Diputado de la provincia del Chaco
Argentina
Muy buenos días, es para mí un profundo gusto compartir en esta mañana con ustedes. En primer lugar, el saludo y el reconocimiento de la Legislatura de la provincia del Chaco, del cual formo parte como vicepresidente segundo de la misma y como integrante de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la provincia del Chaco, Comisión de Educación, Cultura y Biblioteca Legislativa.
Quiero felicitar a esta magnífica idea de la que nos convoca, y que tiene que ver justamente con un tema tan importante, de tanta actualidad, no nuevo, pero que lamentablemente la humanidad de los últimos tiempos es como que, en esta construcción de valores de la persona, pareciera que equivocadamente algunos consideraron que estos valores han pasado de moda; y sin embargo nos damos cuenta que muchas de las falencias, muchas de las deficiencias que hoy tiene la sociedad en el mundo, tiene que ver justamente por habernos apartado de los valores y creer que muchos de ellos han pasado de moda.
Por lo tanto, este Seminario cuyo tema fundamental o lema fundamental es: “Desafío de la Educación Superior en el Desarrollo Humano y la Humanidad”, creo que está poniendo un corolario totalmente diferente a lo que hoy viene ocurriendo.
Quiero decirles a ustedes que soy docente y que he conducido los destinos de la educación de mi provincia, del Chaco, por cuatro años y medio; y que tuve la suerte y el privilegio de acompañarlos en varias actividades desarrolladas por ustedes, y que tiene que ver justamente con esa construcción en valores, esa educación para la paz; y que como ministro de Educación hemos llevado adelante no solamente jornadas y capacitaciones en torno a esta temática, sino también que hemos posibilitado al conjunto y a la diversidad de las religiones la posibilidad del abordaje de esta temática en todas direcciones como algo transversal en los establecimientos educativos, no solamente de las escuelas primarias, sino también de los institutos de formación docente.
Que este Seminario haya tomado este desafío, que es la educación superior como desarrollo humano en la sociedad, que haya asumido el compromiso del abordaje de la temática en las universidades, en las facultades, en las distintas carreras... pero que también haya tomado los institutos de formación docente, tanto —yo agregaría— de las escuelas públicas como también las escuelas que son de gestión privada (porque existen establecimientos educativos que son de gestión privada pero que son subvencionadas por los estados provinciales; por lo menos esto es lo que sucede aquí en la Argentina); pero también hay que involucrar a las escuelas que son... o institutos de formación docente que son de gestión privada no subvencionadas por el Estado nacional o por el estado provincial, porque si bien no son subvencionados, rigen para ellos también leyes de cumplimientos de normativas educativas.
Por lo tanto, me parece que el involucramiento de la universidad, que siempre —por lo menos en la Argentina— se le consideró como que existe un divorcio entre lo que es la universidad o una separación entre la universidad y los institutos de formación docente, ¡qué bueno es encontrarnos en el abordaje de esta temática!, cuando ustedes justamente están llevando adelante, a través de la Alianza Internacional Universitaria por la Paz, con esta temática están posibilitando el acercamiento, entre otras cosas, entre las universidades y los institutos de formación docente, universidades públicas, universidades privadas, institutos de formación docente públicos (de cada uno de los estados provinciales o las provincias) y los institutos de gestión privada subvencionadas o no subvencionadas por los estados provinciales.
Me alegra muchísimo como educador. Hay mucho para trabajar en esta temática. Bien lo decía el Dr. Soto, desde las currículas de los ministerios de educación, es cierto que se pone mucho énfasis en lo que tiene que ver con los desafíos de los contenidos...; muchos de esos contenidos son contenidos que vienen desde hace muchísimos años, pero en los últimos tiempos se han incorporado nuevos contenidos; y me parece que en esta temática y esta impronta de acercamiento, de correlación, de trabajo interdisciplinario entre la universidad y los institutos de formación docente, es la mejor ocasión para el abordaje de la temática que nos convoca en este Seminario.
No solo —decía el Dr. Soto— lo que los estudiantes y los alumnos deben recibir de los establecimientos educativos tiene que ver solo con nuevos conocimientos, con lo disciplinar, sino también tiene que ver con la construcción de valores, el enriquecimiento humano en esa construcción de valores, que debe ir en el mismo sentido de los valores que ese joven, que ese estudiante, que ese niño recibe en el hogar; pero la institución, la institución escuela, la institución secundaria, la universidad, los institutos de formación docente, creo que el gran desafío (y quizás así como en los encuentros que llevaron adelante el año pasado, que tenía que ver justamente con la justicia, salió esto que están llevando adelante ustedes en este Seminario), quizás el gran desafío aparte del acercamiento entre ministerios de educación, universidades e institutos de formación docente, seguramente es el abordaje como eje transversal en los programas de educación de la temática de la Educación para la Paz, quizás ese es el gran desafío.
