Rector
Universidad Nacional Itapúa
Itapúa- Encarnación -Paraguay
Muy buenas noches a todos. Señor Embajador de la Organización de Activistas de Alianza para la paz, don William Soto Santiago; doctora Hermelinda Alvarenga, vicerrectora de Nihon Gakko y representante también de la alianza, es viceministra de educación de nuestro país; señores representantes de Bolivia; la EMAP; señora vicerrectora; señor decano anfitrión; señores decanos; miembros de la delegación; docentes; estudiantes de la facultad de humanidades; de relaciones internacionales de las carreras humanísticas; miembros de consejos; un saludo para todos.
En nombre de la Universidad Nacional de Itapúa, del Consejo Superior les doy la más cordial bienvenida a la delegación de la Organización de Alianza de Activistas por la Paz.
Antes que nada, felicitarles a ellos por tomar y enarbolar la bandera que muchos ciudadanos en el mundo la profesamos, pero que, a través de organizaciones para poder organizarlos, en forma concreta y poder llevar como en este caso a un nivel de cátedras, de tal manera a incorporar dentro de la cultura de la formación del ciudadano la cultura de la paz.
Por eso felicito que ellos sean nuestros representantes, y en esta noche tendremos la oportunidad de escucharles, de cómo ellos vienen trabajando para poder instalar en la mente de los directivos, de los estudiantes y de los docentes de las universidades y de las facultades la necesidad de la incorporación de la cátedra de la paz.
Esa paz, tan anhelada, esa paz tan fácil de predicar, pero una paz muy difícil realmente de establecer. Ellos al ver sus actividades vemos que toman dos ejes fundamentales: el de los derechos humanos, el respeto a los derechos humanos estableciendo la cultura de la paz y fortaleciendo la defensa de la vida humana, tratando de que nunca más ocurra en el mundo las barbaridades humanas como el genocidio y específicamente en muchos de los aspectos el holocausto.
Genocidios, hubieron muchos en el mundo, algunos con el nombre de guerra, que sabemos que por no cumplir los acuerdos y las normas humanitarias se convirtieron en genocidio; probablemente desde el principio de nuestro continente de lo que le llamamos la civilización, hubo un gran genocidio y exterminio de los pueblos originarios, de los pueblos indígenas en la mayoría de los países.
Por suerte, en nuestro país no fue tal, salvo esporádicas excepciones porque acá ha nacido el mestizo, de la unión del español y del indígena; pero muchos países que hoy enarbolan muchas culturas tuvieron la necesidad de exterminar a esos pueblos aborígenes, que no tiene otro nombre que también un genocidio.
Y ya en el siglo XIX probablemente, sin querer exacerbar ningún patriotismo en extremo, podemos decir lo que algunos autores lo denominan el genocidio americano; en la guerra de la triple alianza que ha nacido como una guerra que probablemente Paraguay haya tenido mucha culpa en el inicio pero que ha terminado, se ha desarrollado cuando ya las fuerzas eran diferentes, como un verdadero genocidio.
Pero eso ha servido como ejemplo no para profundizar ni odios ni rencores, sino ha servido como ejemplo que los pueblos aprenden de su historia para que luego puedan crecer hermanados, y en ese sentido comparto plenamente el criterio de la Alianza, que la paz se puede establecer a través de la cultura y a través de la educación, porque hoy con los países con quien no hace mucho tiempo, estábamos enfrentados, hoy estamos hermanados en grandes proyectos.
Tal es así, que esta misma universidad será sede el día 9 de mayo de un gran encuentro de las mayores universidades públicas del cono sur de las Américas, donde el lema del acto cultural será “Uniendo a pueblos a través de su cultura”; eso demuestra de que la historia conociendo la historia y cultivando esa cultura de la paz a través de la educación, eso puede ser duradero.
