarrollo social en donde estemos establecidos.
Por ello, la Universidad del Valle de México busca que el talento de México se quede en México, que el talento que se genere produzca beneficios para su propia sociedad.
Esto implica ser una opción educativa de excelencia académica. Ser excelente implica inversión en infraestructura de primer nivel, capacitación del personal académico y administrativo, vinculación empresarial, generadores de emprendedores, responsabilidad social, experiencia en el extranjero, desarrolladores de habilidades y actitudes que nos lleve a la generación de oportunidades y a la creatividad que nos permita una nueva visión nacional.
Hoy, amigos, México cuenta con una universidad con estas características; una universidad que está en las diez primeras del país, la universidad particular más grande de México, con más de ciento veinte mil estudiantes matriculados, presencia en veinte estados y miembro de una red internacional de universidades. Laureate International University, con presencia en más de cuarenta países.
Por ello es que nos dimos cuenta que la Universidad del Valle de México no podría ser una institución sin responsabilidad social. Teníamos que entender que la educación no es un proceso mecánico, que la educación no solamente es evaluar el conocimiento y graduar estudiantes. La educación es un sistema humano, un sistema que se tiene que individualizar, porque cada humano tiene una visión particular de el.
Ese sistema deberá entender que la educación no solo se puede ver para producir algo material. Nosotros, los adultos, a veces cometemos ese error, porque les decimos a los jóvenes: “Estudia, porque tienes que ser alguien en la vida. Estudia, porque tienes que tener dinero. Estudia, porque tienes que comprarte tu casa y tu auto”. Pero muy pocas veces les decimos: “Estudia, porque tienes que ser mejor ser humano. Estudia, porque tienes que ayudar a la sociedad. Estudia, porque tienes que transformar tu ambiente”.
Y eso es algo que hoy debemos cambiar. Tenemos que hacer que los jóvenes entiendan que estudiar vale la pena todos los días. Que posiblemente será un proceso más largo, porque es cierto que puede llegar alguien a decirle: “¿Por qué estás estudiando? ¿Por dinero? Yo te lo doy. Toma esta arma, toma este dinero, vende esto; y vas a obtener en menos tiempo”. Y eso es lo que hoy no nos podemos permitir.
Tenemos que asegurarnos que los jóvenes estén en las aulas; y para ello tenemos que hacer atractiva la educación, pero para ellos, no para nosotros; tenemos que entender sus propias necesidades.
Quiero empezar con esta frase: «Las personas que son felices, libres y están en paz, lograrán saber que si ellos están en paz, todos a su alrededor estarán en paz». Mabel Katz.
Tenemos, entonces, que crear en las instituciones personas felices, libres y que estén en paz, para que se rodeen de personas que generen paz.
Nadie puede dar lo que no tiene, nadie; por eso nos dimos a la tarea de poder entender que si los jóvenes están felices estudiando lo que están estudiando y buscando ser mejores seres humanos, serán agentes de paz.
Ser parte de una institución que convive con varios países (tenemos presencia básicamente en todos los continentes) hace que el cambio cultural sea algo que sucede todos los días, y que la tolerancia en las diferentes costumbres y culturas solamente se logra con el conocimiento de la propia cultura.
Se puede criticar; pero alguien que cuestiona sin fundamento, es un necio. El que cuestiona con fundamento es un crítico. Y para poder tener fundamento tiene que conocer. Por eso es que esta Alianza Internacional tiene como principal objetivo, que para respetar la cultura tienes que vivir en esa cultura.
En México... Perdón, nuestra red internacional establece cuatro metas: la primera, es la alta calidad; la segunda, es la internacionalidad; la tercera, es la conexión con el mundo real.
En nuestra universidad lo que buscamos es que el alumno viva todos los días el mundo real, para que entienda su problemática y empiece a plantear soluciones desde el momento en que conoce la situación; y, por supuesto, empezamos a generar la innovación.
Sabemos que la creatividad, como bien decía el Dr. Soto, es algo que nos va a permitir establecer una tolerancia. También, ser la universidad privada más grande del país también implica ser tolerante con nuestra propia cultura.
Nuestro país es muy grande, es un país que tiene multiculturalidades; son diferentes Méxicos, nos decimos; no es lo mismo el México del norte al México del sur y del centro. Y no podríamos entender hablar de culturas internacionales si no entendíamos nuestra propia cultura. Y dentro de nuestro propio país uno tiene que empezar en su propia casa; y estar establecido en más de veinticinco estados implica conocer la cultura y la tolerancia de nuestro propio país.
