Dr. William Soto Santiago | 1º Encuentro Internacional "Hijos de la Madre Tierra", México

Embajador Mundial y Presidente Ejecutivo

Embajada Mundial de Activistas por la Paz

Muy buenos días, a todos los presentes y, en especial, a nuestros hermanos de los pueblos originarios que han venido de distintas regiones de México y Centroamérica para participar de este primer Encuentro Internacional de los Hijos de la Madre Tierra. En nombre de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, les agradezco por aceptar la invitación y estar con nosotros en esta actividad, cuyo propósito va más allá de conocernos y tener compañerismo, queremos aprender de ustedes, de la visión que tienen sobre el cuidado y protección de la naturaleza, su relación armónica con ella y ante todo el amor y respeto que tienen para con nuestra madre tierra.

Hoy estaremos conociendo más sobre la sabiduría de cada pueblo y recibiendo sus propuestas de cómo debemos proteger y preservar a nuestra Madre Tierra. Y estos planteamientos que ustedes compartirán con nosotros, serán llevados ante los gobiernos y organizaciones internacionales que tienen el poder de instaurarlos en sus políticas públicas, especialmente en este momento de crisis ambiental donde todos debemos reconocer nuestra responsabilidad y tomar acciones para preservar la vida de los ecosistemas.

También, con el compromiso de ustedes, estos conocimientos ancestrales que estaremos recibiendo, formarán parte de un proyecto educativo que será presentado a nivel mundial donde los niños, niñas, jóvenes y adultos aprenderán de sus valiosas propuestas y sobre todo a través de estos conocimientos desde la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, buscaremos que sea sembrado en el corazón de las futuras generaciones esa semilla del respeto y el amor por la naturaleza, semilla que estamos seguros germinara y producirá un cambio en la mentalidad de las personas y los frutos los podamos ver en las acciones de miles de guardianes por la paz de la Madre Tierra.

Nosotros como seres humanos, no somos dueños de la tierra, formamos parte de ella. La tierra no es un bien común que le pertenece a un gobierno o a una nación, la madre tierra es un ser vivo que nació libre con derechos y, es nuestro deber, reconocerlos, cuidarlos, respetarlos y promoverlos. Los pueblos originarios siempre han estado enlazados a la Madre Tierra desde tiempos ancestrales y, de generación en generación, han vivido en una total armonía. Nosotros somos conscientes de que el futuro de la humanidad está en la tierra, porque el ser humano fue formado de ella.

Hace cientos de años esta ciudad prehispánica de Teotihuacán fue uno de los centros urbanos y de poder más grande influyentes de nuestros pueblos ancestrales de Mesoamérica; y en los ámbitos político, económico, comercial, religioso y cultural. Hoy estamos en este lugar que es patrimonio de la humanidad y nuevamente se está convirtiendo en un centro de trabajo para el propósito que ya conocemos. Apenas, a unos días que oficialmente comenzó la primavera en esta región, me gustaría pensar que también estamos entrando en la primavera, en el renacer de nuestros pueblos originarios. Vamos a dar a conocer la sabiduría ancestral para la protección de nuestra Madre Tierra, y esta visión se consolidará como fruto del trabajo que estamos iniciando hoy con los encuentros de los Hijos de la Madre Tierra. Sean todos bienvenidos y muchas gracias.

Segunda Intervención:

Dr. William Soto Santiago

Embajador Mundial por la Paz

Presidente Ejecutivo de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz

Este Encuentro Internacional de Hijos e Hijas de la Madre Tierra, tiene, será el inicio de un camino que recorremos juntos, en defensa de los derechos de los Pueblos Originarios y para la conservación y promoción de las costumbres ancestrales.

Las propuestas que han entregado hoy, son un tesoro para la humanidad y será nuestra visión transmitirlas a las futuras generaciones, porque somos una sola familia: La familia humana.

Y hoy estamos reunidos como un solo pueblo para luchar por la paz de nuestra Madre Tierra, este será el primero de muchos encuentros, gracias por aceptar la invitación que les realizamos.

Mis hermanos ancestrales los amo y los llevo dentro de mi corazón, seguiremos juntos hasta obtener la victoria.

Extiendan mis saludos a vuestras comunidades y amor, paz y felicidad para todos ustedes. Muchas gracias.