Ejemplo hay muchos. En los últimos acontecimientos políticos de nuestro país, donde el Paraguay fue expulsado del MERCOSUR por cuestiones ideológicas; en las organizaciones universitarias, las universidades nacionales no fueron suspendidas y han actuado como socios activos en todos los intercambios y en todos los encuentros. Prueba de ello, que la educación permea esa simple ideología política, que muchas veces separa a los pueblos.
Al genocidio que llamo la atención en el mundo, el holocausto judío con muchos otros genocidios, el armenio, el de Ruanda, no ha dado fin realmente al genocidio, porque vemos todavía que existe en el continente las guerras, que en el fondo son de origen religioso u otros que son de origen económico, pero donde las víctimas ni siquiera son los contendores en esos lugares, en esas contiendas; son víctimas inocentes que deben pagar por esos enfrentamientos o por esos intereses o por esas ideologías políticas, y la única manera de que eso podamos nosotros combatir es instaurando la cultura de la paz en la mente a través de la educación.
Cuando la ciencia está al servicio del bien, cuando la ciencia está al servicio de la paz, así será. Cuando Einstein descubría la bomba atómica, una de las energías más poderosas de reacción en cadena nuclear, no lo pensó para destruir países, ni matar ciudadanos; puesto en manos de un presidente, lo utilizo para bombardear Nagasaki e Hiroshima probablemente ocasionando una de las matanzas más crueles durante la guerra mundial. Todo eso ha generado esa reacción que el propio país a partir de ese momento también ha instaurado una tendencia de la cultura de la paz.
Por eso nosotros como universidad desde el primer momento de su formación hemos mirado la cultura de la paz, y la facultad de humanidades es un portaestandarte por las carreras humanísticas, por las carreras que ellos dan y también en todas las facultades, creo que esta alianza va a encontrar un aliado tal vez no oficial todavía hoy, pero un aliado en acciones que más adelante se pueden ir fortaleciendo.
Y el otro aspecto en donde coincidimos absolutamente todos, la Universidad Nacional y la Alianza, es la defensa de la madre tierra; no podemos pensar en un mundo en paz si la naturaleza no está en paz.
Existe, la naturaleza reacciona, existe la resiliencia, vuelva a regenerarse, pero hay situaciones que ya son irreversibles y procesos de destrucciones que ya son irreversibles en la naturaleza, que solamente con la prevención, con la educación.
Y en ese sentido la Universidad Nacional de Itapúa, en bandera, enarbola la bandera de la defensa al medio ambiente y la disminución y mitigación de los impactos negativos para las obras de desarrollo, sabemos que no podemos tener un fanatismo o una formación ortodoxa en el sentido de que no se deben construir ni desarrollar los países so pretexto de no afectar la naturaleza, pueden comulgarse ambas cosas y eso deben liderar las universidades.
Las universidades deben incentivar al desarrollo sustentable y esa bandera la tiene la universidad en todos los campos; en el cuidado del recurso hídrico, en el cuidado de la tierra, en la protección de los cultivos, en la protección del lanzamiento de los residuos sólidos y residuos líquidos, tratados en los recursos hídrico la universidad también lo defiende; por lo tanto en la defensa de la madre tierra que es el origen y fin de todo estamos compartiendo plenamente esos ideales y esa gestión.
En nombre pues, de la Universidad Nacional de Itapúa, de sus directivos, de sus decanos, de las autoridades también que nos acompañan, del presidente de la junta departamental de las otras autoridades, de la municipalidad, de la dirección del medio ambiente, de representantes de otras universidades, de la Universidad Tecnológica Intercontinental, de la Universidad Católica a todos un saludo; y en nombre del Consejo Superior nuestros agradecimientos por el esfuerzo que están haciendo de llegar hasta acá y encontrarán en la universidad, en su comunidad académica unos aliados estratégicos para llevar adelante la defensa de los derechos humanos para establecer esa paz y también la defensa de los derechos de la madre tierra, como dice su eslogan. Muchas gracias.
MODERADOR
Acabamos de escuchar las palabras del señor rector de esta casa de estudios, y es actual presidente también del Consejo Nacional de Educación Superior por Paraguay.