Algunos dirán: “¿Pero es factible esto?” Sí es factible, sí es factible; tanto la Ley nacional, la 26.206, como la Ley provincial en el caso particular de mi provincia, la provincia del Chaco, la 6.691, permite la incorporación de nuevos contenidos. Quizás este es el compromiso; este es el compromiso que hay que asumir para trabajar e incorporar la temática de la Educación para la Paz.
Es imposible, es imposible lograr el objetivo y el propósito de la felicidad de la persona, si esa persona no tiene paz; si no hay una fuerza interior que lo mueva en esos valores. Pero no los valores como los contenidos mismos que uno los puede dictar, sino esos valores que están enraizados en la construcción del espíritu y del alma de la persona; porque vive esos valores, esos valores los comparte en cada una de las instancias que les toque desempeñar.
¿Qué quiere decir esto? No me avergüenzo de hablar de valores con nadie; al contrario, es la felicidad de compartir, porque logré la felicidad de esa construcción de vivir en paz con esos valores; es porque justamente, justamente no tengo ningún problema de compartir con el otro o con los otros. Creo que, en esto, de esto se trata.
Me parece que el objetivo de la Alianza Internacional Universitaria por la Paz es un objetivo totalmente loable, es un objetivo totalmente alcanzable. Por eso no tengo ninguna duda de que —Dios quiera y así lo permita y así va a ser— que esta temática de la cual ustedes están poniendo una impronta muy significativa, se traslade a todos los lugares: desde el Ministerio de Educación de la nación, los ministerios de educación de las provincias, el gobierno de la ciudad, Ministerio de Educación del gobierno de la ciudad de la provincia de Buenos Aires, y fundamentalmente a la institución escuela, que cumple un rol fundamental y trascendental en este aspecto.
Creo que —reitero— no tengo ninguna duda que la temática que nos convoca es la transversalidad de algo que debe ser una cuestión permanente en nuestras vidas.
La construcción de la cultura de la paz a través de la educación en sus distintas facetas, en sus diferentes facetas, tiene que ver con esa educación de calidad en los contenidos, disciplinar; pero alcanza el nivel significativo cuando está orientada al desarrollo de competencias profesionales.
Pero trasciende lo profesional o debe trascender lo profesional. ¿Y por qué debe trascender lo profesional? Porque debe estar orientada permanentemente al respeto de la dignidad y la promoción y la protección de los derechos humanos. Cuando esto sucede, es justamente porque desde abajo se está trabajando con esa construcción en valores; y esto es verdaderamente lo significativo.
No tengo más que palabras de profundo reconocimiento; de profundo reconocimiento, porque así como le decía recién, que la institución escuela es una institución que en este aspecto y que en este abordaje cumple una función trascendental, no podemos dejar de lado la función que cumple la familia, no podemos dejar de lado la función que cumple la institución iglesia, no podemos dejar de lado el trabajo y el acercamiento que hacen las personas ligadas a la iglesia con un alto contenido espiritual para llegar a los distintos hogares, a las distintas familias, justamente promocionando la verdadera cultura de la paz que es la que nos convoca hoy: los valores.
Y reitero, debemos formar seres humanos, debemos llevar a los seres humanos a través de la institución escuela a que sean verdaderos ciudadanos; pero no solamente termina allí: seres humanos, profesionales, ciudadanos, pero que tengan enraizados la verdadera cultura de la paz como una construcción de valor personal que posibilita el crecimiento de la persona en todos los aspectos de su vida; y este es el mayor desafío.
Mis palabras de profundo reconocimiento. Seguramente todos los que estamos aquí tenemos el gran desafío de multiplicar estas propuestas en los distintos lugares; multiplicar esta propuesta es el gran desafío.
No hay dudas de que este Seminario que estamos llevando adelante, aquí en Buenos Aires, Argentina, con la presencia de todos ustedes, no es casual, obedece a una causa, y esa causa es superadora y esa causa es loable; por lo tanto, no tengo ninguna duda que aquí con nosotros y para que este objetivo logre su concreción en cada uno de los habitantes y de los ciudadanos de nuestro pueblo, Dios es el mejor acompañante de todos nosotros.
Muchas gracias.