Entendemos que un alumno exitoso, que un estudiante exitoso debe estar cobijado por la propia institución, por el docente, pero sobre todo por la familia. Allí está el origen de la paz: en la propia familia; porque es donde se desarrollan los valores personales. Y hoy entendemos que desafortunadamente en el mundo cada vez hay más familias disfuncionales.
Y tenemos que asegurar, entonces, que aunque no esté la familia, alguien tenga que asumir el papel de la familia. ¿Cómo? Responsabilizando a la propia institución como una familia que genera valores; y entender entonces, que un docente es un guía, es un padre, es una madre; y que un compañero es un hermano; y que la institución es el núcleo que mueve la convivencia en esa propia institución. Nos dimos cuenta que los alumnos pasan más tiempo en la universidad que con su propia familia; y había que buscar entonces ese ambiente cordial dentro de la propia institución.
Entendemos, pues, que un alumno exitoso está en medio de ese triángulo; y cada vértice (en donde está la institución, la familia y el docente que convive con él) deben estar interconectados. Y si alguno de ellos no hace su papel, los otros dos tienen que hacer el papel; pero el estudiante, que está en medio, no se debe dar cuenta que hace falta un elemento.
Hay padres de familia que nos dicen: “Yo solo puedo pagar la colegiatura, no cuenten más conmigo”. Ese es su papel. Entonces nosotros tenemos que asumir el papel de guía, de formación de valores; pero esos tres vértices deben estar todo el tiempo al lado del estudiante.
Entendimos también, que teníamos que tener también cuatro programas específicos de vinculación:
El primero de ellos es el Perfil académico. Es decir, que el estudiante esté enamorado de su carrera, porque empezará a ser feliz cuando hace lo que le gusta. Y por eso el inicio de mi frase: “Una persona feliz genera felicidad; una persona feliz no agrede; ayuda”.
Inversión académica. Eso significa que en los planes y programas de estudio tienen que obedecer a necesidades sociales específicas. No podríamos establecer una necesidad social sin una... perdón, no podríamos satisfacer una necesidad social si no vinculamos nuestra oferta educativa a esa necesidad.
El siguiente es Desarrollo e innovación. Todo el tiempo tenemos que crear nuevas formas de aprendizaje y de conocimiento, que mantengan a los alumnos ocupados, satisfaciendo las propias necesidades.
Y la más importante: La difusión y valores. Tenemos que vivir los valores dentro de las universidades, no al final; al final ya es muy tarde. Todos los días tenemos que vivir un valor.
Hay algunos empresarios que me dicen: “Rector, ¿por qué no me los mandas, si quieres, en blanco: sin conocimiento?, pero con otra actitud: más tolerantes, más trabajo en equipo, más humanos, más respetuosos, más responsables”. Entonces entendimos que la actitud es algo fundamental para la generación de la propia paz.
También nos dimos cuenta que en nuestro país la distribución en la población es prácticamente igual entre hombres y mujeres. Había que crear también tolerancia entre ambos sexos, porque ahí también empieza la agresión específica; no somos tolerantes con las mujeres o no somos tolerantes con los hombres. Y también había que entender que teníamos que darle las mismas oportunidades a las mujeres que a los hombres.
Desafortunadamente también hemos visto cómo no solamente la tolerancia tiene que darse entre las culturas, sino en los propios sexos, entre hombres y mujeres. La agresión a las mujeres en los países es muy grave, muy grave; y afortunadamente hoy las mujeres están teniendo más oportunidades a nivel mundial; pero había que cambiar, de empezar desde ahí, desde lo básico: desde el respeto hacia la mujer. Y empezamos a entender que las oportunidades para hombres y mujeres deben de ser exactamente igual.
Es importante en nuestro país generar o erradicar, más bien (perdón), erradicar la agresión a las mujeres, el maltrato a las mujeres, antes que cualquier otra cosa, porque eso nos hace más tolerantes: empezar por casa.
También entendimos que la educación debe obedecer a cuatro indicadores o a cuatro exigencias. Debe de obedecer a las necesidades de los estudiantes, debe de obedecer a las necesidades del padre de familia, debe de obedecer a las necesidades de los empleadores, y debe de obedecer a las necesidades de la sociedad.
