Sr. Helmut Levy | Foro Universitario “Educando para Recordar” Ibagué, Tolima
Sobreviviente del Holocausto
Muchas gracias al pueblo de Ibagué (mi pueblo), a la mesa directiva, a Jackeline Shapiro. Y todavía estoy conmovido por la narración e historia de nuestro pueblo judío.
Quiero agradecer también la visita que nos hace Ingrid Levy (no es familiar), directora del Centro Comercial AQCUA. Amparo Betancourt, y mi familia, y todos ustedes que me han acogido durante tanto tiempo también. Debo agradecer a mi abuelo que está en el cielo y gracias a él, dio su vida para que nosotros saliéramos de Alemania, eso hace ya bastante tiempo; nacemos libres, debemos vivir libres y morir dignamente libres.
Los foros “Educando para no olvidar el Holocausto judío”, es el objetivo que nos reúne hoy aquí. Los activistas por la paz realizan una labor encomiable para recordarle al mundo que fue lo que realmente sucedió en Alemania y muchos países europeos bajo la bota criminal y asesina del esquizofrénico Adolfo Hitler: que llevó a mis paisanos a la más sanguinaria exterminación de seis millones de judíos, y otro medio millón de gitanos, discapacitados, raza no aria o inmigrantes africanos, en los países de Europa que el ejército nazi invadió, y que por ser la causa de la Segunda Guerra Mundial ocasionó la desaparición de otros cincuenta millones de personas en el continente europeo, que gracias a los países aliados como Estados Unidos, gran Bretaña, Rusia y la resistencia, lograron frenar este tremendo caos y castigar hasta la muerte a los responsables.
No todo el pueblo alemán compartía las ideas de Adolfo Hitler, un ex sargento austriaco cuyo abuelo era judío, pues se entendía que tenía pretexto para despojar de sus propiedades a quienes se consideraban causantes de la crisis económica que se vivía por la terrible recesión de los años 30; pero este despojo a la raza judía tenía también el propósito de financiar un poderoso ejército alemán que luego se apoderó de la mitad de Europa.
Algunos militares del ejército alemán comprendieron que había que parar esta injusta guerra y planearon asesinar a Hitler haciendo estallar un maletín que un teniente había colocado bajo la mesa donde se encontraba el dictador; pero la intempestiva salida del oficial hizo que se descubriera el plan y el teniente y sus cuatro altos oficiales cómplices fueron fusilados de inmediato.
Toda la tragedia de esta absurda guerra fue sufrida por la población civil, no solamente de Alemania, también otras naciones fueron blanco del feroz bombardeo de los aliados, quienes respondían los ataques de la agresiva fuerza aérea hermana. Mientras se destruían ciudades completas matando a la población, otro sector del ejército nazi llevaba a cabo el genocidio de millones de judíos, a quienes torturaba y luego sacrificaba en las cámaras de gas en los campos de concentración de Polonia y otros países; una vez que la coalición aliada logró derrotar a la maquiavélica idea de Hitler, el castigo a quienes lo acompañaban (al dictador) fue impactante: fueron fusilados o ahorcados, mientras que el hombre que pronosticó mil años de poder con su tercer reis ni siquiera tuvo el valor de afrontar el castigo y se escondió en su subterráneo y se pegó un tiro.
Hoy el pueblo alemán reconoce el error que sus antepasados cometieron apoyando obligadamente a los nazistas; y por ello, para que la historia no se repita han creado varios centros de recordatorio del Holocausto, entre ellos un laberinto de enormes bloques de cemento en pleno centro de Berlín y debajo de él un museo de descripciones de lo que significó la aniquilación y persecución injusta del pueblo judío alemán.
He acompañado con cariño a los organizadores de la Embajada Mundial de Actividades por la Paz, y me siento orgullosos de que se celebre hoy en este centro de convenciones y en la ciudad que junto con mi familia nos acogió desde 1941, luego de poder escapar, dos años antes, de nuestra patria, por la persecución del régimen interterritorial y asesino, o de lo contrario también hubiéramos sido víctimas del terrible Holocausto.
Esta reunión, ojalá, como las demás que se han realizado en Colombia y el mundo, sirva para que hombres catastróficos no sigan manipulando poblaciones enteras, no para beneficio de estas, sino para quien manipula las masas; o sea, que de los asesinos que por la historia se ha demostrado han asolado generaciones de humanos, pero siempre su final es peor; recordemos Hitler, Gadafi, Sadam Husein, Idi Amin, Pol Pot, y la suerte que les espera a los dictadorcillos de centro y sur América, y otros que pronto caerán en Asia y África.
Pero todavía no debemos tener mucha confianza de que el futuro de la humanidad sea de paz, mientras estamos viendo el resurgimiento de pequeños dictadores disfrazados de democracia.
La Segunda Guerra Mundial terminó hace exactamente 70 años y el gobierno y ejército ruso lo aseguraron, ayer sonoramente con todo su equipo de guerra y hubo mensajes de felicitación de las dictaduras venezolanas y cubanas, felicitación por el gran triunfo del ejército ruso, que dio la libertad al pueblo europeo según los áulicos de América. Pero los rusos no estuvieron solos, también fueron acompañados por los aliados y otros grupos de liberación; no olvidemos que Rusia cobró su parte en esta guerra compartida y que llevó como premio un pedazo de Alemania, también Holanda, Francia, Polonia, Rumania, Bulgaria, Hungría, Lituania, etc.
Los más de ochenta y cinco millones de ciudadanos que quedaron bajo el régimen ruso empezaron a sufrir otra grave guerra. No olvidemos el calificativo que dio Winston Churchill al nuevo territorio soviético: “La cortina de hierro”. Nada se volvió a saber, toda censura reiterada quedó taponada por el cerco comunista; tuvieron el descaro de bautizar al Alemania capturada como “república democrática alemana”, cuál democracia la de fusilar a quienes trataran de escapar hacia Alemania occidental, democracia con levantamiento de muros, democracia con triple alambradas de púa y represión; todos tenían que trabajar para este sistema opresor. Y fue con la caída del muro de Berlín y el derrumbamiento del comunismo en el mundo que se tuvo nuevo respiro.
Ahora la Alemania actualmente unificada pide explicaciones a Rusia por su arbitrariedad de procediendo con Polonia en 1939. La Rusia de Putin quiere repetir la historia cuando las repúblicas independientes de Crimea y Ucrania son intervenidas; y fuera de esto apoya la sanguinaria dictadura de Bashar al-Ásad de Siria, que ya ha asesinado a doscientos cincuenta mil seres humanos.
Agradezco su amable atención, me despido con esta bella frase: “Lo que cambia nuestro planeta es la conciencia, lo que cambia nuestra conciencia es la educación”. Muy agradecidos.