Antonio González Gutiérrez | 1º Encuentro Internacional "Hijos de la Madre Tierra", México
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Gobernador Indígena Pluricultural en el Estado de México
[Hablando en otro dialecto]
Bienvenidos sean todos mis hermanos indígenas [hablando en otro dialecto] y muchas gracias [hablando en otro dialecto] por estar aquí en nuestra casa.
Hay una frase que me nace del corazón en este momento, decirle al Embajador que se encuentra aquí con nosotros, cuando le preguntaba: oye, a una persona, voy a hablar, me dice, pues si quiere ¿y hay una línea? y me dice no, entonces sí hablo.
Y entonces le pregunté: ¿Y quién es el Embajador? y me dijo toda una historia en dos o tres palabras y le dije, bueno, pues este gran hombre, con este gran espíritu dador de vida, será de hoy y para siempre el Embajador de los pueblos originarios de México y del mundo.
[Hablando en otro dialecto]
Dr. William Soto Santiago, Embajador, desde hoy del mundo, señor se le ve en sus ojos el brillo del amor por los pueblos originarios, ésta es su casa señor, el Estado de México es su casa. Una frase que también en este momento me nació al estar enfrente de ustedes:
William, usted lo sabe, que quien honra a los demás, se honra a sí mismo, pero no es necesario, usted tiene vida para muchos años, aquí estamos sus hermanos de cuerpo, alma, mente y corazón.
Hoy, en este encuentro internacional de los hijos de la Madre Tierra, región México, Centroamérica, 22 de marzo es histórico, pero nosotros los Otomíes, que vivimos a 2200 y 2400 sobre el nivel del mar, en lo que fuera el ombligo de Mesoamérica, de la hermosa patria anagua, el centro desde Tierra de Fuego hasta Alaska, también hermana, como nuestros hermanos salvadoreños y guatemaltecos, también le tenemos fe y férrea, fe a quien en un momento fue el alimento de esta gran nación, Anagua, el maíz.
No solamente se encuentran aquí, el Salvador o Tabasco o Morelos o Guerreros, el Estado de México, pero a todos ellos, a San Luis Potosí, a todos ellos, los saludamos y los recibimos con los brazos abiertos. Reciban un saludo fraternal de sus hermanos Masaguas del estado de México, de sus hermanos Otomíes, de los Naguas, de los Clavicuas, de los maclasincas y desde luego, de nuestros queridísimos hermanos migrantes, que han tomado como su segunda casa y como su segunda patria, el estado de México, de todo el mundo, claro que sí.
Hoy traigo este bastón de mando y no es coincidencia, hace días ya estuvimos en los centros ceremoniales y solo algunos hemos pisado tierra, esa Madre Tierra por la que siempre hemos luchado, quienes hemos sembrado maíz, alberjon, frijol, cebada, trigo, avena. alfalfa, o maguelles, sabemos lo qué se siente cuando la Madre Tierra nos da de comer estos alimentos que no debemos dejar.
Hermanos, los invito a que dejemos de denostar y a que dejemos que el gobierno o los gobiernos del mundo hagan todo, hoy por hoy, el mundo, no solamente México, está mirando hacia los pueblos originarios y a eso se referían nuestros hermanos mayas, olmecas o teotihuacanos, a eso se referían.
El despertar de las conciencias, el despertar de las conciencias como lo hace William Soto, el despertar de las conciencias como lo hacen todos lo que aquí hemos dejado de comer, hemos dejado de ir al médico, hemos dejado de ir a la escuela y hemos dejado de vacacionar para estar junto a William, quien es nuestro hermano, desde hoy, de cuerpo, alma, mente y corazón.
Hermano, cabe hacer mención que, desde el estado de México, para México y para el mundo, estamos construyendo un proyecto de vida, que es la gobernatura nacional indígena que encabeza mi hermano Hipólito Arriaga Poté, que, por cuestiones de trabajo, hoy no pudo estar, pero que, en su representación como gobernador indígena pluricultural del estado de México, les manda un cordial saludo.
Nosotros al igual que ustedes estamos trabajando junto a nuestro gobierno, porque solamente tenemos ideales que profesamos y solamente en México tenemos una constitución, a eso nos debemos dedicar, dicen que la palabra nos hará libres y yo estoy totalmente de acuerdo.
Si no sabemos la parte dogmática de nuestra Constitución de México y la parte orgánica de nuestra Constitución, ahí están los derechos consagrados y creo que aquí ya se dijo eso.
Nosotros somos pluriétnicos y pluriculturales en esta hermosa república mexicana y sobre todo en el Estado de México, y también estamos haciendo uso, hermana, del convenio 169 y de los protocolos, de la suprema Corte de Justicia en el caso de México.
Ha habido muchos, muchas inquietudes de nuestros hermanos en México, pero creemos que este es el momento propicio para sembrar y hacer de este país y de este mundo tierra fértil que sembrar.
Me voy a despedir pidiéndole a mi hermana Esther, que les cante una canción, en Otomí, y tenía que ser “El cielito lindo”.