Jesús Amadeo Martínez | 3er Encuentro Internacional de los Hijos de la madre Tierra, Izalco El Salvador
Muy buenos días, reciban un saludo a la mesa principal, las delegaciones de los países hermanos que nos acompañan, especialmente a los delegados de las mesas nacionales que conforman el Consejo Indígena de Centro América (CICA), instituciones de gobierno que nos acompañan, invitados especiales, amigos y amigas de la prensa que nos acompañan.
Los pueblos indígenas de la región, hemos afrontado situaciones difíciles para la protección y defensa de nuestros derechos. En la actualidad existen barreras para difundir nuestros conocimientos y saberes que contribuyen —en diferentes ámbitos— al desarrollo de las naciones para generar un proceso de armonización entre el ser humano y la Madre Tierra.
Los pueblos indígenas de la región centroamericana compartimos una visión de futuro, a pesar que la región alberga una diversidad cultural; esta visión particularmente pasa por su forma de entender el origen y el desarrollo de todas las formas de vida desde una perspectiva cosmogónica.
El desarrollo, desde el pensamiento de los pueblos indígenas, se orienta a la búsqueda de un desarrollo espiritual y armónico entre el ser humano y la naturaleza, desde la libre determinación de los pueblos sobre la base de nuestra propia cultura e identidad diferenciada dentro de un medio ambiente libre de factores externos que afectan nuestra vida.
Es de enfatizar que los Estados viven tradicionalmente el desarrollo en términos económicos y materiales. Es importante un replanteamiento para que los planes, programas, estrategias, políticas y proyectos reflejen necesidades y parámetros culturales.
Con el conocimiento de la dimensiones desde la cosmovisión indígena y de una perspectiva cosmogónica de una participación directa, plena y efectiva para la elaboración y ejecución, y dirección (direccionar, perdón) el camino hacia el buen vivir de los pueblos indígenas.
El territorio, considerado como la Madre (que en nahualt se dice “latunanci”), que desempeña un valor imprescindible en el origen de la vida, en el desarrollo de la existencia y la continuidad de la vida. Sin la tierra y el territorio un pueblo indígena no existe, porque en el territorio están sus raíces, sus acciones presentes y sus operaciones futuras.
Vemos con preocupación que en la actualidad se ha desencadenado una carrera por la protección de la diversidad biológica y el medio ambiente, generando leyes y mecanismos, que más allá de la conservación, han atentado contra la vida y la cultura de nuestros pueblos indígenas.
Así mismo, la amenaza de las industrias extractivas, la invasión a territorios indígenas por las industrias madereras, introducción de transgénicos, privatización y extracción del agua, que conlleva a la desertificación en áreas de recarga hídrica, de piratería y patentización de nuestros conocimientos ancestrales de diversidad y recursos naturales por empresas ligadas a las farmacéuticas, la expansión de corporaciones agrícolas y la criminalización de la lucha por la defensa de nuestras tierras, territorios y recursos naturales, entre otros.
Aquí quiero hacer una pausa, porque en toda la región de América últimamente hemos tenido varios hermanos que han caído en la lucha y en la defensa de los territorios y de los recursos naturales.
Bueno, aquí en Honduras, la hermana Bertha Cáceres, que fue asesinada también por defender los recursos. Últimamente aquí en El Salvador (que no se dice pero que sí hemos tenido), en este mes que acaba de pasar, a un hermano de Tacuba fue asesinado también por la defensa de los derechos de la tierra. También - asimismo, en Nagualapa un hermano también miembro del CCNIS, que fue asesinado también en Amilpava.
Lástima que aquí ahora todo esto se encubre con - ligándolo a otras situaciones del pago de no a la renta u otras cosas, pero la verdadera situación por la cual nuestros hermanos han caído en la defensa de… no se dice.
Son muchos los retos que afrontamos los pueblos indígenas en el caminar, en la existencia y defensa de nuestros derechos, por eso hay que trabajar para el reconocimiento y respeto del hábitat integral de los pueblos indígenas, reconocimiento de los derechos colectivos de las tierras y el territorio, mecanismos permanentes que permitan incidir en cambios en los marcos jurídicos y las políticas públicas en ámbitos nacionales, regionales e internacionales, procesos de mapeo, demarcación, titulación y saneamiento de tierras y territorios indígenas, revitalización y fortalecimiento de la formas tradicionales indígenas de gobernanza, consolidación de los sistemas jurídicos de administración de los recursos naturales de los pueblos indígenas, elaboración de protocolos comunitarios para la protección de derechos de los pueblos indígenas sobre los territorios y recursos naturales, entre otras acciones para fortalecer nuestros procesos locales, nacionales y regionales.
Estamos seguros, nosotros como pueblos indígenas de Centroamérica, que esta alianza que vamos a realizar ahora con la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, va fortalecer todos esos procesos que tenemos en los territorios para la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, y la defensa de los recursos naturales y de nuestra Madre Tierra.
Muchas gracias.