Eric Doradea | Día Mundial de la Madre Tierra, El Salvador
Coordinador de Letras y Cultura
Secretaría de Cultura de San Salvador
Señora Betty Pérez, Consejo Coordinador Nacional Indígena del Salvador; Gabriela Lara, directora de EMAP; Dr. William Soto, Embajador de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz; Miguel Arévalo, Alcalde de Soyapango; Yanire Estévez, Procuraduría para la defensa de los Derechos Humanos; Jesús Amadeo, Consejo Indígena Centroamericano CICA, representantes de comunidades indígenas, Kakawira, Lenka, nahuat pipil, Activistas por la Paz, señores de la prensa, público en general que nos acompaña en esta mañana, reciban afectuoso saludo en nombre del señor alcalde Nayib Bukele.
El 22 de abril de cada año, se celebra el nacimiento del movimiento ambientalista moderno, el cual inició en 1970, este movimiento desde ese año, ha luchado por un mundo y un medio ambiente saludable y sustentable. Este día 22 de abril, estamos llamados a crear una conciencia común a los problemas de contaminación, de conservación de la diversidad, de la deforestación, del estrés hídrico, como también del cambio climático que nos aqueja.
Este es un día no solamente para celebrar, sino también para actuar, rendir homenaje y reconocer a la Tierra como nuestro hogar y nuestra Madre; tal como lo hacen los Pueblos Indígenas, que para ellos constituye una relación fundamental.
La tierra constituye junto con los territorios, parte de su tradición, parte de su identidad y también parte de su espiritualidad arraigada en la cultura y la historia.
El gobierno de San Salvador, está comprometido con el respeto y cuido de la Tierra, reconocemos que es nuestro hogar, que es nuestra casa. Desde el gobierno de San Salvador, se ha generado el Programa: “Un pulmón para Sívar”, el cual pretende sembrar alrededor de tres millones de árboles que arborizarán en el área urbana y también reforestarán el área rural de San Salvador. Aceituno, árbol del fuego, almendro de playa, cortés blanco, caoba, maquilishuat, son algunas de las especies que son entregadas a los ciudadanos y ciudadanas para contribuir a la reforestación de nuestra ciudad capital.
En una segunda etapa de este programa, se sembrarán cien mil árboles con apoyo de voluntarios, como también de organizaciones no gubernamentales. En una tercera etapa se trabajará la parrilla verde de la capital, en la que se remodelarán las aceras para crear espacio para los árboles; entre otras medidas, también se está desarrollando desde el gobierno de San Salvador, la limpieza de ríos y quebradas de la capital, como también la creación de un programa integral de desechos sólidos para la ciudad.
Recordemos que la tierra no es herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos, ya lo dijo Martin Luther King: “si supiera que el mundo se ha de acabar mañana, yo, hoy aún plantaría un árbol”, como nos decían las abuelas indígenas. [otro dialecto]
Nosotros tenemos tierra que tiene rutas y secretos, que nos evidencia que la vida sigue, que recibe nuestro cuerpo al final de nuestro fulgor, somos uno con ella, ella somos nosotros. Muchas gracias.