No solamente la educación superior obedece a los estudiantes, no solamente va a obedecer a los empleadores o a las empresas; tiene que obedecer simultáneamente a esos cuatro elementos: La sociedad, los empleadores, los padres de familia, los estudiantes. Generar un profesionista que no ayude a la sociedad, simplemente no es generar un profesionista responsable; solamente alguien que tiene información... porque no sé si conocimiento. Dicen que el conocimiento es la utilización de la información, y la utilización del conocimiento es inteligencia; necesitamos tener profesionistas inteligentes.
Por otro lado, también nuestro modelo educativo tendrá que obedecer a todos esos entes. Los modelos educativos de todas las instituciones de educación superior deberán tener por lo menos alguien especialista para el desarrollo de cada uno de estos elementos; para desarrollar profesores como el principal proveedor de la paz en el estudiante; porque los docentes son guías, son líderes y deben de asumir su papel dentro de cada una de las aulas.
Debemos de tener valores institucionales. No puede existir una institución educativa si no tiene valores. Su principal esquema de ser, debe de ser por parte de los propios valores.
Debe tener una vinculación con la sociedad, debe de generar experiencia antes de la salida de los profesionales, debe de generar internacionalización para poder establecer la multiculturalidad, debe tener fuentes de información, debe establecer programas de estudios pertinentes a las necesidades a cada uno de la sociedad, debe desarrollar actividades estudiantiles que fomenten la cultura y el deporte como medios para poder desarrollar al ser humano con identidad y con salud física; y, por supuesto, debe tener una vinculación con los padres de familia así como por los propios compañeros.
Entendemos que la responsabilidad social implica que el estudiante empiece a tener una vinculación desde que está en la propia institución, pero con actividades muy específicas de ayudar a la sociedad. Eso nos ha incursionado en el ámbito de la salud, donde no hay nada más satisfactorio que ayudar a alguien que tenga una necesidad física y que pueda ser curado.
Por supuesto, incursionamos en el ámbito de salud pero también incursionamos en la propia responsabilidad social.
Hoy la Universidad del Valle de México es una empresa socialmente responsable, es un distintivo que otorga el Gobierno de la República; es un distintivo donde reconoce a las empresas, instituciones, que ostentan un compromiso con la mejora continua de las actividades y con la vinculación de la propia sociedad. Ser una empresa socialmente responsable implica que pueda cambiar su propio entorno de manera positiva.
Hoy nuestros estudiantes están realizando un servicio social: en este momento alrededor de catorce mil estudiantes en México, lo que genera más de cuatro millones de horas de servicio social.
Si eso lo medimos en productividad haríamos que nuestros estudiantes estén ayudando a la sociedad en una gran cantidad de horas; y esto solo se puede lograr teniendo un número de alumnos responsables socialmente, pero con programas que se tiene que ir a ayudar a la propia sociedad. No hay servicio social en instituciones privadas, solo en instituciones públicas y de escasos recursos.
Sabemos, pues, que el modelo educativo hoy ha cambiado. El modelo educativo de nuestro país exige a las universidades no solo un resultado, sino un cambio en la actitud de la gente. No es cuestión de quién tiene el mejor papel, no es cuestión de quién tiene la responsabilidad o quién es culpable; es cuestión de poner en marcha la felicidad de cada uno de nuestros estudiantes.
Esto implica tener un centro ético de desarrollo para cada uno de nuestros empleados. No podemos actuar sin ética. La ética es la base de la paz social.
El actuar de manera ética implica en todo momento pensar en los demás, cada acción tiene una repercusión en los demás: positiva o negativa, y debemos de tener ese sentido de comunidad. Antes de tomar una decisión necesitamos ver qué tanto beneficio dará o qué tanto beneficio no dará. El mayor bien para la mayoría. Esa es la manera en como nos conducimos. Si podemos beneficiar a diez en lugar de uno, vamos a beneficiar a diez. El mayor bien para la mayoría de nosotros.
Por ello entendemos —y cerramos con la misma frase— que la principal responsabilidad de la Universidad del Valle de México, y (creo yo) de las propias universidades del mundo, es poder generar personas felices, libres y en paz.
Por eso es que nosotros como institución tenemos un lema: “Por siempre responsables de lo que se ha cultivado”.
No podemos ser ajenos a la responsabilidad que tenemos como institución educativa.
Vivir la educación es poder transformar a la gente. Vivir la educación implica una responsabilidad total y absoluta con el futuro de los países. Aseguremos, entonces, que las instituciones educativas sean agentes transformadores de la sociedad; esa es nuestra responsabilidad. No entregar un título, no entregar un grado; tenemos que entregar un ser humano a la sociedad, un ser humano que pueda cambiar al mundo con responsabilidad social.
Muchísimas gracias.